En torno a un 54 por ciento de jóvenes españoles asegura tener problemas relacionados con el bajo estado de ánimo, de los que casi un tercio presenta niveles «preocupantes» relacionados con la depresión, según el estudio ‘Inquietudes, preocupaciones y salud mental de la juventud en España’, realizado por la Fundación Atalaya.
Los jóvenes adultos (entre 25 y 29 años) han dado las «respuestas más preocupantes», aunque las personas de entre 20 y 24 años son los que mayores problemas presentan respecto al estado de ánimo, con un 57,1 por ciento que ha respondido así.
Respecto a las diferencias de género, un 57 por ciento de las chicas se encuentran en los niveles de moderado a grave y severo, frente al 51 por ciento de chicos.
Un 52,3 por ciento ha mostrado niveles autopercibidos de ansiedad moderados y graves, destacando el grupo de chicos de entre 15 y 19 años, pues más de dos tercios han presentado síntomas moderados y graves, y que son quienes «presentan una mayor alerta en varios temas de salud mental».
Es por eso por lo que el doctor Eduardo García-Toledano, presidente del Consejo Social y Ético de PAS España, (Profesionales de la Alta Sensibilidad España), ha instado a realizar una «intervención temprana», lo que permitirá «reducir la gravedad de los síntomas, mejorar el pronóstico a largo plazo y disminuir la carga personal» de los niños y adolescentes.
«El 70 por ciento de las psicopatologías se manifiestan durante la niñez y la adolescencia. Esto no solo es una cifra que nos preocupa, sino que es una llamada a la acción. Y digo acción y no atención, porque hay que ponerse sobre ello», ha afirmado Alfredo Santos, presidente de la Fundación Atalaya, durante el acto de presentación del estudio.
De igual forma, ha destacado tanto este «primer estudio» sobre la materia, que servirá como «punto de partida para poder comenzar a trabajar en profundidad», como la creación del Observatorio de Salud Mental Infanto-Juvenil.
El doctor Javier Urra, director clínico de Recurra GINSO, ha señalado que una de cada cuatro personas tendrán un trastorno mental, razón por la que considera importante centrarse en solucionar estos problemas desde la infancia, pues «los niños no son el futuro, son el presente».
El doctor Enrique Domingo ha resaltado que un 7,1 por ciento de los jóvenes españoles han mostrado algún riesgo de comportamiento suicida, existiendo un 1,5 por ciento en riesgo grave, entre los que casi un punto porcentual son chicos.
«Estamos hablando de más de 50.000 personas en este momento que en España tienen altísimo riesgo de cometer suicidio. Y conocer dónde están, quiénes son y cuáles son los motivos por los que no quieren vivir, yo creo que es algo fundamental», ha expresado el doctor Celso Arango, jefe del Servicio de Psiquiatría del Niño y Adolescente del Hospital Universitario Gregorio Marañón.
En ese sentido, ha hablado sobre la importancia de preguntar sobre el suicidio y de crear sistemas que mejoren la accesibilidad de los jóvenes a la prevención del mismo, sin que haga falta pasar por la Atención Primaria, como el ‘Headspace’, que permite un acceso «directo» a este tipo de atención, y que está principalmente promocionado en redes sociales.
Insatisfacción, soledad y desconexión social
Según los datos de este estudio, más de la mitad de los jóvenes han valorado de forma positiva su estado general de salud mental, frente al 28,7 por ciento que la autopercibe como «regular» y al 16,4 por ciento que opina que es negativa.
Sin embargo, un 56,5 por ciento de los jóvenes no se encuentra «del todo satisfechos» con su propia vida, siendo una vez más los chicos de entre 15 y 19 años los que menos satisfacción muestran, frente a las mujeres de entre 25 a 29 años, que son quienes mejores niveles muestran al respecto.
Un 55,5 por ciento de los jóvenes sienten una soledad «no deseada» de vez en cuando, un fenómeno que se convierte en frecuente para el 15,3 por ciento de ellos, siendo los adolescentes de entre 15 y 19 años quienes menos la experimentan, frente a las personas de entre 25 a 29 años, que son quienes más la sufren.
En cuanto a la desconexión social, un 18,4 por ciento de los encuestados ha presentado un alto índice de anomia, siendo un 6,3 por ciento aquellos que se sienten conectados socialmente, lo que indica una valoración baja de la cohesión social.
Esta sensación contrasta con el apoyo social que perciben los jóvenes, pues más de un 77 por ciento lo sienten como moderado o alto –destacando los residentes de núcleos urbanos, los que cuentan con estudios superiores y los de clase media o alta–, frente al 22,5 por ciento que lo valoran como bajo, entre los que destacan los jóvenes de entre 15 a 19 años.
Entre las prioridades de los jóvenes, la salud y la familia tienen una gran importancia para más del 90 por ciento de ellos, siendo las siguientes ganar dinero (89,9 por ciento) y el tiempo libre (89,7 por ciento). Por contra, la espiritualidad, la política y la religión son las consideradas como menos importantes.
A la gran mayoría no le compensan las conductas de riesgo
En torno a un 95 por ciento de jóvenes cree que «no les compensa asumir riesgo» con algún tipo de comportamiento. De hecho, apenas sienten inseguridad personal respecto a comportamientos de riesgo como la adicción a sustancias o a ser receptores de cualquier tipo de violencia, aunque las mujeres son las que tienen una mayor sensación de inseguridad, especialmente las que tienen entre 15 y 19 años.
Entre estos comportamientos destaca el juego con dinero, pues un 10,9 por ciento de los jóvenes de entre 20 a 24 años presentan un mayor riesgo, seguidos del grupo de edad de entre 25 y 29 años.
Aunque algo más de la mitad de los jóvenes no se encuentran en riesgo respecto al juego, los chicos de entre 15 y 19 años tienen una mayor incidencia ante la adicción al juego con dinero y los videojuegos, especialmente en el ámbito en línea, pues la sociedad está «cada vez más conectada a Internet, con escasa cohesión social y una sensación de soledad alta».
Recomendaciones de este estudio
Las primeras recomendaciones derivadas de este estudio son una mayor promoción de la educación socioemocional «basada en valores y respeto a la diversidad», la inclusión de psicólogos profesionales en los equipos de Atención Primaria, la potenciación de los recursos de salud mental en las escuelas y la realización de pruebas de autoevaluación para jóvenes y adolescentes en centros educativos y de trabajo.
«Debemos ser capaces de dar un aprendizaje socioemocional en las escuelas desde el principio, porque cuando vemos que estas cosas suceden es porque previamente ha habido una falla en el sistema educativo (…) si el valor dinero está por encima del valor formación o del valor amor o del valor amistad, es que en algo nos estamos equivocando», ha explicado el doctor Arango.