En la adversidad nos definimos
Cuando todo nos sale solo, fácil y brillantemente en la vida no es necesario más que sonreír, felicitarnos y darnos la enhorabuena. Pero es ante la adversidad, ante el sufrimiento cuando nos definimos como personas. Es en la actitud que adoptamos ante el sufrimiento propio o ajeno, cuando surge la oportunidad única de mostrarnos tal cual somos: valientes o cobardes, amorosos o indiferentes, lucidos o confusos, desesperados o luchadores.
Nosotros elegimos cómo reaccionar ante las condiciones que no pueden ser cambiadas. Nadie más. Cada cual en su conciencia decide cómo actuar. De ahí surge su actitud.
Y en España, en este tiempo, desde el horror de la famosa DANA que provocó un episodio extraordinario de precipitaciones el 29 de octubre dejando en Turís (Valencia) 771 l/m² en 24 horas, de los cuales 185 se acumularon en tan solo una hora; no fue la lluvia tan sólo el récord de España, también se ha vivido un récord de generosidad personal colectiva, ilimitada.
Como nunca se había vivido, el voluntariado de toda España se ha volcado en Valencia sin ser convocado por ninguna autoridad. Espontáneamente. Coincidentemente. Inusualmente. Ejemplarmente.
Una fila de miles de jóvenes con palas y escobas modificaron el horizonte en Valencia. Y han modificado nuestro horizonte colectivo. Los españoles tenemos corazón y valor y entereza y dignidad.
Nuestra pequeña fundación Belén envió 16 voluntarios a Valencia. Aquí publicamos algunos de sus testimonios escritos y gráficos. Su experiencia la llevan dentro, enriqueciendo su bagaje personal. Desde esta revista “La Terapia del Arte” solo nos cabe agradecer su actitud y su labor compartida.
Si cada persona es capaz de encontrar un sentido ante la adversidad, propia o ajena, puede convertir esa tragedia en un logro, en una forma de superación, en un crecimiento personal. Este es el reto planteado para todo el año 2025, que os deseamos vivir en concordia y con generosidad sin límites.