David Alegre dirige a La Solfónica (2013)
La Solfónica
Tal y como hizo la Marsellesa en la Revolución Francesa (1789), La Solfónica pone la banda sonora a la voz de miles de personas cansadas del sistema político y económico español. Entrevistamos a David Alegre, violista y profesor del Centro Integrado de Enseñanzas Artísticas Federico Moreno Torroba, integrante y uno de los directores de La Solfónica.
Tal y como hizo la Marsellesa en la Revolución Francesa (1789), La Solfónica pone la banda sonora a la voz de miles de personas cansadas del sistema político y económico español. Entrevistamos a David Alegre, violista y profesor del Centro Integrado de Enseñanzas Artísticas Federico Moreno Torroba, integrante y uno de los directores de La Solfónica.
¿Qué es La Solfónica?
La Solfónica surge en 2011 con motivo de la primera movilización masiva del movimiento 15M, que tuvo lugar el 19 de junio de aquel año y para la que se preparó el último momiviento de la 9ª sinfonía de Beethoven, con el deseo de recuperar el mensaje de hermandad de los pueblos del poema de Heinrich Schiller “An die Freude” que tomó Beethoven para incluir en su obra. Queriendo así, igualmente, reclamar para la gente una música que había sido tomada por la Unión Europea, traicionando su mensaje original.
Aquel evento, que reunió a músicos profesionales, estudiantes y aficionados, abrió la posibilidad de mantener un grupo estable, asambleario, que llevara música a las diferentes movilizaciones que se dieron en Madrid a partir de entonces. Y aunque actualmente el grueso del grupo lo forman “amantes-aficionados” de la música reivindicativa, sigue recibiendo el apoyo y la colaboración de músicos profesionales y estudiantes en los eventos de mayor envergadura. Varios músicos nos turnamos en la dirección para poder estar presentes en el mayor número de eventos posible.
El repertorio, sin perder de vista piezas clásicas con una historia reivindicativa singular (como es el caso del coro de esclavos “Va pensiero” de la ópera Nabucco de Verdi), ha ido evolucionando, incluyendo gran variedad de estilos, desde canciones de nuestra historia reciente de lucha por libertades (Labordeta, Llach), o de otras luchas (Quilapayun, Theodorakis), pasando por el musical y más moderno (Les Miserables, “Je veux” de Zaz), a repertorio popular versionado y piezas de nueva creación compuestas por integrantes del grupo sobre diversos temas como desahucios, agua pública, sanidad, y hasta una pequeña ópera buffa que estrenamos en 2013 con libreto de José Manuel Naredo (“El Crepúsculo del Ladrillo”).
“El Crepúsculo del Ladrillo”, libreto de José Manuel Naredo, e interpretado por La Solfónica.
¿Cómo funciona La Solfónica?
Funcionamos de forma asamblearia con diferentes comisiones que se encargan, entre otras cosas, de buscar espacios para ensayar, de gestionar los correos de peticiones de actuación que nos llegan, de acoger e informar a la gente que se incorpora por primera vez al grupo, de llevar al día el blog y la comunicación en redes o de editar las partituras, letras y audios que usamos.
Novena Sinfonía de Beethoven. La Solfónica
¿Dónde actúa La Solfónica?
A parte de en las grandes movilizaciones que se han estado produciendo en Madrid en los últimos cinco años, hemos estado apoyando con nuestra música a todo tipo de colectivos en barrios, asociaciones o plataformas en sus luchas: sanidad, educación, memoria histórica, agua pública, defensa de espacios y servicios públicos, etc…
¿Qué objetivos se propone La Solfónica?
La música en un espacio de reivindicación ayuda siempre a poner en “sintonía” a toda la gente que participa en ellos. Y nos ayuda, además, a recordar todas esas historias o mensajes que hay detrás de las canciones o de sus letras, y de las que tanto podemos aprender. Y en todos esos eventos en barrios ponemos nuestro grano de arena para ayudar a visibilizar sus reivindicaciones particulares.
La Solfónica interpreta “Rebelíon Solfónica” en el Ateneo de Madrid (Marzo de 2014), una versión de “Je Veux” de Zaz.
¿Qué instrumentos tenéis?
Pues habitualmente somos poquitos. Unos cuatro o cinco a lo sumo. Pero en los eventos más destacados, como las Marchas de la Dignidad, el maratón por la sanidad pública, el acto en el Ateneo en defensa del agua pública o las representaciones de nuestra Ópera Buffa hacemos un llamamiento a compañeros y compañeras músicos para formar una pequeña orquesta.
¿Con qué dificultades os habéis encontrado en España?
Ha habido varias manifestaciones en las que las habituales cargas policiales, injustificadas e irresponsables en la mayoría de los casos, se produjeron mientras estábamos tocando (Marchas de la Dignidad, manifestación tras la llegada de los mineros a Madrid, Rodea el Congreso…). En los momentos de pánico que se vivían por culpa de la actuación de la policía la música pudo crear un entorno de calma que, creo, ayudó a mucha gente a sentirse algo más protegida, poniendo además en evidencia lo esperpéntico de la situación, como en el caso de la manifestación en la Puerta del Sol al día siguiente de la llegada de los mineros a Madrid, en la que tras la estampida provocada por los antidisturbios y que pasó por encima de instrumentos y atriles de los músicos se fue creando un gran círculo de gente cantando en torno a la Solfónica, delante de una fila de policías, mientras otros antidisturbios en formación de combate “jugaban” (permítaseme la expresión) a perseguir a cualquiera que corriera por las calles que salían de Sol.
¿Qué experiencia internacional tenéis?
En octubre de 2015 con motivo de las Euromarchas a Bruselas que organizaron allí varios eventos en protesta por el TTIP, las politicas de austeridad y migratorias, hicimos desde Solfónica un llamamiento a coros europeos para cerrar la manifestación del 17 de octubre en la plaza de la Monnaie con un gran concierto colectivo. Si bien la movilización de las Euromarchas no tuvo la repercusión deseada, la organización del concierto con la participación de, aparte de Solfónica, dos coros de Bruselas y otros cantantes e instrumentistas de Francia, Inglaterra, Holanda, Alemania y Portugal, fue una experiencia transformadora para el grupo y el punto de partida, esperamos, para tejer redes con otros grupos musicales que entienden la importancia de las artes en la construcción de un mundo mejor.
La Solfónica protesta contra la Ley de Seguridad del Congreso.
¿Cuál es tu visión desde el Conservatorio?
Los recortes en secundaria han afectado también a los conservatorios de música aunque no de forma tan dramática como a los centros de enseñanza obligatoria. Quizá por eso las cifras de movilización en conservatorios fueron bastante inferiores a las de otros centros. Fue una pena no haber sabido canalizar mejor toda la fuerza que hubo en septiembre de 2013 en la comunidad educativa (muchos de los sindicatos importantes no estuvieron a la altura, poniendo a veces más palos en las ruedas que ayudando). Nos pilló un poco desorganizados y con falta de experiencia en movilizaciones, y con una Consejería de Educación sorda, por obra y gracia de una mayoría absoluta que confundieron con poder absoluto, y que se negó a sentarse a hablar después de 13 huelgas. Pero creo que de ahí salimos todos un poco más sabios.
¿Cuál es el futuro de La Solfónica?
Aparte de seguir en lo local, visibilizando las reivindicaciones de todos aquellos colectivos que apuestan por una sociedad más justa y solidaria, esperamos en estos momentos de crisis de identidad de la Unión Europea poder coordinar agendas y reivindicaciones con colectivos de otros países, con las dificultades que ello conlleva, porque aunque pueda ser más sencillo ponerse de acuerdo en reivindicaciones como el TTIP o la crisis de los refugiados, cuestiones como las políticas de austeridad puede estar viéndose y viviéndose todavía de forma muy distinta en los países de la periferia que en los países más fuertes de centroeuropa. Es un reto que tenemos pendiente.