Haber nacido sin una mano se puede superar con ganas de vivir y esfuerzo. Una adolescente logra costearse una mano biónica con la venta de pulseras que hace con una sola mano
Ana Ortiz es una adolescente valenciana que nació con un defecto congénito por el que le falta la mano izquierda, aunque le sobran fuerzas para superar cualquier reto. En menos de dos años ha recaudado más de 60.000 euros, el dinero suficiente para costearse una mano biónica gracias a la venta de las pulseras que ella misma hace con una sola mano en el salón de su casa de Valencia.
Gracias a Servimedia nos hemos enterado de esta preciosa historia de superación. ‘Anita’, como se la conoce en las redes sociales, es un ejemplo de madurez inusual para sus 15 años. Desde su cuenta de Instagram (con casi 100.000 seguidores) esta ‘influencer’ comparte no sólo sus creaciones sino también su rutina diaria: los trucos para hacerse un moño con una mano o cómo ponerse unos pendientes que, por cierto, ella misma ha diseñado.
Consciente de que una prótesis de estas características puede suponer un coste entre 60.000 hasta 100.000 euros, Anita se puso rápidamente, a su manera, manos a la obra. “Empecé haciendo pulseritas y creé la firma ‘Pero qué bonita eres’ porque cuando era pequeña mi madre estaba todo el día repitiendo esta expresión”, confiesa la joven en una entrevista a Servimedia. “A todo el mundo le gusta el nombre, tiene mucho gancho porque aparte de regalar una joya también regalas un piropo”, explica.
El proyecto de Anita arrancó hace apenas un año y medio. No imaginaba entonces que su proyecto se convertiría en una joya de solidaridad. “He recaudado el dinero para subvencionar la primera prótesis, entre donaciones, especialmente gracias a ‘dos ángeles’ que quieren permanecer en el anonimato, y a mi trabajo”, reconoce en una mezcla de orgullo y agradecimiento.
Esta chica rezuma un optimismo contagioso y eso se traduce en sus creaciones llenas de color y vitalidad. Para Anita no hay límites. Superado el mercado de la joyería se ha animado a diseñar camisetas, fundas de gafas, bolsos… Y todo lo compatibiliza con sus estudios de Secundaria y la práctica de su deporte favorito, el atletismo. Es una corredora de fondo, una ‘ironwoman’ de la discapacidad. “Organizar el tiempo es una locura. Cuando puede mi madre entre su trabajo y la casa me ayuda. Nos quedamos muchísimas veces hasta las tantas de la mañana trabajando. De hecho, nos hemos visto ya todas las series que se pueden ver. Nos las ponemos mientras trabajamos, porque si no nos quedamos dormidas”, explica entre risas. “La verdad es que estamos sacrificando mucho, sin salir, sin ir a ningún sitio para sacar las máximas horas posibles”.
‘Pero qué bonita eres’ echó a andar como un proyecto humilde, pero ha ganado repercusión con el paso del tiempo. Muchas ‘celebrities’ la etiquetan en cuentas oficiales, desde Paula Echeverría a Paloma Cuevas. “Mi objetivo es dar mucha difusión a esta firma y que ‘Pero qué bonita eres’ posea una fundación que recaude fondos a través de eventos y con la venta de las joyas y así podamos conseguir muchas prótesis para otros niños”, relata una Anita ilusionada.
Cuando habla de este proyecto que en breve se pondrá en marcha la adolescente subraya que “es como un sueño”. “Esto es una cadena de favores. Yo hago un trabajo y las personas me lo compran porque les gusta y con ese dinero me voy a comprar una prótesis”, explica. “Puesto que me han ayudado ahora eso mismo para otros niños y que sus familias que están en la misma situación puedan también tener esa calidad de vida que yo tendré en poco tiempo”, explica.
De hecho, ya se ha sometido a las primeras pruebas de la prótesis. “La verdad es que no había imaginado cómo sería tener dos manos. Cuando me colocaron un prototipo y me miré al espejo me llamó la atención ver que tenía dos manos”, rememora.
“El lado izquierdo, que lo tengo mucho menos desarrollado, se igualará al derecho, pues estás prótesis pesan casi dos kilos y al manejarla para coger las cosas estaré haciendo ejercicio inconscientemente”. Definitivamente “mi vida va a cambiar”, asevera. Y como Anita es así de bonita desea que otras personas experimenten también esa mejora en sus vidas. Por eso está dispuesta a seguir robando horas a la noche para enfilar cuentas y anudar abalorios. Todo por un sueño.