Recomendaciones

Vargas y los perros…

Es un documental apasionante hecho con la maestría que dan los años de vocación y trabajo de Chema de la Peña y su equipo, y que muestra no sólo la tenacidad, perseverancia y coherencia de Vargas Llosa por ser escritor desde su adolescencia, sino que nos acerca al hombre, a su biografía desde su niñez.

He de decir que en mis tiempos de universitario no me acerqué a la figura del escritor hispano peruano por su trayectoria política en su Perú natal que luego él aparcaría. Me chocaban algunas de sus posiciones entonces vistas desde una perspectiva histórica, y también el que no hubiera profundizado en la obra de mi maestro Ortega y Gasset como traslucía en algunos de sus artículos. Sería grata una tertulia sobre la filosofía de la razón vital e histórica y las relaciones intergeneracionales. Eso no quitaba para que disfrutara de algunas de sus tribunas periodísticas y que fuera consciente de que era un gran literato.

El verano pasado por indicación del amigo Álvaro Marías, con gran olfato para la lectura, normal después de haberse criado en el hogar que lo hizo, me metí en el universo de Vargas Llosa a través de La tía Julia y el escribidor. Me apuntó esta novela en plena tertulia saliendo del coso de Las Ventas una tarde de mayo tras haber contemplado una vibrante faena de un novillero que se jugó la vida bajo el diluvio. Triunfó aquel toricantano para deleite de los que resistimos a la tromba que se desató sobre Madrid aquella tarde de mayo de 2018. En buena medida, Vargas Llosa también se jugó los cuartos y la piel por su carrera literaria. Resulta evidente cuando el espectador contempla este documental y ve el arduo camino que hubo de recorrer para lograr el reconocimiento de la mano de La ciudad y los perros y todo el equipo editorial que capitaneó Carlos Barral. En este mundo de las Letras, el editor y el plumilla se necesitan, y si forman un inteligente y leal tándem lo complicado se torna más sencillo. Desde luego los críticos honrados y competentes, y los lectores que saben apreciar una buena obra o una buena recomendación son el complemento a este póker de ases.

Leyendo las páginas de La tía Julia y el escribidor disfruté de una prosa llena de vitalidad, de fuerza e intensidad en todos los capítulos en los que narra la relación entre ambos y sus circunstancias. Es la parte más deliciosa con la que me quedo. Periodismo y narrativa sublimes. Tiene swing. Estás leyendo esas piezas y parece que la película de  aquella etapa de sus vidas está pasando por los ojos del lector. Se confirma una vez más el planteamiento filosófico de Ortega y Julián Marías de que la novela es el mejor género para narrar la biografía y una época, y el cine una prolongación y complemento de aquélla con feedback para enriquecerse ambas artes.

La otra relación de capítulos, aquellos en los que crea la figura real del periodista compañero que es un exitoso creador de radionovelas, resulta sorprendente, curiosa y variopinta en los dos primeros tercios de la novela. Ingenio a raudales propio del mejor esperpento y del surrealismo. El último tercio al menos para mí resultaron excesivas tantas historias porque aunque siempre los escritores y lectores tenemos que concedernos el beneplácito del juego de la ficción, en esos capítulos sentí y pensé que ya no cabían. Se me produjo cierto empacho.

Hecha esta acotación, desde mi butaca en la sala de cine de Matadero en Madrid el día del estreno, durante la tertulia que hubo con Vargas Llosa, Chema de la Peña y la directora de la serie Imprescindibles, pude contemplar a un ser humano bueno, noble, cercano y sensible. Se humanizó Vargas Llosa. Hablaba como lo puede hacer cualquier persona de la calle. Algo habrán de meditar determinados compañeros de la prensa y de los medios cuando la imagen que se transmite de alguien, sea quien sea, no se corresponde con la realidad o con muchos de los matices de una biografía con múltiples matices y poliédrico. Una vez más vemos la necesidad de entender y aplicar el mito de la cueva de Platón, más en una época donde las mentiras publicadas vía medios o redes sociales son excesivas.

La noche anterior del estreno nos comentaba en hogareña tertulia Chema de la Peña a su pareja Ana Laan y a un servidor, con la siempre noble compañía de fondo del perro Lolo, y de la gata Squeakly, que a Vargas Llosa se le enciende la mirada y se le enternece cuando habla de los seres queridos, de los maestros de vida y de la Literatura. El hombre que ya vive en sus ocho décadas, muestra su lado más vital y juvenil. Irradia su fuerza interior, su ilusión por sus proyectos y su vida cotidiana. Como dirían los antiguos: ¡está hecho un chaval! En este sentido el magisterio de Vargas Llosa es una fuente de la que beber para las nuevas generaciones.

En Mario y los perros vemos al niño feliz que fue en sus tierras de Arequipa, de mirada inocente y expectante, hasta que llegó a la dureza del descubrimiento de su padre y los años de Lima. Le salvaron de aquella amargura y dolor, de aquella angustia y odisea infernal: la escritura, los libros, su angelical y guapa Madre, sus tíos Lucho y sus maestros en la Universidad y en la prensa. Tuvo una maestra sentimental en la tía Julia. En Barral y Balcells, dos comodines hasta hacer póker. En el tesón y en ser capaz de lidiar las etapas de penurias, una escuela de vida.

Sólo queda dejaros el enlace a Mario y los perros.

 


 

Una película, retrato de una época

Cartel de The company men.

The company men es un filme que describe de forma certera y profunda el mundo de los grandes negocios desde finales de los ochenta del siglo pasado hasta estos últimos años. Una empresa de construcción de barcos que había salido desde las bases más modestas, como cualquier otra sociedad, en un estado de los Estados Unidos, y que con una inteligente y comprometida gestión de la mayoría de sus empleados se había convertido en una multinacional.

Sin embargo, la filosofía de management y de trato humano a sus empleados comienza a cambiar de forma brusca y sin escrúpulos en la última década. Se deja de valorar el trabajo bien hecho, responsable y leal de sus profesionales en sus diferentes departamentos, para buscar solamente la rentabilidad financiera de una minoría de accionistas y miembros del Consejo de Administración.

Sólo se busca por parte de esos ejecutivos tiburones obtener ellos y sus cómplices en las decisiones de mando del Consejo el máximo beneficio para sus bolsillos y sus retiros híper dorados. Para unos planes de jubilación de centenares y decenas de millones de dólares indecentes, mientras que para otros compañeros que son jubilados o prejubilados tendrán pensiones modestas o con riesgos de no llegar a fin de mes. Además personas jóvenes entre los 35 y 55 años, se verán despedidas de sus puestos de trabajo en la compañía de astilleros, viéndose seriamente comprometidos su presente y futuro.

Entre esa variedad de situaciones personales y familiares, vemos tres casos paradigmáticos: Un ejecutivo millonario (interpretado con talento por Tomy Lee Jones) a punto de jubilarse. Un compañero de aquél a punto de cumplir los 62 (Chris Cooper que muestra las cimas y simas de su personaje) y que de no haberse metido en la hipoteca de una mansión también podría llegar a su jubilación en una situación notable y ventajosa.

Y el personaje que interpreta Ben Affleck, que está casado, con unos 40 años y Director Comercial hasta su despido, y su mujer enfermera, pero que está retirada de forma temporal porque ha decidido dedicarse a sus dos vástagos adolescentes. Ésta al darse cuenta de la realidad de la familia tras la destitución de su marido, con una gravosa hipoteca por la gran casa en la que viven, y también con cargas de préstamo por contar con dos coches de gama alta, uno de ellos el Porsche de él; decide primero echar cuentas y ajustar el presupuesto familiar. Y segundo buscar trabajo y retomar su carrera laboral como enfermera.

Dentro de esas tres realidades humanas, hay matices singulares decisivos. En el caso de la familia de Tomy Lee Jones, es una familia desestructurada en la que el marido sólo se preocupa de mantener el estatus socioeconómico de la misma. La esposa de vivir a todo tren. Pero el amor entre ellos se ha roto. Cada uno hace su vida por su cuenta, e incluso él tiene una amante que es la Jefa de RR.HH. de la naviera (María Bello). La hija de ambos está latente pero sin aparecer en la película nada más que en alguna foto o en alguna nota por escrito, el trato es casi inexistente con ella.

Por su parte, en el caso del personaje que encarna Cooper, éste también tiene una relación fría con su mujer e hijos. No hay terceras personas entre ellos. Pero él sólo se ha preocupado por su carrera profesional y porque su familia tenga las mejores comodidades materiales y una relevancia social. Todo el resto de circunstancias quedan al margen: las relaciones familiares, la inteligencia emocional, la educación sentimental, etc.

Y por último hemos de destacar la inteligencia emocional de la mujer de Ben Affleck (Suzanne Rico) que no sólo es capaz de reconducir la situación económica de su familia, sino también de mantener la cohesión de sus cuatro miembros, de salvar su matrimonio, de ayudar al marido a recuperarse en su ánimo y de su reintegración laboral.

Apreciamos a través de sus personajes las maneras de responder a similares circunstancias en unos casos y a otras distintas. En definitiva nos muestran la diversidad de la condición humana y de las relaciones interpersonales y familiares.

En todo ese mundo de egos y vanidades, aparecen un personaje (al que da vida Kevin Costner) y un grupo de personajes que han creado una asociación para ayudar a hombres y mujeres entre los 35 y 55 años a reincorporarse al mundo profesional. El papel que interpreta Costner con sobriedad y de forma convincente es el de un constructor a pie de obra que lleva toda su vida disfrutando de su trabajo porque le gusta, y porque a pesar de los altibajos que implica toda carrera y pequeño negocio, está pudiendo sacar adelante su vida y la de su familia. Bajo sus gestos rudos y secos en primera instancia, emerge un ser humano noble y dispuesto a ayudar a su cuñado (Affleck) cuando lo necesita. Y no sólo a éste, sino también a un compañero negro (E. Walker) de su cuñado al que éste ha conocido en la Asociación y que lleva 9 meses desempleado.

Esa Asociación de desempleados da tratamiento psicológico para primero recuperar a la persona del varapalo del despido, y que su autoestima se equilibre. Y segundo para seguir formándola y que aquélla retome su trayectoria laboral con una idea de equipo sólida. A través de la Asociación vemos un buen ejemplo de cómo dar una respuesta inteligente y comprometida frente a las visiones sesgadas que se muestran de la sociedad norteamericana en determinados medios, pero que pudiera ser extrapolable a otras sociedades de Occidente. Hay entidades que desde lo Público o lo Privado están asesorando a aquellos seres humanos que lo necesitan en este tipo de disyuntivas.

Antes de acabar este análisis de la cinta, quisiera dejar constancia del compromiso del pequeño empresario al que da vida Costner y de sus empleados, incluidos su cuñado (Affleck) y el compañero negro (Walker), que cuando los ingresos por la obra se ven mermados por desajustes en el presupuesto, aquél no despide a nadie. Sino que trabaja los fines de semana. Y éstos le responden sumándose al equipo. Dan un claro ejemplo de cómo hay auténticos compañeros, ocupando cada uno su puesto, y remando todos juntos en una misma dirección: empresario y empleados. Esos casos existen.

 


 

Stoner, una novela clásica

Que llegó a mis manos por un bello regalo que me hizo el compañero Dr. Fernando Hernández en pleno curso pasado. Como el personaje central de esta obra narrativa de John Williams, y que da título a la misma, nosotros tratamos de aportar nuestro granito de arena para que las nuevas generaciones de estudiantes de la URJC desarrollen su madurez personal y profesional, y sean personas competentes en el campo académico elegido.

Hemos de felicitar a la editorial canaria Baile del Sol por haber recuperado esta deliciosa y magistral novela y ponerla a disposición de los lectores en español. Todo un acierto la traducción que ha hecho Antonio Díez Fernández del original. Respeta el estilo de John Williams y además dota a la edición española de un sabroso lenguaje narrativo, cercano y descriptivo tanto de los personajes como de los escenarios. Eso ayuda a que quien la lee reflexione sobre las indudables cualidades literarias de Williams, y se percate de cómo va construyendo la novela aunando una excelente labor de documentación histórica, con un detallado estudio biográfico de cada una de las figuras que conforman la trama, y una capacidad descriptiva que conecta cuando la leemos.

Si analizamos Stoner desde la filosofía de la razón vital e histórica, vemos que cumple con los parámetros básicos de lo que es la presentación de la biografía de Stoner, un profesor vocacional universitario en Columbia, cuya familia es de origen agrícola y decide darle la oportunidad de formarse en la Universidad con el fin de que su hijo una vez concluido sus estudios dé un nuevo impulso a la explotación familiar. Sin embargo, Stoner de la mano de su maestro Archer Sloane, descubrirá su vocación hacia la literatura inglesa y la docencia, y la importancia de contar con un auténtico maestro en la vida estudiantil y personal.

A lo largo de la novela, Williams destaca la importancia de las relaciones interpersonales: el amor de la mano de la amada Edith; la amistad con Flynch y el propio Sloane; la relación maestro discípulo. Pero también Williams hace un retrato de la primera mitad del siglo XX en los Estados Unidos con una visión universal, ya que nos muestra a la potencia norteamericana como un país y una sociedad de profundas raíces occidentales. Por estos y otros motivos es Stoner un clásico y una obra que está a la espera de que cualquier lector la tenga entre sus manos.

 


 

Cómo recuperar la comunicación familiar

Esta película francesa, con éxito de público y crítica, es toda una invitación a reflexionar sobre las relaciones familiares e interpersonales con un trasfondo social e histórico que refleja nuestro tiempo. La pérdida de los buenos hábitos comunicativos entre los miembros de una familia que diferentes investigadores en las Ciencias Sociales venimos detectando en las últimas décadas en países de Europa y Occidente, queda descrito en esta cinta. Sin embargo, a lo largo de la narración de la misma observamos que con la voluntad, el deseo de superación y la capacidad de ponerse en la posición de la otra persona, es posible ir convirtiendo la incomunicación pasada o presente, en una sana, fructífera e inteligente comunicación cotidiana y futura.

Una hermana y su hermano menor (Juliette y Jérémie) se reencuentran con su hermano mayor (Jean) en la casa familiar en las tierras vitivinícolas de la Borgoña tras el fallecimiento del padre de ellos. Unos años antes también había fallecido la madre. El primogénito llega desde Australia donde vive con su pareja y también con su hijo desde hace unos años. Este hecho no es trivial en el desarrollo de la trama, ya que Juliette y Jérémie desconocen que tienen un sobrino. Digerida esa realidad desconocida, se alegran de la buena noticia y esperan a conocerlo en cualquier momento.

A partir de aquí a través de un flash back llegamos a cómo ha sido la vida de esta familia borgoñesa dedicada a la labranza de sus vides y a hacer vino. Desde la infancia de los tres, sus difuntos padre y madre les han transmitido el amor y la vocación por esas tierras y la bodega familiar, el respeto al trabajo bien hecho capaz de producir magníficos caldos. Pero bajo esa punta de iceberg hay algo más: además de cuidar de esas cepas y de enseñarles a elaborar vinos diferentes, les han enseñado a desarrollar vínculos afectivos sanos entre ellos y con sus progenitores, donde la conversación diaria es clave.

Por eso, Jean, Juliette y Jérémie consideran que ha llegado el momento no sólo de revivir aquellas épocas de vida familiar felices, sino de retomar hábitos sabios que nunca debieron dejar de lado. Viven un proceso de catarsis en el que salen a la luz los reproches que cada uno hace a los otros y a sí mismos, pero también por encima de todo prevalece la capacidad de escuchar y de perdonar. Se dan cuenta de que hay que recuperar el tiempo familiar perdido, se conciencian de ese reto que la vida les ha planteado y que les ha de servir de pilar sólido para el resto de sus vidas.

Aunque este film centra su atención en el trío de hermanos, junto a ellos se despliega su entorno cercano de la Borgoña: el leal e inteligente viticultor que trabajaba con la familia desde la niñez de ellos, y que a diario suma su experiencia y conocimientos para que esta nueva generación de bodegueros siga dando luz y brillo a sus vinos.

El grupo de jornaleros que contratan para la vendimia y con los que se establecen relaciones cercanas más propias de la amistad sin dejar de lado el aspecto profesional. E incluso se desencadena una incipiente aventura de Juliette con uno de ellos con el que previamente había tenido un encontronazo laboral. Se refleja tanto en la relación con el fiel empleado como con la nueva hornada de jóvenes vendimiadores que hay ejemplos reales de relación sana e inteligente entre empresarios y trabajadores. Esos son los casos a imitar y expandir en cualquier lugar y escenario profesional.

Hemos de destacar la relación de la pareja y los suegros de Jérémie, el hermano pequeño, con éste: ella está sometida a la influencia excesiva de su padre y madre con hábitos rígidos como el levantarse los domingos a las nueve de la mañana para desayunar. O la mirada miope y autoritaria del suegro hacia su yerno en cuanto a quererle dirigir su vida profesional y personal, y convertir a Jérémie en un títere que cumple con sus órdenes y caprichos. Pero éste con el apoyo de su hermana Juliette y de su hermano Jean, y meditando ante sus circunstancias cotidianas, se revela y se convierte en un esposo e hijo político con su propia personalidad y capacidad de toma de decisiones. El triunvirato de hermanos vencerá los embaucadores intentos del suegro de Jérémie por comprarles las tierras y la bodega.

Y Juliette será capaz de vencer sus dudas y miedos con las reflexiones y afectos que le brindan sus dos hermanos y el leal empleado de la familia, y se convierte en la líder de esta nueva generación de cosecheros del vino. Al fondo, está la figura del vendimiador con el que ha vivido una incipiente noche farniente, dejando abierta la puerta a compatibilizar la gestión de las hectáreas de vides y de la bodega con el amor.

Y como Europa es la Borgoña pero también cualquier tierra desde el Cabo de Finisterre,  o desde el Cabo de San Vicente a la Estepa rusa, aparece otro viticultor con tierras contiguas que muestra el antiguo conflicto por la usurpación de terrenos que no son de él, sino de esta familia de tres hermanos. El Derecho Romano, base de nuestro Derecho Civil y Occidental actual, haciéndose presente una vez más. Y la cuestión medioambiental también late de fondo, ya que mientras el trío familiar aboga por la agricultora ecológica y sostenible con abonos naturales y dejando descansar a las tierras; la otra familia de productores de vinos lo hace por la agricultora intensiva y con fertilizantes nocivos químicos.

 


 

Nuevo cine del Hospital Infantil de Zaragoza

Related image

 

«En el hospi estoy de cine». Es toda una nueva filosofía hospitalaria y todo un ejemplo el Hospital Materno Infantil de Zaragoza que contará a partir de este mes de octubre con un espacio donde los niños ingresados podrán ver películas y otros espectáculos. Actualmente se está trabajando en el antiguo salón de actos del edificio, ubicado en la cuarta planta, para reformarlo y adaptarlo como espacio multidisciplinar que sirva para mejorar la estancia de los pequeños en el centro hospitalario.

Esta iniciativa, que se enmarca en la política de humanización de los espacios sanitarios emprendida por este hospital, parte de la Fundación Sesé y cuenta con la colaboración de la plataforma solidaria La Fuerza del Corazón, de Alejandro Sanz, y de la Fundación Juegaterapia, que será la encargada de poner en marcha esta nueva sala de cine, con los fondos recaudados en diferentes actos solidarios y que forma parte de su iniciativa “En el hospi estoy de cine”.

 


 

Intocables, ahora en versión teatral

Image result for intocables teatro

“Intocables” llega al teatro. La película fue un éxito en cine, que en tan solo nueve semanas después de su estreno en Francia en 2011, se convirtió en la segunda película francesa más exitosa de todos los tiempos en número de espectadores, y más adelante fue un fenómeno mundial, recaudando más de 400 millones de euros en todo el mundo.

El Teatro Reina Victoria es el escenario donde podremos volver a divertirnos y emocionarnos con la relación entre dos personajes totalmente opuestos y procedentes de entornos diferentes. Uno, Driss, un joven de origen senegalés, que vive en un barrio obrero de París, con antecedentes penales, vitalista, descarado, divertido e irreflexivo; el otro, Phillippe, un rico tetrapléjico ya mayor, culto y muy poco espontáneo, que necesita un ayudante personal. Driss acude a la entrevista esperando ser rechazado y con la sola pretensión de poder sellar sus papeles para cobrar el seguro de desempleo. Sin embargo, y para su sorpresa, es contratado, pese a su descaro y a no tener ninguna formación profesional. Los motivos de Phillippe, harto de lidiar con cuidadores que sentían piedad de él, fue el ver que no le tenía compasión alguna y el reto de conseguir que el rebelde joven fuera capaz de realizar un trabajo y adaptarse a unos estrictos horarios y rutinas con responsabilidad.

Poco a poco, la relación entre empleado y empleador se va convirtiendo en la amistad de dos personas que se ayudan mutuamente a enfrentar y superar las dificultades de sus respectivos mundos.

Es la historia de dos “intocables”, uno por su discapacidad, el otro por su condición social. El título hace referencia a los integrantes de la casta más baja de la India, con los que nadie quiere relacionarse. Eso es lo único que tienen en común ambos personajes: que son marginados, aunque eso sí, por diferentes motivos. Y muestra que, a través de la amistad, todos tenemos una oportunidad de superar las limitaciones y ser mejores.

Ambos tejen una relación que va más allá de un acuerdo laboral, hasta convertirse en amigos inseparables. Una amistad tan improbable e inesperada, como definitiva. Y de la oposición entre ambos, de su excéntrica convivencia, surge la comedia.

Juntos van a mezclar a Vivaldi y la música rap, el habla elegante y la jerga callejera, los trajes caros y los pantalones de chándal en situaciones muy divertidas. Dos mundos que chocan para acabar por entenderse. Ambos encontrarán en el otro no lo que desean, sino lo que realmente necesitan. Las experiencias que comparten crean una amistad inquebrantable, pese a las críticas o la incomprensión de familiares y amigos, devolviéndoles aquella pasión por la vida que olvidaron. Así como la necesidad de compartirla con alguien que sepa apreciarla, y aceptarte con tus defectos y virtudes.

Una historia desgarradora, conmovedora, esperanzada y divertida. Y muy especial por ser real. Está basada en la novela autobiográfica “Le Second Souffle” de Philippe Pozzo di Borgo, tetrapléjico desde 1993 por un accidente de parapente en la que narra su relación con Abdel Yasmin Sellou, inmigrante con antecedentes penales que entró a su servicio como asistente a domicilio. Una amistad improbable, editado en España por Salamandra. Pozzo di Borgo, crecido en un palacete de la rue de l’Université de París y directivo del champán Pommery hasta 1993, vive actualmente entre su país y Marruecos. Sellou es un próspero comerciante que vive entre Argelia y Francia, y es padre de dos hijos y una hija.