Música y quirófano

 

¿Qué le parecería que el cirujano escuchara música mientras usted se encuentra en sus manos en el quirófano? Que estuvieran sonando los Beatles, o Mozart, o Rocío Jurad es lo que más le gustara al médico.

Pero, usted ¿cree que podría ser peligroso? ¿O por el contrario cree que sería positivo?

Un reciente estudio se ha centrado en valorar las ventajas y desventajas de esta posibilidad y sus conclusiones son tan interesantes que he querido compartirlas. El propósito de este nuevo estudio ha sido determinar si la música podría usarse para mejorar la eficiencia del personal médico en el quirófano. Pero también recoge datos relacionados con el efecto que esta puede tener sobre el paciente no solo durante su operación, sino incluso antes y después de ser intervenido.

¿Distracción o relajación? Los efectos de la música en el personal médico

Para empezar, le diré que el 87% de los profesionales hospitalarios participantes en la investigación -que incluye a 44 cirujanos, 25 anestesiólogos y 31 enfermeras- se muestran favorables a la idea de escuchar música en el quirófano. De hecho, ¡muchos de ellos ya lo hacen de forma habitual!

Quizás se esté preguntando usted qué hay de las distracciones o pérdidas de tiempo que podrían darse por seleccionar la canción o querer ajustar su volumen… Además, ¿no impide la música que se oigan alarmas importantes (por ejemplo, de la maquinaria utilizada)? ¿Y si el médico se pone a tararear en mitad de la operación?

Pues no tiene por qué preocuparse, ya que la mayoría se inclina por la música instrumental y el género clásico. Es decir, que prefieren canciones sin letra y por tanto no hay riesgo de que al cirujano le dé por interpretarlas.

Además, prefieren escuchar esa música a un volumen bajo o medio. Y eso puede tener una explicación científica: la canción no debería superar un tempo de 60 u 80 pulsaciones por minuto (PPM o BPM -de beats per minute- en inglés) para mantener el estado de relajación y evitar que aumente la frecuencia cardíaca, la presión arterial y la frecuencia respiratoria.

Otra de las cuestiones planteadas es la de que podría dificultar la comunicación con otros miembros del personal, teoría con la que el 66% de los participantes en el estudio se muestra en desacuerdo.  Y es que el trabajo concluye que la música puede aumentar la eficiencia del personal médico en el quirófano.

De hecho, la mayoría de los encuestados (el 63%) consigue una mayor concentración al escuchar música. Además, el 59% sostiene que la música le proporciona tranquilidad y le permite abordar sus operaciones quirúrgicas de una manera más reflexiva y relajada, algo que ya habían demostrado otros estudios anteriores. La percepción general es de una mayor sensación de bienestar y de un mejor estado de ánimo.

Además de para los médicos, la música en el quirófano es igualmente beneficiosa para los enfermos. Así, esta ayudaría a reducir su ansiedad antes de la anestesia, ya que gracias a ella se consigue un ambiente más relajado, un valiosísimo respaldo emocional en un ambiente tan extraño como es un quirófano. Y la música puede hacer incluso que se sientan menos fatigados y doloridos.