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Por primera vez, una persona con síndrome de Down consigue un grado universitario en España

Así es Blanca San Segundo, una joven valenciana que se ha graduado en Terapia Ocupacional por la Universidad Católica de Valencia. «Aún no me lo creo, ¡estoy muy contenta! Todo lo que conseguido ha sido a base de esfuerzo, trabajo y superación», explica la recién graduada.

Blanca, una joven de 30 años con síndrome de Down ha conseguido uno de sus principales retos: terminar el grado universitario de Terapia Ocupacional, unos estudios que le permitirán dedicarse a la promoción de la salud y el bienestar de las personas. La personalidad y afán de superación de esta valenciana, que trabaja en un centro de educación infantil desde hace ocho años, le han llevado siempre a marcarse objetivos muy altos que ha ido cumpliendo uno tras otro, teniendo siempre en cuenta sus capacidades y no sus limitaciones. Gracias a ello, Blanca ha logrado convertirse en la primera persona con síndrome de Down que termina un grado universitario.

“Aunque tenga discapacidad, puedo hacer lo que me proponga con mis capacidades, eso es lo importante. La sociedad tiene que ver que las personas con síndrome de Down podemos hacer muchas cosas. Yo estoy muy contenta con todo lo que he conseguido”, explica Blanca, orgullosa por el resultado obtenido tras años de esfuerzo y dedicación.

 


 

Desde 2015 la Fundación Esperanza y Alegría  trabaja con varias entidades sociales para formar en jardinería a jóvenes en situación de vulnerabilidad social en El Pozo del Tío Raimundo. Su objetivo es apoyarles en sus procesos de inserción sociolaboral y en la búsqueda de empleo. Buscan dar a las personas oportunidades para romper esas barreras «invisibles». Lo cierto es que todos necesitamos oportunidades para desarrollarnos como personas, y en la Fundación creemos que estas oportunidades llegan sobre todo por medio de la educación. La educación amplía nuestros horizontes y nos abre un nuevo mundo de posibilidades que de antemano no estaban a nuestro alcance.

Como seguramente, lector, podrás imaginar, este proyecto no busca transformar jardines, sino transformar vidas, y para seguir transformando las vidas de decenas de jóvenes, tanto de españoles como de inmigrantes que vienen a España a buscar una vida mejor, te necesitamos a ti. Necesitamos nuevos socios que apoyen nuestra causa y contribuyan de manera regular y a partir de 5 euros al mes, a que 30 jóvenes al año se formen en jardinería. Cada ayuda cuenta y es inmensamente apreciada, sobre todo si podemos contar con ella de manera regular.

Si quieres saber más sobre el proyecto visita su página web y ve con tus propios ojos el impacto que está teniendo el proyecto en la vida de decenas de jóvenes.

 


 

La enfermedad mental y el arte

 

Los artistas parecen diferentes a otras personas. Como si tuvieran dones especiales de los que el resto de los mortales carecen. Pero hoy en día sabemos que la creatividad se origina en el cerebro y que tiene una base biológica.

«También sabemos que, si bien ciertas formas de creatividad surgen junto a los trastornos mentales, la capacidad creadora no depende de ninguna enfermedad. Además, el talento creativo es universal. Cada uno de nosotros lo expresa de distintas formas y en diversos grados», subraya el Premio Nobel de Fisiología/Medicina en el año 2000, Eric R.Kandel en ‘La nueva biología de la mente’ (Paidós).

 

En este sentido, el también profesor de Psiquiatría de la Universidad de Columbia (Estados Unidos), así como investigador en el Howard Hughes Medical Institute, indica que los poetas románticos del siglo XIX argumentaban que la creatividad provenía de las enfermedades mentales, las cuales disminuyen las restricciones que nos imponen la costumbre, las convenciones, y el pensamiento racional, permitiendo al artista explorar fuerzas creadoras inconscientes.

“Los científicos, aunque aún tengan que destapar los mecanismos biológicos de la creatividad, han descubierto algunos de sus precursores, uno de los cuales parece estar despojándonos de inhibiciones, permitiendo que nuestra mente vague con más libertad y busque nuevas conexiones entre las ideas. Esa comunión con el inconsciente la comparten todas las personas creativas, pero llama más la atención cuando éstas padecen trastornos mentales», advierte el Nobel.

«Tal y como señala Arnheim, las teorías psiquiátricas actuales sostienen que la psicosis no genera talento artístico, sino que, a lo sumo, libera facultades de la imaginación que, en circunstancias normales, permanecerían bloqueadas por las inhibiciones propias de los convencionalismos sociales y educativos», añade.