Maratón de Cuentos

Guadalajara, tierra preñada de cuentos con hermanos por el mundo

Tras 27 años de vida, el Maratón de Cuentos de Guadalajara quiere dar un paso cualitativo más: convertir a la provincia de la Alcarria en la Tierra del Cuento. Me cito con Blanca Calvo y Pep Bruno. Calvo es toda una institución en Guadalajara: fue la primera directora de la Biblioteca Pública Estatal hasta que en 2013 se jubiló. Junto a sus compañeros y compañeras convirtieron a la misma en una auténtica Casa de la Cultura, que hoy continúa vertebrando no solo a la ciudad sino trazando redes de cooperación con las bibliotecas alcarreñas, con la sociedad civil y con otras instituciones culturales de Europa y del mundo. Desde el Seminario de Literatura Infantil y Juvenil con la colaboración del Ayuntamiento se puso en marcha en 1992 la 1ª edición del Maratón de Cuentos.

El escritor, investigador y narrador Pep Bruno también conoce las entrañas del mismo, habiendo participado en la gestión desde la 3ª a la 13ª edición; ahora lo hace con labores de voluntariado y como cuentista.

La 27ª edición celebrada el pasado mes de junio supuso otro hito en el Maratón de Cuentos, con 46 horas dedicadas de viernes a domingo a conferencias, mesas redondas, conciertos de música, el Maratón viajero por las bibliotecas de la provincia, ilustradores dibujando mientras los narradores hacían las delicias de un público intergeneracional con gran sentido crítico. Este es otro de los logros de este Festival como nos comenta con entusiasmo Calvo “son generaciones juntas las que cuentan y participan en el Maratón, y las familias que van a la Biblioteca con sus niños a buscar cuentos, o a las actividades de los cuenta cuentos. Por ejemplo, la mañana del domingo el Maratón es muy familiar, hay padres y abuelos con sus hijos, incluso hay terceras generaciones: niños que iban hace años, y ahora van con sus hijos”.

Los menores no conciben la vida en Guadalajara sin el Maratón de Cuentos ni tampoco sin los Viernes de Cuentos -estos se celebran un viernes al mes por la noche reuniendo a 400 personas cada sesión entre octubre y junio-. Pep Bruno cuando conversa con sus hijos de 19 y 16 años les tiene que matizar lo que supuso la creación del mismo, el antes y el después de la vida en la ciudad “el viernes de cuentos nace con la idea de que haya cuentos durante todo el año y el Maratón solo una vez al año. Esto ha consolidado un público escuchando cuentos durante 20 años, hay gente muy mayor pero también va llegando gente más joven. En mi familia, somos tres generaciones escuchando cuentos los viernes. Venir a Guadalajara a contar cuentos es algo de mucha responsabilidad para los narradores profesionales, porque Guadalajara tiene un nombre en el oficio muy destacado. Y disfrutar de un público potente y crítico; aquí tienes que venir a contar algo que nos lleve a un viaje de la imaginación a todos. Cuando termina el viernes de los cuentos es imposible ir a cenar a los bares de alrededor porque todo está lleno. La cultura no es algo solo místico, sino que además genera beneficios sociales y económicos”.

En los últimos años el Viernes de Cuentos arranca el jueves previo con narradores haciendo las delicias del público asistente en las bibliotecas de la provincia, como describe Bruno “lo interesante es que hay narradores del viernes que el jueves ya están contando en Azuqueca y otros municipios como los del Valle del Ocejón”.

Calvo, Bruno, los hombres y mujeres que participan de una u otra forma en este Mundo entorno a la palabra narrada son exigentes, y en esa razón de vida e histórica que comparten de convertir a las tierras alcarreñas en el epicentro del Cuento en España con redes cívicas por el mundo, han trazado todo un plan de trabajo para intentar hacerlo posible en estos próximos años. Pretenden crear un Museo del Cuento con enseres sacados de los fondos de otros museos, por ejemplo “una flauta del s. XII o de ala de buitre que puede ser la del flautista de Hamelin” apunta Calvo. O un Centro de Interpretación e Investigación entorno a este género para que investigadores de todo el mundo puedan venir a hacer sus trabajos. Para ello se piensa en edificios bonitos de la urbe que se puedan recuperar y poner a disposición de la ciudadanía. Todo ello se viene gestando desde noviembre de 2017 cuando los miembros del Seminario de Literatura Infantil y Juvenil se reunieron en Sigüenza “para ver cómo dar seña de identidad hacia afuera -hacia adentro ya lo tiene desde hace tiempo-, como Ciudad de los Cuentos. Establecimos un itinerario cuyo primer paso es que el Gobierno lo incluyera como Fiesta de Interés Turístico Regional -se ha conseguido-. Eso puede conllevar cosas interesantes porque en Fitur se puede generalizar. Y terminaría por presentar una candidatura a la Unesco como Buena Práctica Cultural Inmaterial” nos apunta Calvo.

Para llegar a ello hay que superar múltiples circunstancias, como las que cada año tienen que lidiar los organizadores del Maratón. A pesar del indudable impacto humano, social y económico que tiene para Guadalajara, las administraciones, sobre todo el Ayuntamiento, siguen poniendo trabas para su celebración como nos confirma Bruno “en esta 27ª Ed. del Maratón apenas un mes y medio o dos meses antes el Ayuntamiento de Guadalajara recortó el presupuesto que habitualmente concede al Maratón, además de ser un presupuesto que no ha crecido en años. La Junta de Comunidades tuvo que aumentar su aportación para cubrir ese hueco, eso es absurdo porque debería haber unas cantidades establecidas, y la ciudad debería apostar por ello junto a la Comunidad. ¿Cómo se hace? No lo sé porque no se cómo funcionan las políticas y los políticos”

Los miembros del Seminario de Literatura Infantil y Juvenil, entre otros caminos, están trabajando en, por un lado, calcular el impacto socioeconómico del Maratón de Cuentos para la ciudad y la provincia “es un objetivo a medio plazo porque sabemos que los cuentos tienen una gran implicación en la economía, por ejemplo, la organización de comerciantes de Guadalajara ha contribuido y han adornado sus escaparates en la zona en la que ha transcurrido el maratón. Lo tenemos que redactar con una base científica porque por el momento es experiencia, pero no ciencia”, matiza Calvo.

Y, por otro, en elaborar una memoria del mismo. ¿Cómo lo están haciendo? Calvo nos lo narra “hay un miembro del Seminario de Literatura Infantil y Juvenil que es profesor de Antropología en la UCM y nos dice que podría coger eso como motivo de trabajo de sus estudiantes: una Monografía sobre ello”.

Dentro de la Memoria que el Seminario ha realizado, y que ya conoce el Gobierno regional y que está a la espera de poder ser presentado al Presidente de la Diputación, se recogen las rutas literarias alcarreñas como nos transmite Calvo “la ruta de los Gancheros de José Luis Sampedro, el viaje a la Alcarria de Cela, y se relacionan con los cuentos y se vinculan a la provincia cuentista. El Maratón tiene muchos hijos pequeños en los pueblos: en 2018 ha habido 17 pueblos que han hecho su propio Maratón, hay uno que lleva 20 años haciéndolo. O llevar los cuentos a las Residencias de ancianos o a hospitales -dos bibliotecas han hecho la Palabra viajera-”.

Esta es la realidad del cuento en Guadalajara y su provincia, y en Castilla La Mancha, sin embargo, la situación es diferente en otras regiones de España.

¿Cómo se trata a la narración oral en otros lugares del país?

¿Qué se está haciendo para crear redes con otros municipios y CC.AA.?

La experiencia del cuentista Bruno es iluminadora al respecto “en muchas regiones a los narradores les resulta muy difícil vivir de contar. Ellos tienen un compromiso con el oficio de contar y con el placer de escuchar y contar cuentos. Es gente que fuera de su tiempo en muchas ocasiones se juega su dinero, y ponen en marcha festivales que con el paso de los años logran ser festivales que se sostienen, que crean un público que los demanda, que las instituciones les apoyan. Luego hay otros compañeros que lo trabajan de otra manera: en Azuqueca de Henares hemos trabajado en IES de Secundaria en un Programa que se llamó Pasaporte Cultural con estudiantes de 3 y 4º de la ESO, y de 1º y 2º de Bachillerato, para que los chavales contaran cuentos, trabajaran la expresión oral y corporal, y todo ello repercuta en sus estudios y vidas”.

Cada vez es más evidente que la Cultura cuando se practica con inteligencia, coherencia y buen gusto, contribuye al desarrollo económico y social. Promueve valores cívicos y humanos, y es un modelo sostenible de Economía frente a los paradigmas corruptos y especulativos. Como señala Calvo “cada 1 € invertido en Cultura produce 17 € de beneficio económico. La Cultura da dos cosas muy importantes: beneficios económicos y además da una sensación de pertenencia a una sociedad, a unos valores culturales y espirituales que son importantísimos. Cuando los Clubes de Lectura hacen un viaje a algún sitio están movilizando la economía, y eso ha sido así incluso en los años de la crisis. En la Biblioteca de Guadalajara los clubes de lectura se han reunido incluso para hacer viajes al extranjero y conocer los escenarios de una novela que han leído, o simplemente iban a Madrid a ver una obra de teatro. Ese día movilizan el sector del autobús, los bares donde se toman un café junto al teatro, o el pago de la entrada al Museo”.

Calvo al llegar a este asunto se acuerda del narrador Xavier Puente Docampo, que falleció hace unos meses, y que forma parte de la Historia del Maratón de Cuentos. Su participación desde la primera edición fue clave, ofreciéndose a contar cuentos durante la madrugada si al menos una persona se comprometía a escucharle. Desde entonces, las noches hasta al amanecer durante el certamen están repletas de público.

Y al abordar la cuestión de la necesaria implicación de inversiones públicas en la Cultura, Bruno nos ofrece otra mirada que matiza y completa esa realidad con dos trayectorias. Una es la capacidad terapéutica de la narración “sería muy bueno que los políticos y gestores tuvieran la posibilidad de conocer y escuchar muchos cuentos populares porque en ellos hay algo que ocurre habitualmente: el débil suele vencer; el grupo se hace fuerte cuando trabaja junto; el inteligente a pesar de estar todo en contra es el que logra salir adelante y airoso de las situaciones complicadas. Todos son aprendizajes que uno puede disfrutar escuchando cuentos sin necesidad de que lleven la moraleja”.

La otra es abordar de una vez en España la protección de los artistas de cualquier ámbito comprometidos con la Cultura y con sacar adelante sus vidas. Para Bruno es imprescindible “hay un montón de frentes que gobierno tras gobierno no se tocan, por ejemplo, el Estatuto del Artista. Somos como cualquier autónomo, puedes dedicar 3 meses o 3 años a un espectáculo de narración y mientras tanto tienes que seguir haciendo otras cosas para seguir viviendo y pagando el autónomo. En países como Francia si haces 60 representaciones tienes derecho a cobrar un pequeño paro. O el incremento de los pagos que haces del IVA está en función del número de representaciones que haces. También es necesario desarrollar una Ley de Mecenazgo que permita una inyección privada y pública para las propuestas artísticas y culturales”.

Frente al cortoplacismo de los políticos cortos de miras y sin más objetivo que el mantenerse en el poder, es necesaria una Política de inversiones en Educación y Cultura que sea sostenible y que ayude a vertebrar mejor España, Europa y el Mundo.

Antes de decirles hasta pronto a nuestros protagonistas, y que nos reencontremos un Viernes de Cuentos, en la 28ª Edición del Maratón, paseando por el Parque de la Concordia, o en la Librería La Ballena Azul, les doy la palabra para que hablen de cualquier tema que no hayamos abordado. Blanca Calvo con su alegría habitual se decanta por la empatía emocional que desarrollamos cuando compartimos el cuento con las nuevas generaciones “tengo una nieta que a todas horas me está pidiendo cuentos, a veces me cansa, pero digo: ¡qué niña tan curiosa! Y me pregunto ¿qué le quedará a ella de todo esto cuando yo no esté? Me gusta pensar que lo que ahora es una anécdota, para ella va a ser un recurso el día de mañana para resolver problemas o para tener un recuerdo emocional que le ayude en un momento de su vida”.

Por su parte Bruno defiende que el cambio humano y social vendrá de la mano de la Educación “el cambio será en la Escuela, será en la Biblioteca, o no será. Podemos cambiar de políticos, quemar libros viejos, podremos hacer lo que sea, pero el cambio vendrá de la mano de la Educación. Tiene que haber una inversión real y decida en ella para que de verdad las cosas cambien y sean mejores”.

Manuel Carmona Rodríguez