Recuerda que eres mortal

Varias reflexiones se me vienen a la cabeza, tras este mes largo de confinamiento….

Empiezo. Qué cerca que estamos del mundo entero y lo poco que lo sentimos. Un virus extraño que nos parecía lejanísimo a los europeos, a los españoles, allá por el mes de diciembre, nos está matando, encerrando, empobreciendo económicamente….

¡Es aquí, en el viejo continente!!! ¡Y empezó a 8700 km.!!! No existen fronteras, no existen límites, lo que les pasa a ellos nos pasará a nosotros. No entiendo la xenofobia, no entiendo este nuevo egoísmo que se venía apoderando del mundo. Mas que nunca, todos hermanos… solidaridad y unión…por favor, no lo olvidemos cuando volvamos a la calle….

Una segunda reflexión social evidente, lo vulnerables que somos todos y cada uno de nosotros, un bicho invisible que pilla a todos, desde el príncipe Carlos de Inglaterra, a mi suegro. Ya lo sabíamos.  Qué rápido se nos olvida y nos fastidia y enerva un tipo que ha dicho no sé qué sobre la autodeterminación de no sé qué sitio. Recuerda que eres mortal. ¿Qué es lo más importante, gobernantes del mundo? ¿no es más importante trabajar por un buen sistema de salud? ¿Por unas residencias de ancianos que no sean morideros? Por favor, demos una vuelta a nuestra lista de prioridades.

Acabadas las reflexiones globales, vayamos a las personales. Los sentidos perdidos: qué  importante es ver, escuchar, saber y -espero pronto- tocar a la gente que te importa. Cuánto tiempo estamos hablando por teléfono otra vez! A cuantos viejos amigos estamos llamando… qué nos gusta escucharnos ahora. Qué descuidado lo teníamos. En estas circunstancias, necesitas a tu gente. Que la rutina diaria no te la vuelva a quitar… sigue cuidándolos, disfrutándolos, escuchándolos. Qué ganas de tocaros…

 

Es muy interesante esta oportunidad para admirar más, mejor, más conscientemente, la fuerza, el carisma, la inteligencia de mi gente. Qué bien están haciendo su cuarentena. Qué grandes. Qué ocasión de reflexionar sobre los valores y las prioridades. Olé por vosotros que os crecéis en la adversidad!

Y nuestro pequeño barco, qué fuerte es, pero que difícil de manejar. Nuestra rutina habitual nos gestiona el día a día, y sí tienes tu estrés, tus reuniones, tus viajes… pero no limpias, no cocinas, no haces análisis sintácticos y morfológicos, no cuelgas y recoges dos lavadoras diarias. De repente, todo. Y es difícil.

El barco que es esta casa en la que estamos encerrados, hay que manejarlo con paciencia, cariño, filosofía y amor y más paciencia para todos y cada uno de los miembros de esta tripulación. Desembarcaremos más unidos, más fuertes, queriéndonos más… ni las mejores vacaciones en familia nos dan esta oportunidad: disfruta y aprovecha este confinamiento!

Y los pequeños placeres: estoy como nunca disfrutando de los libros, de las películas, de los juegos de mesa, de pintar, de coser, qué enorme placer cerrar alguno de esos libros que leí últimamente aún en el confinamiento.  Es una gran oportunidad de fortalecer, ese, ahora, mi barco interior…

Finalmente, un poco de frivolidad, qué me gustan los bares, los restaurantes, los museos, los conciertos, qué me gusta pasear por El Retiro, ir a la playa, ver el monte, viajar, bañarme, ay qué ganas… echo de menos hasta la oficina… Estoy segura que los vamos a apreciar más esos placeres que estábamos acostumbrados a integrar en nuestro día a día como rutinas y ahora son un privilegio…. A por una cervecita en el chiringuito con unas gambas!!!! Disfrútalo!!!

En resumen, un poco de conciencia y reflexión sobre LO IMPORTANTE. Es la ocasión!

 

MR (38)