Querido coronavirus, tu y el confinamiento que traes me estáis regalando tiempo, ese que tanto nos faltaba a todos… Ahora tengo tiempo para aburrirme. Necesitaba aburrirme para pensar en otra cosa que no fuera el colegio y las notas, que es en torno a lo que ha girado todo mi año. Tengo tiempo para conocerme a mi misma, para investigar y encontrar cosas que me gustan. Estoy aprendiendo a convivir con mi familia, las personas a las que más quiero, las 24 horas al día.
Para nada digo que me alegro de que haya llegado algo como tu, coronavirus, pero sí quiero decir que esto me está sentando de maravilla, y que no soy la única. Parece que tenía que pasar algo así para enseñarnos que si no se hacen los exámenes o reuniones previstas no pasa nada, que tampoco somos tan imprescindibles, y que tenemos que parar más a menudo.
Parar y reflexionar, y es que antes, los informativos no dedicaban más de seis minutos a cada noticia, y ahora, la hora entera de noticias es una: el coronavirus. Parece que por primera vez aparecen expertos de verdad y dedican el tiempo necesario para que estemos bien informados.
Y tu, confinamiento, qué te voy a decir a ti, has dado la vuelta a todas nuestras prioridades, esas que cada vez estaban más condicionadas por el trabajo. Ahora, la prioridad somos nosotros, es la familia, y es nuestro bienestar… Como siempre debería de haber sido. Confinamiento, eres el más listo de todos, y es que nos has hecho multiplicar por cien el deseo de vivir, y nos has enseñado a valorar esos pequeños detalles que solíamos dar por sentado, como coger la mano a mi abuela, quedar con mis amigos, o salir a dar un paseo.
Muchos nos hemos dado cuenta de que somos unos afortunados por el simple hecho de vivir, y que la salud es lo más importante que tenemos, es la base de nuestras vidas, y es la razón por la que parar la economía de un país, y casi del mundo, está más que justificado.
Gracias, coronavirus
C.Q. (20)