Apreciar los placeres de la vida

Gota tras gota impacta la lluvia sobre mi ventana. Cierro los ojos por un instante y cuando los abro de nuevo, me encuentro corriendo bajo ella, sacando la lengua para capturar el máximo de gotas posibles. Como cuando era pequeña.

Nostalgia. Qué poco valoramos lo que tenemos y qué mucho lo echamos en falta cuando desaparece.

Está claro que la vida nos ha querido dar una lección, rompiendo nuestros esquemas y rutinas, para ponerlo todo patas arriba. Nos encontramos en un momento en el que todo el mundo gira alrededor de un único tema. Todos luchamos por el mismo fin y merecemos el nombre de héroes: sanitarios, dependientes de supermercados, limpiadores, transportistas, los que no están y los que estamos, en hospitales o en nuestras casas. Todos somos uno.

Cuando nos unimos ocurren cosas alucinantes.

En esta cuarentena estamos aprendiendo a valorar los pequeños placeres de la vida. Aquellos que estamos descubriendo, como cocinar, pintar, tocar algún instrumento… o aquellos que nos han arrebatado, como los besos, paseos, quedadas con amigos… Pero volverán y los disfrutaremos como nunca antes lo habíamos hecho. Cada vez queda menos. Volveremos.

 

M.A. (19)