Apreciar la naturaleza en paz

Esta situación tan anómala y extraordinaria tiene un coste grande para todos. A cada persona le ha arrebatado algo en mayor o menor medida: una vida, un viaje, la libertad,…

Aun así siempre hay que ver el lado bueno de las cosas, y es que por muy increíble que parezca, lo hay. Hemos sacado la parte más humana y más solidaria que todos tenemos dentro.

Los hospitales están colapsados, pero la cola para donar sangre también está colapsada. Todo el mundo quiere ayudar y aportar, por eso he aprendido mucho estos días de confinamiento.

Entre otras cosas lo vulnerables que somos los seres humanos. Somos tan egocéntricos siempre, creyéndonos poderosos, cuando en realidad un ser microscópico como es un virus puede con nosotros. Hay que saber valorar lo que tenemos, y esta situación también nos ha enseñado a apreciar más las cosas. En cualquier momento puede cambiar todo, podemos pasar de todo a nada. Valorar más los simples, pero valiosos, momentos con nuestros seres queridos: las comidas familiares, la terraza con los amigos…

Lo apreciamos más ahora, que nos falta, que cuando lo teníamos. Otro punto muy importante a fijarse es la naturaleza. Las emisiones de CO2 han bajado mucho, la naturaleza está en paz por fin, ya le tocaba. ¿Somos nosotros el virus para la naturaleza? Seguramente sí, y este “break” le viene muy bien en un momento muy crítico para el medio ambiente.

 

B.S (18)