He perdido el miedo al desapego a las cosas o a los modelos de vida conocidos
Paz Huergo a la izquierda de la imagen rodeada de mujeres artesanas. La más cercana a ella está tejiendo.
Paz, ¿qué grandes cambios estás experimentando en tu vida desde que te embarcaste en crear SHAMUK?
Paz Huergo “Muchos y todos buenos. Siempre quise trabajar en cooperación, pero a menudo la vida te lleva por otros caminos. Ser capaz de iniciar este nuevo proyecto vital a una edad en la que la mayoría nos acomodamos, me ha aportado ilusión, motivación, sentido a las cosas que hago y en las que creo, me ha sacado de mi zona de confort, me ha dado la posibilidad de convivir con gente diferente en su cultura, en su forma de entender la vida, eso te hace mucho más tolerante y te abre la mente. He perdido el miedo al desapego a las cosas o a los modelos de vida conocidos hasta ahora. Y me he convertido en una persona mucho más agradecida con la vida.”
¿Qué proyectos estás desarrollando este año?
Paz Huergo “En este segundo año, sigo afianzando la colaboración con los grupos de mujeres e incorporando algunos nuevos, pero estoy muy centrada en la parte del Proyecto que tiene que ver con lo que atañe a España: dar a conocer el Proyecto a través de medios de comunicación, redes sociales, presentaciones a grupos interesados en él, búsqueda de clientes, acuerdos con colaboradores, etc. Es importante que el Proyecto crezca y se consolide aquí, porque de ello depende la continuidad del mismo y el fin último de SHAMUK que es la mejora de las condiciones de vida de las mujeres con las que colaboramos.”
¿Cómo llevas vivir a caballo entre España y Ecuador?
Paz Huergo “Es una de las mejores cosas de este nuevo proyecto vital. Siempre digo que tengo lo mejor de los dos mundos. Vivir en Ecuador me hace feliz, mi trabajo allí es muy gratificante y supone un aprendizaje constante para mí. Volver a España me permite, además de reencontrarme con mi familia y mis amigos, agradecer a la vida todo lo bueno que tenemos en este lado del mundo y que, dado que hemos nacido con ello y en ello, apenas valoramos y mucho menos agradecemos.
Hace unos meses encontré esta frase que define perfectamente esa sensación que tengo de no pertenecer ya a un solo sitio: “Nunca volverás a estar completamente en casa, porque un pedazo de tu corazón siempre estará en otra parte. Ese es el precio que pagas por la riqueza de amar y conocer personas en más de un lugar.”
Cinturones y correas artesanales hechos por la mujeres ecuatorianas
¿Qué evolución observas en las mujeres con las que trabajas de Ecuador y sus entornos?
Paz Huergo “Siempre les digo que tienen toda mi admiración porque a ellas les toca luchar ahora para conquistar derechos que las que hemos tenido la suerte de nacer en una parte del mundo, imperfecta también, pero donde es mucho más fácil ser mujer, los percibimos como inherentes porque ya nos vinieron dados.
En estos cuatro años que han transcurrido desde que llegué por primera vez a Ecuador, las he visto dar pasos para unirse, crear asociaciones con el fin de ser más fuertes a la hora de incidir en política pública, pero hay por delante un larguísimo camino por recorrer. Los grupos de mujeres con los que colaboro, en su mayoría son indígenas que viven en zonas rurales apartadas y aún queda muchísimo por hacer en temas de violencia familiar y de derechos. Las leyes se convierten, demasiado a menudo, en papel mojado frente a la nula formación en igualdad, a la educación discriminatoria y a la resistencia de los hombres para ceder espacios de poder.
¿Qué nos pueden aportar esas artesanas y artistas con sus obras a los españoles y a otros?
Paz Huergo “En esta sociedad de fast fashion, de las grandes cadenas de producción en moda y en decoración, de la mentalidad de “usar y tirar”, sus artesanías nos transportan a las cosas hechas con cariño, con técnicas ancestrales, a las piezas únicas hechas a mano de una en una, a la recuperación de la tradición, a objetos que tienen una historia detrás.”
¿Qué les podemos aportar los españoles y europeos a esas artesanas y a esos artistas?
Paz Huergo “Comprando lo que hacen estas artesanas, no solo colaboramos a mejorar sus condiciones de vida y la de sus familias, algo muy importante dado que la mayoría vive por debajo de los niveles de pobreza, sino que también las ayudamos a mejorar su autoestima y la percepción que tienen de ellas mismas, ya que en una sociedad en la que la mujer es poco valorada y cuyo cometido queda relegado al entorno familiar y doméstico, el que su trabajo sea apreciado y valorado por personas tan alejadas de su entorno, les da seguridad y confianza en sí mismas y en su capacidad para avanzar y construir una sociedad más equitativa. Podemos mostrarles que pueden conseguir esos objetivos, porque nosotros ya vivimos con ellos gracias al esfuerzo de mujeres y hombres que nos precedieron.”
Manuel Carmona Rodríguez