Editorial

Nuestro espíritu gobierna el cuerpo

 

Ya llegó el verano en el hemisferio norte y ya llegó el invierno en el hemisferio sur. Todo cambio de estación supone un cambio de vida, de quehaceres que es preciso enriquecer. Un cambio de aquello que nos define como personas: “somos lo que hacemos” aunque la neurología incide en esta vieja idea, añade hoy  “somos lo que pensamos”.

Nuestros pensamientos condicionan nuestra respuesta física corporal. La imbricación cuerpo/ espíritu es total. Hasta el punto que los pensamientos positivos, es decir la actitud vital de cada persona  puede decidir el futuro de su propia salud.

Los telómeros son los extremos de los cromosomas. Son regiones de ADN no codificante, altamente repetitivas, cuya función principal es la estabilidad estructural de los cromosomas en las células eucariotas, la división celular y el tiempo de vida de las estirpes celulares. Pues la psiquiatra Marian Rojas Estapé, que entrevistamos en el número anterior de La Terapia del Arte, afirma «Cuanto más cortos son mis telóremos más probabilidad tengo de enfermar, tener enfermedades cardiovasculares o cáncer. Son un pronóstico en mi vida. Hoy en día sabemos que podemos modificar nuestro telómeros en función de nuestra actitud hacia la vida. Si soy optimista, activa, me cuido, medito…, soy capaz de alargar mis telómeros y tener menos posibilidades de enfermar».

En este número de “La Terapia del Arte” brindamos algunas buenas recetas para renoverse espiritualmente y para enriquecer el tiempo de descanso. Pasen y lean, feliz verano.