Tranquilidad, mesura, equilibrio e inteligencia emocional
Tranquilidad para tener la altura y profundidad de miras necesarias que permitan tomar las mejores decisiones para la mayoría de las personas de nuestro país, para que las sinergias inteligentes entre las instituciones públicas y privadas se lleven a cabo al servicio tanto de las partes implicadas como de la ciudadanía.Cuando escribo esta reflexión las Elecciones Generales del 28 de abril aún no se han celebrado, quedan dos días para ello. Aunque cuando salga publicada, ya las mismas habrán tenido lugar y debería estar a punto de constituirse tanto el Congreso de los Diputados como el Senado de una nueva legislatura y haber un Gobierno. No sé qué pasará en los comicios de esa jornada. Sí lo que tendría que ocurrir tras los resultados electorales y las negociaciones entre las fuerzas políticas correspondientes: España, como el Mundo, a un año y medio vista de consumirse la segunda década del s. XXI, requiere tranquilidad, mesura, equilibrio e inteligencia emocional.
Mesura para dejar de una vez los intereses de los grupos minoritarios y de las masas, de los compartimentos estancos, y llegar a acuerdos consensuados y que luego se respeten y se apliquen en favor de cualquier persona de cualquier generación.
Equilibrio para que las barbaridades y las injusticias, los errores, cometidos desde finales de los años ochenta hasta la crisis que se desató en el otoño de 2007, no se reproduzcan ni arraiguen. Equilibrio para que todas las personas y todas las entidades aprendamos de verdad de ese pasado y construyamos el presente y futuro por venir sin volver a repetirlos. Equilibrio para dar continuidad a los aciertos que también se lograron en los últimos cuarenta años y consolidarlos. Equilibrio para afrontar con entereza, decisión y valentía los retos que tenemos pendientes. Más aún en un Mundo cada vez más interconectado por las decisiones de unos y otros, cada vez más interdependiente.
Inteligencia emocional porque ésta tiene que ser una de las grandes razones vitales e históricas de los hombres y de las mujeres de España en el siglo XXI y de cualquier generación. Si contamos con ella, y ayudamos a que cada ser humano la desarrolle en plenitud, circunstancia no fácil pero tampoco imposible, seremos capaces de construir entre todos un país y un Mundo mejor. Por ti, por mí, por nosotros, por todos, dejemos a un lado las miradas cortas y estrechas, pongámonos mano a mano, corazón con corazón, e inteligencia emocional al servicio de todos.
Manuel Carmona Rodríguez