Marian Rojas: “En una persona que hace todo lo posible por ilusionarse, se producen cambios impresionantes en su cerebro”
Abro el correo electrónico como cualquier mañana, pero de pronto me hallo una sorpresa: Marta, desde el gabinete de comunicación en el que trabaja, me propone entrevistar a la psiquiatra Marian Rojas Estapé porque acaba de salir su libro Cómo hacer que te pasen cosas buenas (Espasa). Me siento alegre y honrado por ello.
Días después de haberlo leído, nos citamos para la entrevista. De fondo nos acompaña su segundo hijo, un bebé, que se expresa con espontaneidad a través de sonidos guturales y risas enternecedores.
Este ensayo, que merece ser leído por expertos y cualquier persona, es el motivo que dará pie para que conversemos de circunstancias que ella aborda en él y que a cualquiera nos están acaeciendo en nuestro tiempo: el estrés y la depresión, la soledad, y cómo superarlos. La importancia del amor y de los afectos en la vida. O cómo alcanzar Tu mejor versión.
Al otro lado de los cristales llueve y hace humedad y, sin embargo, la calidez de la conversación con Marián Rojas reconforta. Ojalá lectores a vosotros también.
La psiquiatra, Marian Rojas Estapé.
En tu Bibliografía y en tu trabajo cotidiano, Víctor Frankl es un maestro de referencia, ¿en qué sentido?
Marian Rojas: “Es un maestro Frankl porque como psiquiatra y estudioso de la mente observó lo que estaba sucediendo en la época en la que él vivía y cómo el ser humano respondía ante el estrés, y desde 2016 a 2018 lo que he hecho es observar, ver y analizar qué está produciendo el estrés en el cerebro y las circunstancias del tiempo que nos ha tocado vivir, eso es lo primero. Es una especie de comparativas porque él descubre y comparte por qué una persona puede ser feliz a pesar del sufrimiento, y él descubre la logoterapia.
Él observa que hay gente que llega a los campos de concentración y que no muere a pesar de estar en un estado físico deplorable, y otros que llegan al campo de concentración más fuerte físicamente y enferman a los pocos días. Y descubre que la diferencia está en el sentido que esas personas les dan a sus vidas y en los recuerdos a los que agarrarse. Mira si es interesante que años después, hace 3 años, el Premio Nobel de Medicina, Satoshi Omura, un japonés, descubre que el poder del recuerdo tiene la capacidad de activarnos en el cerebro las mismas sustancias que cuando lo vivimos en la realidad, es decir que Víctor Frankl llega un momento en que se imagina, a no sé cuántos grados trabajando en el campo de concentración con las botas roídas y muerto de frío, dando una conferencia a toda la ciudad de Viena sobre la Psiquiatría y las teorías sobre la mente.”
¿Qué piensas de que en España se estén graduando personas en Psicología en universidades como la Complutense sin conocer la escuela terapéutica y vida de Frankl?
Marian Rojas: “Me dejas preocupada porque considero, y no sé si estarás de acuerdo conmigo en esto, que la carrera de Psicología tiene un componente ideológico, y al final todo depende del autor o del profesor o del investigador que te esté dando la clase, y me parece muy importante porque recuerdo que cuando llegué a dar prácticas en la consulta, que no tiene nada que ver el psicólogo salido de una universidad o de otra con su manera de actuar el terapeuta según sus creencias. Por eso creo que hay que estar muy bien formado para elegir un psiquiatra o psicólogo porque depende mucho de la forma de reaccionar y de pensar de ese terapeuta. Cuando vas a un cardiólogo a ti lo que te importa es que sea el mejor y no te importa “lo que piensa o lo que crea”, quieres que te cure, pero creo que el psicólogo o el psiquiatra ha de estar bien formado y ha de haber aprendido de otros pensadores de la mente.”
¿Qué recomendaciones terapéuticas y de cambios de vida necesita ese 20% de la población medicada por problemas de ánimo?
Marian Rojas: “El primero es cambiar la idea de pensar que la pastilla le va a salvar la vida, ese es el primer error. La pastilla en un momento dado yo suelo dividirla en dos, sobre todo porque está la medicación de los ansiolíticos y luego la medicación para la depresión que es para lo que hoy la gente está más medicada. La gente cuando toma pastillas para el estrés, para la ansiedad, le ayuda a relajarse pero eso también lleva a su cuerpo y a su mente al límite. Si una persona muy estresada está medicada, estará más relajada, pero si no cambia de vida seguirá tomando la medicación porque el organismo le permite aguantar cuando se toma la pastilla. Hay gente que trabaja mucho, se toma la pastilla y sigue con el mismo ritmo de trabajo, y yo digo que la ansiedad es la fiebre del alma y de la mente. Igual que cuando uno tiene fiebre sabe que tiene infección, uno cuando tiene ansiedad el cuerpo te está avisando de que algo no funciona, no se trata solo de bajar la fiebre o la ansiedad.
Y cuando una persona está deprimida es verdad que el antidepresivo te puede sacar del hoyo, pero hay que ver cómo puedes lograr vivir sin ese antidepresivo. Yo soy de la teoría de que hay que dar la mínima dosis posible para que el cerebro también se acostumbre a activarse porque si no siempre vas a depender de la pastilla. La pastilla es buena en momentos en los que no puedes hacer otra cosa, pero hay que aprender a vivir sin la medicación porque sino tu actitud al final no funciona para nada porque rige tu estado de ánimo dependiente de pastillas. Mucha gente con la pastilla tiene la ayuda para impulsarse en los momentos malos pero hacen falta muchas otras cosas.”
Un ejemplo, volviendo a Víctor Frankl, es que él decidió seguir viviendo durante los años que estuvo en los campos de concentración en homenaje a sus padres, a su mujer y al hijo que no vio nacer.
Marian Rojas: “Efectivamente, y él no tenía pastillas. Él observa y hay una semblanza de Víctor Frankl que leí este verano para aquellos que no se quieran leer toda su biografía que es El mundo gira enamorado. Él pensaba siempre en su mujer y en el hijo, y era su gran impulso para seguir adelante y acercarse a ella. Y él descubre y hoy lo sabemos: en una persona que hace todo lo posible por ilusionarse, se producen cambios impresionantes en su cerebro. El simple intento por conseguirlo ayuda a que todo el organismo se ponga en marcha, eso es importantísimo.”
Cubierta del libro, Cómo hacer que te pasen cosas buenas.
¿Qué capacidad de sanación tienen el amor y los afectos?
Marian Rojas: “Para mí el amor es la mejor terapia y el mejor antídoto contra el sufrimiento y la enfermedad, contra la muerte y el duelo, contra todo. Entendido el amor como enamorarse de una persona de pareja, de los demás -la solidaridad-, de los amigos. De hecho hoy en día hay estudios que explican que el principal factor de riesgo para el ser humano es la soledad. Hoy sabemos que es peor para el organismo la soledad que el colesterol o el tabaco, siendo estos muy perjudiciales. Sabemos que el sentirse querido, acompañado, o sentirte en compañía de gente, ayuda a transformar a la gente.
Para que te hagas una idea, en Japón, que es un país muy avanzado en muchos aspectos, se ha convertido en un problema tan severo la soledad que en algunos medios salió publicada una noticia terrible: la gente mayor está pensando en delinquir para ir a la cárcel porque van a estar acompañados en el patio de la cárcel, y prefieren tener esa sensación de acompañamiento que estar en su casa con libertad, esto es terrible. Esto demuestra que tenemos un problema con la soledad. Por lo tanto, yo digo que cuando una persona quiere a alguien de verdad sale lo mejor que lleva dentro. Decía Platón que no hay hombre tan cobarde que el amor no convierta en valiente. Cuando uno tiene el corazón lleno de amor uno saca la mejor versión de sí mismo.”
¿Qué errores está cometiendo la sociedad occidental hoy cuando la soledad se ha convertido en una lacra humana y social que padecen millones de adultos y ancianos?
Marian Rojas: “Leí hace unos días un artículo sobre este tema para ver los datos específicos: el 20% de la población española vive sola. Y esto es otro tema que a mí me tocó profundamente cuando en la vida virtual uno tiene una cantidad de amigos a los que no conoce de nada. Y nosotros sabemos hoy en día que la felicidad real no está en el contacto virtual, eso genera una satisfacción momentánea, es un bienestar rápido y light, a golpe de clic, pero la felicidad real que nos llena es el contacto personal.
Hay una anécdota impresionante: el emperador Federico II decidió hacer un experimento para ver cuál es la lengua mater, la lengua original de los niños, y qué pasaba si no se les enseñaba ninguna lengua. Puso a muchos niños en una especie de casa orfanato con cuidadoras que no les podían hablar ni tocar. Sólo les daban de comer, juegos, pero sin tocarles y sin hablarles. Eso provocó que ninguno superara la edad de 4 años, es decir la soledad, el sentirse solo, no tener el apego ni el afecto de nadie, es terrible para el desarrollo emocional y lo que se está viendo también para la salud física.
La gente mayor cuando se queda sola, y se enamora, o va a un centro de día, de pronto rebaja la medicación para el colesterol, está mejor de la tensión y, sobre todo, toma menos medicación para el dolor. Todo está muy relacionado con el dolor con la sensación de acompañamiento. Cuando por ejemplo un niño se cae al suelo y se hace daño, y la madre le da un beso, el niño dice: ya no me duele. Hoy sabemos que un beso o un abrazo alivia el dolor.”
Señalas la importancia de la actitud empática del médico en la sanación de su paciente. Es habitual que escuchemos a enfermos graves expresar su gratitud hacia esos médicos y enfermeros empáticos con las circunstancias de sus pacientes. Primera cuestión, ¿qué valor añadido aportan esos sanitarios a sus pacientes y al buen funcionamiento de la Asistencia sanitaria?
Marian Rojas: “A mí me ha pasado alguna vez que venga alguien muy mal y que durante una hora me cuente algo, y yo simplemente teniendo una actitud empática y escuchándola, que esa persona me diga: estoy mucho mejor. Hoy sabemos que la actitud del médico alivia el dolor y que el médico que está preocupado por el paciente ayuda muchísimo. Tal es así que en la Sanidad Pública algunos médicos que atienden, aunque saben mucho, pero lo hacen rápidamente, el paciente se va con una sensación un poco herida.
Mi padre dice una frase: La Medicina es una rama de la amistad -Andrés Rojas-. Es cómo te acercas a tus pacientes para que ellos también sepan algo de ti, aunque sea lo justo y una chorrada. O contarle si tengo un hijo a mis pacientes, tampoco es cuestión de contarles mis intimidades, pero sí que tenga la sensación de que es una comunicación y no solo un desahogo, ayuda muchísimo a que el paciente se vaya mejor, y soy muy dada a ello porque cuando era residente en el hospital me costaba mucho ser demasiado rápida, porque soy consciente de que una persona con una buena atención se puede recuperar muchísimo mejor que solamente dándole una pastilla.”
Segunda cuestión, ¿qué cambios han de hacer aquellos médicos y enfermeros que no escuchan a sus pacientes?
Marian Rojas: “Sufren el síndrome del burn out que hoy tienen muchos profesionales sanitarios, están quemados por la cantidad de carga que tienen de trabajo y no disfrutan. Al final es más un tema de despachar que de atender con cuidado al paciente; muchas veces cuando hablo con enfermeras o con psicólogos o con algún compañero médico les pregunto: ¿en qué punto te encuentras de la profesión ahora mismo? ¿Estás como al principio en que siempre estabas ilusionado, con ganas de entregarte a tus pacientes?, ¿o estás en ese punto en el que nada te importa ni estimula?, o estás pensando en irte de vacaciones.
Que cada uno analice también en qué punto está de su profesión porque los médicos tienen una profesión distinta que es de entrega a los otros. Es un trabajo en el que te dejas la piel, y cuando uno está cansado, transmite eso al paciente y éste no es que lo perciba, sino que no tiene ese plus como lo tiene un médico que está motivado o un enfermero que está ilusionado con su trabajo.”
¿Qué cambios en la formación de los médicos hay que hacer para solventar la profunda laguna que hay en la Carrera respecto a la importancia de tener una actitud sana el paciente para ayudar a su sanación?
Marian Rojas: “En la Carrera no hace tanto que la terminé, en ningún momento se me habló en ella del componente emocional de las enfermedades. Quiero puntualizarlo. Hoy en día sabemos que las enfermedades tienen un componente emocional, la Universidad de Harvard indica que el 70 u 80% de las consultas en Medicina Primaria tienen que ver con emociones tóxicas: desesperanza, rabia, frustración, tristeza, etc. Creo que tenemos que ser conscientes de que si un paciente tiene una emoción tóxica porque tiene un serio problema familiar o personal, y eso le da migrañas, si solo vamos a la migraña esa persona sólo depende de la pastilla y no vamos a solucionar el origen. Por eso cada vez más vamos a formarnos, yo intento hacerlo lo más que puedo, y ver cuál es la unión de la mente y el cuerpo para tener más impacto y conseguir que ese paciente no tenga que estar acudiendo constantemente a consulta solicitando ayuda.”
Entrando ahora en el campo del liderazgo, ¿qué hombres y mujeres son auténticos líderes para nuestra sociedad y por qué?
Marian Rojas: “En el libro lo comento, el líder tiene un mensaje, sabe transmitirlo, y es optimista al respecto. Tener un mensaje quiere decir que está formado en su campo y sabe de lo que habla. Además sabe comunicarlo, ¿cuánta gente conocemos que sabe muchísimo de lo suyo, pero no sabe llegar a las personas?, eso no es un líder.
Y cuando una persona es optimista al respecto inyecta pasión, esa persona contagia, llega al corazón de las personas que le rodean. Yo conozco muy pocos en el mundo de la política, de la empresa, etc, hay pocos, existen. Tengo admiración por alguno vinculado al mundo de la empresa, que cuando habla lo escucho porque me transmite, pero faltan. El Papa Francisco o Juan Pablo II me parecen dos personajes que transmitían profundamente lo que pensaban e ilusionaban a los que les rodeaban. Estos Papas han estado en momentos que no eran fáciles, uno durante el Comunismo, y el Papa Francisco se está enfrentando ahora a los retos internos de la Iglesia, pero a pesar de eso tienen un mensaje claro.
Y el mundo actual, que quizás está más desorientado que nunca y teniendo todos los medios que tenemos para no estarlo, a mí me gusta mucho la Historia, hoy tenemos una cantidad inmensa de información y de medios, pero hacen falta líderes bien formados.”
En esa transmisión del conocimiento, la narración es un método fundamental para la salud mental, tú además que eres madres, ¿qué nos aporta contar y escuchar cuentos?
Marian Rojas: “Las emociones reprimidas y enquistadas acaban saliendo en algún momento y de forma que nos pueden perjudicar, eso es súper importante saberlo. Hay que saber expresar la gestión de emociones y la asertividad, es decir soy capaz de expresar lo que yo siento de forma sana. No quiere decir ser impulsivo, esa gente que dice todo lo que se le pasa por la cabeza, sino que de forma sana sea capaz de expresar mis diferentes circunstancias. Hay mucha gente, hoy lo sabemos, que cuando se lo traga todo, dice el refrán que quien se lo traga todo, se ahoga. El narrar ayuda a sanar el dolor reciente.
Luego hay otra cosa de lo que hablo mucho que es la capacidad de narrar historias, donde la imaginación es clave. Por ejemplo, como madre y cualquiera que haya sido padre lo ha visto, los niños sueñan con que sus padres les cuenten un cuento. ¿Por qué? Porque dejan su imaginación volar, la capacidad de contar cuentos te desconecta del sufrimiento, y te lleva a otro mundo. Entonces lo veo mucho en las conferencias cuando estoy intentado explicar algo, siempre cuento historias porque es mucho más fácil imaginarse lo complejo de una historia que quedarse con los conceptos teóricos.
Aprender a contar historias, y empezar con Los tres cerditos, que es la que más le gusta a mi hijo, y que cada día se lo cuento, y poco a poco le voy poniendo más datos: el nombre al padre, a la madre, que tenían amigos. Esto le estimula la imaginación. Hoy debemos volver a estimular tanto la imaginación nuestra como la de nuestros hijos porque la imaginación tiene un impacto brutal en el cerebro, y eso va unido con el asombro y por eso hay que parar. Y con gravedad Marian Rojas repite: ¡hay que parar!, hay que aburrirse, porque la imaginación se activa desde el aburrimiento, y la imaginación y la creatividad van muy unidas. Hay que volver a aburrirse, si nos damos cuenta hoy en día a los niños les estamos dando tal cantidad de actividades, que están híper estimulados.
Hay que volver a la calma, a la naturaleza, para que los niños crezcan en la imaginación y en la creatividad.”
En estas sociedades tan estresadas en las que vivimos, ¿qué influencia está teniendo que la amabilidad se practique poco en ese sobre estrés acumulado?
Marian Rojas: “La amabilidad tiene un componente muy importante, yo explico que hay personas que tienen que regular la oxitocina que es una hormona que se pone en marcha en el momento del parto y de la lactancia. Se ha visto que la amabilidad está muy relacionada con esta hormona porque es la hormona de la confianza. Hay algunos estudios que se están llevan a cabo para generar alguna medicación con la oxitocina en personas con autismo. Y la amabilidad tiene un componente importantísimo porque acerca a las personas y produce que haya un buen ambiente entre ellas, y el efecto cuando uno es amable el resultado es mucho mayor, si eres amable en una tienda, o eres amable con tu marido.
Yo que hago muchas terapias de pareja, siempre les digo: vuelve a ser amable. Amable es una persona que es digna de ser amada, es decir que la gente te quiera por tu manera de comportarte. Si volvemos a ser amables con nuestra suegra, con nuestros cuñados, con nuestros amigos; tendemos a ser demasiados fríos, o ejecutivos u operativos, en los mensajes de texto. Falta ese componente de cercanía que tiene la amabilidad y que tiene su repercusión fisiológica en el organismo, y que mejora el estado de ánimo. Son situaciones que pueden bajar los componentes de estrés del organismo cuando uno está siendo amable.”
¿Qué campañas de sensibilización y aprendizaje son necesarias para dar respuestas a las enfermedades generadas por vivir en una sociedad con estrés crónico?
Marian Rojas: “Primero hay que ser conscientes, hay que hacer una campaña de sensibilización sobre que todo en el mundo porque estamos excesivamente estresados. Hay un 20% de población medicada cuando es la sociedad más informada de la historia, y hoy en día la población tiende a un nivel de estrés que no es normal. Creo que nos hemos acostumbrados a vivir en un estado de estrés constante, y ¿qué significa ese estrés?
Ir con prisas e intentar controlarlo todo. Se va con prisas porque parece que se nos va el tiempo, decía Gregorio Marañón la velocidad es una virtud, y genera un vicio que es la prisa. Hoy en día nos hemos convertido en adictos a las emociones intensas, a la prisa, lo llamo la cronopatía, la enfermedad del tiempo. Hay que estar haciendo cosas, ¡cuánta gente llega el fin de semana y se aburre! Le entra angustia, lo llamo la tarde del domingo oscuro, la gente está deseando que ya sea lunes por la mañana para volver a tener la agenda llena, y eso está derivando en enfermedades somáticas, y en enfermedades de la mente y del cuerpo.”
Eres psiquiatra con ya una amplia experiencia, pero tienes la humildad de seguir aprendiendo entre otras personas de tus propios pacientes. ¿Qué te aportó la niña que te enseñó la terapia del perdón?
Marian Rojas: “Ella me enseñó a que cualquier persona que entra en la consulta al cabo de unos minutos, con capacidad de amar y de entregarse a los demás, necesita uno perdonar y a no tener a nadie con rencor. Mi padre dice la felicidad consiste en tener buena salud y mala memoria. Se la cojo robada ahora mismo, siempre digo que perdonar es ir al pasado y volver a revisarlo, es decir yo vuelvo al pasado y pienso en mis hijos, en mis padres, en mis amigos, en los sueños que he tenido, y vuelvo sano y tranquilo. No vuelvo inquieto ni perturbado, y para eso hay que perdonar.
Esta niña que conocí en Camboya después de haber vivido una situación dramática de violación, una historia en la que su abuela la entrega a un hombre que la viola; ella dice: sólo soy libre si perdono. Perdonar no significa no ser consciente del daño que he recibido, sino que soy consciente de que sin perdonar no me siento libre y no puedo tener un futuro. Eso me marcó y me di cuenta de que muchos de nosotros a veces por daños fuertes o pequeños quedamos enquistados en la rabia, y no somos conscientes de seguir con la vida adelante.”
Sí, volviendo al principio de la entrevista, fue una de la grandes enseñanzas que aprendió Víctor Frankl durante su cautiverio en los campos de concentración y posteriormente cuando logró ser liberado y superar aquella tragedia, y escribir su libro. Es esa terapia del perdón.
Marian Rojas: “Efectivamente, yo creo que ayuda mucho darse cuenta de que todos tenemos que volver en algún momento a empezar de nuevo, es necesario perdonar o al menos intentarlo, y quitar ese estela traumática de nuestra imagen. En el libro cuento la historia del perdón de Simon Wiesenthal, cuando un soldado de las SS antes de morir le pidió que le perdonase. Él le pregunta, ¿de qué te tengo que perdonar?
Wiesenthal dice que tenía que haberle perdonado, y pregunta a líderes de todas las religiones ¿qué habrían hecho en esa situación? Es un libro muy interesante porque muestra cómo la gente cristiana tiende a perdonar con más facilidad, o la gente que también practica el budismo, porque para esas dos religiones en el perdón está en la base del crecimiento interior.”
Aunque ya lo hemos abordado en la interviú, por favor, quisiera que profundizaras en ¿por qué es necesario que perdamos el tiempo?
Marian Rojas: “Te voy a responder de varias maneras: los niños, es fundamental, si los niños no tienen nada que hacer o no están estimulados por nada, el motor de la imaginación se pone en marcha y van surgiendo cosas, preguntas. Mi hijo el mayor que tiene 4 años se sube a unas sillas que tenemos y él se imagina que es un barco pirata y hace que está en él. ¿Qué sucede?
El asombro y la capacidad de prestar atención a lo bueno que nos sucede son básicos para poder ser feliz. ¿Qué es la atención? Es la ventana por la que el cerebro se asoma al mundo exterior, la atención está en la corteza prefrontal del cerebro y esta zona es la que nos permite prestar la atención a las cosas que nos merecen la pena. Esta zona se anula cuando estoy híper estimulado. Hay que tener en cuenta que hoy la población está recibiendo una cantidad de estímulos que posiblemente sea la mayor de la Historia. El cerebro recibe gran cantidad de información y no sabe si entrar. Yo digo que el hombre feliz del s. XXI es aquel capaz de filtrar todos los estímulos y quedarse sólo con los importantes. Y hay que parar para observar.
No sé si te has dado cuenta de que no ha habido nadie que haya descubierto cosas, por ejemplo Aristóteles paseando por los jardines es cuando descubre sus teorías. Y Newton está sentado en un árbol cuando ve que la manzana cae. Bajo las prisas de la vida, somos capaces de descubrir las maravillas de la vida y de lo que nos rodea. Si alguien quiere escribir un libro no va a ser en las prisas cuando lo haga. Si uno tiene una idea genial para un proyecto o negocio, tiene que frenar, a nuestro cerebro le cuesta frenar, es contra intuitivo, a día de hoy ese freno en la mente es algo no intuitivo, y requiere un esfuerzo y ejercer un dominio de nuestro yo. Siempre digo que nos dedicamos a estimular a los niños desde pequeños y luego abogamos por técnicas de relajación, meditación y mindfullness, en la edad adulta. Esto ocurre porque hay un problema muy serio. Hay multitud de niños con clases extraescolares y el cerebro está totalmente colapsado, y hay que enseñarles luego a parar, es cuando se recurre a las técnicas en la edad adulta.
El cerebro de la gente joven necesita a aprender a focalizar su atención al máximo. La exposición excesiva a las pantallas y dispositivos inhibe el correcto funcionamiento y está provocando un claro retroceso en la atención y en el control de los impulsos. Son niños mucho más impulsivos por eso creo que hay que aprender a conectar con las personas y con la naturaleza. Hoy en día la gente conecta mejor con una pantalla que con la naturaleza y con las personas.”
Esa es una triste realidad. O la afrontamos y nos damos cuenta o estamos muy perdidos. Ahora, hagamos una biblioterapia: 5 libros que ayuden a mejorar tu vida, y 5 novelas positivas sobre la vida.
Marian Rojas: “Recomendaría el libro de mi padre, No te rindas, Enrique Rojas. El de Mario Alonso Puig Tómate un respiro: Mindfullness. De Wayne Dyer, Tus zonas erróneas -me encanta-. Un poco más científico pero muy interesante Los patitos feos de Boris Cyrulnik. Y El hombre en busca del sentido, de Víctor Frankl. Y luego a nivel de novelas me encanta leer novelas históricas, por ejemplo Momentos estelares de la historia de Stefan Zweig -es un libro espectacular-. Por ejemplo de Julia Navarro, Dime quien soy, es muy entretenido. La enfermera de Brunete de Manuel Maristany, me encanta porque pienso que las novelas te tienen que hacer viajar y llevarte. De parte de la princesa muerta, de Kenizé Mourad. Y después hay un libro que me encanta por el tono que es la Historia de Roma de Indro Montanelli, por la gracia con la que relata. No son libros especialmente optimistas, pero me gustan porque me llevan a otro momento de la historia, y estimulan mi imaginación.”
Sobre qué te gustaría hablar que no hayamos conversado.
Marian Rojas: “Me gusta volver a las cosas que valen la pena. Terminaría hablando de Tu mejor versión, que está al final del libro, cuando la gente viene a la consulta con los trastornos graves propios del s. XXI (estrés, tensión, depresión, los problemas de las parejas, …), o el problema de los hijos que se ha convertido en un problema psicológico. Cuando vienen a la consulta porque están muy mal, les digo que tienen que sacar tu mejor versión, ¿qué es la mejor versión?
Fíjate qué reduccionismo, pero a la gente le ayuda mucho cuando en la consulta les doy una libreta en la que han de hacer un esquema de cómo funciona su personalidad ante el estrés y qué síntomas físicos y psicológicos surgen posteriormente. Y a partir de ahí les voy dando unas pautas para ir mejorando todo ello.
La mejor versión de uno mismo es: los Conocimientos + la Voluntad + el Proyecto de vida multiplicado por la Pasión. Los conocimientos son fundamentales porque hay que formarse, yo soy una fiel defensora de que hay que volver a la lectura. Nada sustituye a la lectura de papel.
¿Qué es la voluntad? Orden, constancia, perseverancia. Tener la capacidad de posponer la recompensa. Si no lo que me propongo, desaparece.
Y lo tercero es el proyecto de vida porque quien no sabe lo que quiere, es esclavo de lo inmediato. Aunque vaya cambiando, saber qué buscamos y qué queremos. Y hay que multiplicarlo por la pasión, porque ésta es la que multiplica, la que ilumina y hace que todo vaya siempre mucho mejor.”
Manuel Carmona Rodríguez