La azotea azul es un proyecto de asistencia sanitaria con resonancia nacional. En el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla se pretende que su azotea esté disponible en 2019 para los niños y adolescentes ingresados, y de sus familiares, para mejorar su estancia hospitalaria y favorecer sus procesos de recuperación.
Dra. Elia Sánchez: “El 22 de diciembre nos tocó la Lotería a todos los niños del hospital y a todos los profesionales”
Me cito con Marta Baturone, que está liderándo este proyecto desde la Fundación El Gancho; y con la Dra. Elia Sánchez, Jefa de la Unidad de Gestión de Cuidados Críticos y Urgencias Pediátricas del Virgen del Rocío, para conocer más de cerca La azotea azul. En Madrid, desde hace unos años, los hospitales Gregorio Marañón y La Paz a través de la entidad jugoterapia.org ofrecen este extraordinario servicio humano y sanitario.
La labor de gestión es clave para que La azotea azul vea la luz. Por ello se han organizado a través de 7 áreas de trabajo como comenta Marta Baturone “hay casi 700 voluntarios. Ahora mismo ya estamos en 152.000 € recaudados, con la ayuda que estamos recibiendo de empresas vamos a poder reducir el presupuesto a 350.000 € siendo bastantes realistas y optimistas”.

¿Qué inteligencia, equipo y trabajo son necesarios para coordinar un proyecto de esta envergadura? La Dra. Elia Sánchez profundiza en la filosofía de gestión y organización que están aplicando “hay siete cabezas, una cabeza por cada patrono: Una lleva marketing; yo llevo la parte sanitaria; otra compañera se encarga de la parte artística -logotipo, diseño de la azotea con los arquitectos-; somos un grupo heterogéneo. Con los padres nos coordinamos a través de mí al haber trabajado con ellos en la Unidad Pediátrica, y de un grupo de WhatsApp”.
Lograr que los menores de edad superen sus enfermedades y que la estancia hospitalaria sea lo mejor posible es a su vez el camino y el objetivo, ya que esos servicios influirán en la recuperación de ellos. Desde la perspectiva clínica lo explica emocionada la Dra. Sánchez “es fundamental porque el aire y la luz del Sol les da vida, no hace falta ser médico para saberlo. Es facilitar su recuperación tras un tiempo prolongado en el hospital sobre todo para aquellos que tienen meses de estancia. El simple hecho de salir a la luz del Sol es una vida nueva”.
El proceso de recuperación y sanación de niños y jóvenes también repercute en la felicidad y tranquilidad de sus familias, por eso la implicación plena de padres y madres en La azotea azul, como nos narra la Dra. Sánchez “para unos padres que han tenido un hijo enfermo, es una alegría que esté bien porque es lo peor que te puede pasar en la vida. El otro día le mandé a Marta Baturone -impulsora de La azotea azul– una foto de cómo estaban los niños a la entrada del hospital sentados en los bancos, con los palos de goteo, porque no tienen un sitio al aire libre donde estar. Si además de tener un sitio para estar con sus familias, ese lugar está al aire libre y tienen cosas para divertirse como el teatro o el ping pong, va a ser como una fiesta permanente aunque estén enfermos en ese momento”.
En los beneficios que experimentarán los menores y sus familiares, ahonda Baturone “nosotros, que no somos especialistas de la Medicina, lo que sí veíamos es que los niños necesitaban una salida al exterior, volver a conectar con la realidad, con sus amigos y familias de la manera más natural posible. Estar al sol es algo natural para cualquier persona. Hemos comprobado que todos los médicos nos dicen que acorta el tiempo de recuperación. Lo que no es lógico es que niños que están ingresados 4, 5, 7 días o periodos de larga duración no puedan ni abrir la ventana ni salir fuera”.
De la mano de Baturone nos acercamos a un caso concreto de paciente, Rocío Troya, que lleva enferma desde niña y ya tiene 17 años. Esta adolescente es “la talismán” para todo el grupo humano de La azotea azul. Con sensibilidad, Baturone rememora la evolución de los procesos de sanación “en la medida en que ellos se acercan a esa realidad, automáticamente quieren recuperase y cambian hasta su forma de comportarse. Quieren regresar lo antes posible a casa, y no solo porque el médico se lo diga a ellos, sino porque ellos lo comprueban a diario. La Dra. Sanchez nos contaba que ella en muchas ocasiones los manda directamente de la UCI a sus casas, para que no pasen por las habitaciones porque muchos de ellos se vienen abajo al no encontrarse en su entorno, ni estar con su gente cercana, ni poder jugar. Sánchez opta por llevarlos inmediatamente a sus casas para que se recuperen y salgan del hospital”.
La recuperación que se busca del paciente es a nivel fisiológico y psicológico, de ahí que se haya elegido esta filosofía asistencial. Baturone nos acerca su dinámica y espíritu “hay pacientes que les limita muchísimo el tener que hacer la rehabilitación en la misma cama de la habitación del hospital. A veces los padres les traen pelotas y otros juegos que ayudan mucho para que se muevan y se levanten, y se encuentren a gusto allí. Por ejemplo, en el Hospital Virgen del Rocío hay una Escuela -fenomenal-, pero solo tiene horario de mañana y solo pueden ir algunos niños; hay otros niños que al no poder ir, en cambio sí pueden pasear o hacer ejercicios de rehabilitación, y para esas actividades está esa magnífica azotea”.
Otro matiz importante se produce según la edad de la persona enferma. Hay que personalizar según sean niños o muchachos respecto a los adultos, como apunta Baturone “los adolescentes -aunque se les considera adultos a partir de los 14 años-, no son adultos para estar con los mayores con esas enfermedades. Esos jóvenes necesitaban un espacio donde pudieran conectar con ellos y que no fuera una consulta: un césped donde ellos exterioricen lo que les pasa y se sientan en su entorno. La azotea va a ser ese espacio para esos adolescentes que necesitan su intimidad, su sol y su aire libre para su pronta recuperación”.
La adaptación de la azotea del Hospital Virgen de los Reyes es uno de los pilares de este proyecto, y va por buen camino como nos confirma la Dra. Sánchez “de momento nos hemos reunido con los Jefes de Obras del Servicio de Ingeniería del hospital, y han hecho una prueba de carga que ha sido positiva para ver si la estructura podía aguantar los materiales que se van a poner al ser al aire libre. Los arquitectos no han tenido problemas en un principio”.
Y de la parte arquitectónica a la financiera de La azotea azul; la Dra. Sánchez anuncia el plan de puesta en marcha “cuando tengamos un 75% del dinero conseguido. En principio pretendemos que sea para 2019. La financiación es toda privada a través de donaciones. Pública tenemos el apoyo del hospital y el mantenimiento posterior que se ha comprometido a través de un convenio que hemos firmado con ellos”.

Cuando le pregunto a su compañera Baturone nos concreta los detalles de la viabilidad económica “como Fundación nos hemos puesto en contacto con todas las Fundaciones bancarias; con muchas o todas las Hermandades; con empresas privadas que tienen Fundación o su Departamento de Obra Social. Estamos teniendo una acogida muy buena, son pasos pequeños porque no estamos pidiendo que aporten 1.000 €, sino que por favor lleven al Consejo de Administración el tema y aporten una ayuda importante. La Fundación La Caixa sí nos apoya. Es muy posible que también Fundación Unicaja, la Obra Social de Caja Rural, el Santander.
Lo hemos presentado a distintas empresas que están haciendo crecer el presupuesto de manera importante con sus ayudas de 1.000 € y 4.000 €. No parecen tan llamativas pero han sido las que han permitido que estemos ya en 152.000 €.
Y las maravillosas donaciones de 5 y 10 € que se crearon desde el primer día a través del Movimiento Social en Sevilla y Andalucía. Cada dos por tres te llega un niño con el dinero de su cumpleaños. O una pareja con el dinero de sus regalos de boda. El corredor que corre por la azotea. El gimnasio que aporta unas clases extraordinarias para la azotea”.
Parece que el espíritu de Fuenteovejuna fluye por La azotea azul; que esa cultura humanística tan necesaria crezca y se irradie a cualquier lugar. Por eso cuando hablo con nuestras protagonistas sobre la posibilidad de exportar este modelo o el ya establecido en los madrileños hospitales Gregorio Marañón y La Paz, se les ilumina sus semblantes, sus voces cobran más vigor y sus mentes se impulsan. Para la Dra. Sánchez “ojalá, incluso queremos hacerlo, si nos dan apoyo, como proyecto de Innovación con Fernando Troya -miembro del equipo-. Él y yo lo vamos a presentar como tal para ver si tenemos una beca para hacerlo. Es muy interesante lo que has comentado de exportar este proyecto a otros lugares de España y Europa. Es un proyecto más ambicioso, me parece una idea magnífica. Porque quizás nosotros estamos centrado en lo nuestro y no nos hemos parado a ver que tiene más proyección para más niños”.
Este tipo de proyectos cuando echan a andar y funcionan suelen recibir el reconocimiento de Buenas Prácticas en la UE. Por ello, la Dra. Sánchez y su equipo ya lo están planteando con esa proyección “he estado en una reunión de calidad del Hospital Virgen del Rocío que se llama Comisión de Humanización, se lo he comentado a la Secretaria, y me ha dicho que magnífico porque una de las cosas que les piden es hacer cosas al aire libre para niños. Es un objetivo que cumplirá el hospital”.
¿Y qué pasará cuando La azotea azul eche a andar y se consolide? ¿Qué planes se pueden desarrollar a medio plazo? -dado que jugoterapia.org ya tiene otros proyectos en Madrid, y la Fundación El Gancho empieza a mirar más allá… Baturone con su reflexión deja las puertas abiertas “soy una convencida a medio plazo de que los propios hospitales y la Administración Pública han de asumir que los niños y los adultos necesitan un espacio para respirar, aquellos que médicamente puedan salir. Cuando terminemos esto, tomaremos aire, cogeremos fuerza y pensaremos en el siguiente proyecto”.
Para más información pueden consultar: https://www.periodicoelgancho.com/proyecto-de-la-azotea-azul-el-jardin-para-los-ninos-hospitalizados/
Manuel Carmona Rodríguez