“La tecnología sin un corazón detrás no sirve”
Conversamos con el inventor, empresario y filántropo chileno Alfredo Zolezzi, un hombre cercano y humilde, que tiene una mirada iberoamericana y universal sobre las circunstancias y problemas del mundo. Tras haber inventado una patente que convertía petróleo sólido en líquido, valorada en 15.000 millones de dólares, decidió junto a su mujer y familia destinar ese invento en favor de los pobres: Hacer que éstos tuvieran agua potable y dejaran de usar a diario agua contaminada. Como Alfredo Zolezzi afirma el agua potable es salud, higiene y desarrollo. De la mano de la Fundación Avina -que opera en toda Iberoamérica-, del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), de la ONG Un techo para mi país, y de otros partners públicos y privados, lo están consiguiendo.
El Player Water Sanitation System que creó en 2010 junto a otros científicos internacionales de talla mundial, puede ayudar a solucionar uno de los grandes dramas huma-nos desde hace décadas: la falta de agua potable de la que carecen 780 millones de personas, y que 2.500 millones dispongan de servicios sanitarios adecuados.
Alfredo Zolezzi ha sido descrito por Vivek Wadhawa, vicepresidente de innovación de Singularity University, y profesor en las universidades de Duke y Emory, como el Thomas Alva Edison del siglo XXI. En esta entrevista que hemos mantenido para La terapia del arte, descubriremos ante todo a un visionario solidarizado con las circunstancias de los más pobres y vulnerables. Su reto: en 2030, llevar agua potable a 300 millones de personas que carecen hoy en día de ella.
¿Qué te movió a pasar de estar investigando e invirtiendo en una tecnología para transformar petróleo sólido en líquido, para dedicar ese invento a convertir agua contaminada en agua potable y ofrecerla en favor de las personas y poblaciones pobres?
El proyecto del petróleo internacional que fue muy exitoso en resultados pero que no trajo los beneficios económicos ni todo lo que yo pensé que iba a generar, y de ahí resultó una reflexión familiar conversando con mi mujer. Ella me dijo: -Alfredo, tú siempre dices que Dios te dio capacidades y talentos, y eso es verdad, pero aparentemente no era para sacar petróleo-. Y de esa conversación comencé a pensar que había algunos fenómenos que habíamos logrado y que podían dar pie a otras
tecnologías, y ahí empezamos a investigar la posibilidad de ver qué podíamos hacer por esa gente que se muere por tomar agua contaminada.
¿Cómo influyó esa decisión en tu vida personal?
Misteriosamente una vez que decidimos hacer eso empezaron a ocurrir muchas ideas y cosas que permitieron convertir finalmente en flujo continuo agua contaminada en agua potable, y de ahí surgió otra reflexión personal: ¿Qué quiere Dios conmigo? Por qué permite que un tipo al sur del mundo, que no es científico, soy diseñador industrial, ¿por qué permite tener en mis manos tener una tecnología que puede salvar vidas? ¿Será verdad que esta tecnología puede generar ese impacto en la salud de las personas?
Y entramos por una lógica distinta, y en lugar de llevar estas patentes a Silicon Valley y hacer una oferta pública de acciones, y levantar capital y especular, o como se publicó en algunos medios de EEUU que esto podría generar un
multimillion business, hicimos otra cosa: construimos un equipo multifuncional y lo instalamos en un campamento, en un asentamiento informal donde vivían personas sin baños, sin agua, y la verdad es que el resultado fue espectacular. La recepción de la gente, gente pobre pero muy inteligente, muy cariñosa, trabajamos con ellos y la alegría y el cambio en la salud que se produjo por haber instalado ese equipo indicó que eso era lo correcto y lo que había que hacer.
Desde 2014, planificasteis un proyecto piloto con el nuevo purificador del agua en Ghana, India, Kenia, Bolivia, Brasil, Paraguay, Chile y Haití.
¿Qué evaluación haces de esos pilotos?
No se hicieron, hicimos una cosa distinta. Ese era el plan al que fuimos invitados pe-ro nos dimos cuenta de que la tecnología no estaba en condiciones a llegar a someterla a ese estrés. Hay un tema que era muy importante. Cuando descubres que tienes entre manos una tecnología, luego la logras transformar en un prototipo funcional, la instalas y generas impacto en la salud de las personas, en su alegría, en su dignidad, y empezaron a ocurrir unos temores muy grandes: ¿Y si mis equipos que son todavía prototipos funcionales fallan, esas personas van a volver a su estado anterior? Les voy a fallar a ellos. Nos dimos cuenta de que sí era cierto de que la tecnología producía agua segura, no era lo suficientemente confiable entonces para abordar un escalamiento.
¿Qué hicieron con la ayuda del Banco Interamericano en Washington y con la Fundación Avina?
Hicimos una etapa previa con el Ministerio de Ayuda Social del Gobierno de Chile e instalamos 10 equipos en 5 localidades muy vulnerables que presentaban realidades muy distintas pero todas muy complejas. Hicimos funcionar los equipos durante casi 3 años en esas localidades, y desarrollamos en paralelo varias cosas: Algo muy importante, bajar el consumo de energía, que el equipo fuera más confiable, que sus partes más críticas duraran mucho tiempo, automatizar completamente el proceso y que no requiera de un operador, por lo tanto, y el equipo también funciona sin ninguna parte móvil, eso supone que no sufre desgaste, entonces logramos perfeccionar el equipo.
Hoy día, tras esos años, tenemos productos industriales y eso hace una gran diferencia, porque hoy los equipos sí podrían ser producidos de forma masiva en distintos países. Y la curva de escalamiento va a permitir que llegue a más gente sin involucrar. Que falle el equipo es hasta buen negocio, pero no puedes jugar ni con la salud ni con la dignidad de las personas. Ahora sí estamos preparados para eso, y estamos trabajando con el BID para el escalamiento partiendo desde Chile, y lo mismo estamos haciendo en Argentina y estoy en conversaciones con un gobierno de un tercer país para llevar esto de forma masiva donde realmente se necesita. Lo que aparentemente te puede parecer como un retraso que era no llevarlo a Ghana, era un error muy grande que felizmente no lo hice, porque hoy el equipo tiene otro sistema.
¿Qué diferencias hay de instalar el Plasma Water Sanitation System en el altiplano a temperaturas bajísimas, a instalarlo en un país tropical con temperaturas altas?
Desde los años 50 no se inventaba nada para el agua. Todos son filtros, mejores materiales, más bonitos, electrónicos, pero sigue siendo lo mismo. Desde la osmosis inversa que es filtrado y la lámpara uv no se inventaba nada, y cuando logramos
convertir el flujo continuo de agua contaminada en plasma no térmico, que ahí es donde está el secreto, muere el 100% de las bacterias y virus que afectan a las personas. Pe-ro hay un compromiso entre el consumo de energía, la geometría del reactor, la conductividad eléctrica del agua, y la temperatura del agua. Tuvimos que generar un sistema que pudiera no sólo convertir el agua en plasma, y el agua contaminada en agua segura, sino también fue hacer un sistema inteligente que permitiera operar desde diferentes circunstancias. No pasarle el estrés al operador, la persona que está luchando por sobrevivir no podemos pedirle que aprenda a operar un sistema que fuera muy complejo, hoy en día el sistema opera con un botón verde para echarlo a andar, y un botón rojo para pararlo.
Desde hace décadas, uno de los problemas del mundo es la escasez de agua potable. ¿Qué podemos hacer para afrontarlo con esperanza de superarlo?
Es un tema que me preocupa y mucho, vivo pensando en eso. Lo primero que tenemos que hacer es aprender, y hay que trabajarlo en las escuelas con los niños, es a cuidar el agua. Por otra parte a usarla de manera responsable, y tenemos que ser cada vez más cuidadosos, no solamente escasea el agua, la amenaza del cambio climático es real, creo que definitivamente tenemos que aprender a consumir menos agua, a cuidar más el agua, y esto es un compromiso para todos porque es bien cierto que el derecho al agua segura es un derecho humano básico, pero nadie tiene derecho a mal usar el agua. Esto es un compromiso que nos afecta a todos.
En el mundo hay 780 millones de seres humanos que sólo acceden a agua contaminada. Y 2.500 millones de personas que no tienen servicios sanitarios adecuados. ¿Qué consecuencias tendrá que el Plasma Water Sanitation System se pusiera a la disposición de ellos con acuerdos a través de sus países y de la OMS?
Sin duda si miras las estadísticas, los esfuerzos que se han hecho han sido serios, pe-ro el problema es que se miden por el monto de recursos económicos dedicados. Creo que debemos cambiar el modelo porque a pesar de la inmensa cantidad de re-cursos económicos, el problema sigue creciendo. Hay que cambiar el modelo hacia el impacto que se genera en la calidad de vida de las personas, y para eso es funda-mental darles acceso a agua segura. Y el Plasma hay que entender una cosa, es una tecnología nueva e importante, pero sólo es un eslabón. El problema del agua es tan severo y grave que no sólo lo va a resolver una tecnología, o un país, o un organismo, esto es una larga cadena tecnológica, económica, de cooperación. No olvidemos la intervención social: tú no puedes llevarle a la gente que está viviendo en condiciones muy precarias, y que sean capaces de mantener un equipo tecnológico o una so-lución. Hay que hacer un trabajo de intervención social que asegure una alta tasa de adopción de la solución. Al final es un problema cultural, hemos de lograr que la gen-te entienda y genere una identidad de buenas prácticas entre la salud, la higiene y la alegría, y asocie ese cambio en su calidad de vida y la solución que se implementó. Si no logramos generar esa identidad, ni logramos que se adopte la tecnología, esta es una batalla perdida. Esto no es una batalla de recursos económicos solamente.
Es un cambio de mentalidad en las instituciones, en el sistema educativo, para que haya una nueva visión en todos sobre el sentido de la responsabilidad sobre los recursos de los que disponemos.
Claro, pero en el fondo podemos resumirlo es que haya un cambio de modelo. Si tú te fijas nunca tuvimos tanta tecnología y tanto conocimiento disponible en la Historia, y en cambio la historia de los pobres no cambia. Estamos ahora conversando y estamos en distintos continentes, la tecnología ya cambió nuestra forma de operar, de trabajar, de entretenernos, pero ¿por qué no ha cambiado la forma de vida de los pobres?
Me hice conocido por las cosas que invento, pero no soy un experto ni un gurú en nada, hablo sólo desde mi experiencia y desde lo que trato de hacer. Pero hoy es urgente un cambio de modelo donde les pediría a los gobiernos y a los organismos
internacionales lo que sí he recibido del gobierno de Chile y del BID y que es involucramiento temprano. Necesitamos trabajar con una lógica distinta. El problema de la falta de agua no es una estadística, muere un niño cada 90 segundos en el mundo, y el mundo sigue girando como si no pasase nada. Por tanto necesitamos que las instituciones se involucren de forma temprana. Y necesitamos hacer innovación pero con sentido. Todo el mundo habla de innovación, muchos escriben de innovación, hay best sellers de innovación, pero ¿cuántos hacen realmente innovación?
Necesitamos usar todo el conocimiento y la tecnología disponible. Una innovación que tenga un propósito, y eso es lo que estamos haciendo con el Plasma. Pero por definición algún día quedará obsoleta también, yo la estoy usando de excusa para hacer entender y abrir los ojos que es posible hacer algo por los que tienen menos.
¿Qué supone para tu compañía y Fundación estar trabajando con entidades como la NASA y la Fundación Avina?
Con Fundación Avina ha sido espectacular porque ellos se acercaron a mí después que supieron de la primera instalación, me llamó Guillermo Scallan, Director de innovación de ellos. Y me preguntó por qué había instalado mi tecnología en un
campamento muy pobre. Y cuando le respondí, me dijo: -Déjanos ver cómo podemos ayudarte-. Ellos no sólo hicieron un importante aporte económico, sino también he aprendido mucho de ellos en innovación social, mi experiencia era muy limitada casi por intuición, pero ellos tienen una vocación, un trabajo y una experiencia de 23 ó 24 años. Ha sido para mí muy enriquecedor y estoy muy agradecido a Fundación Avina. Creo que también ellos han aprendido de nosotros porque han adoptado el método de la innovación con sentido. Hemos hecho un trabajo muy valioso.
Y con la NASA derivó finalmente en trabajar con algunos científicos y algunas entidades que nos han permitido estar hoy en día trabajando en algunos temas científicos relacionados con súper conductividad y estamos generando también unas tecnologías muy disruptivas. Lo importante de esas tecnologías es que vamos a seguir la misma ruta que con el Plasma, son tecnologías que permiten hacer cosas muy impresionantes pero que van a tener una forma de abordar los mercados que van a estar vincula-das con el medio ambiente y el trabajo social. Toda tecnología que estamos generando va a generar un triple impacto: económico para hacerse sustentable, social y ambiental.
¿Cómo fue el camino que recorristeis para que entidades tan influyentes apoyaran a vuestra Pyme?
Ahí no tengo una ruta clara, no tengo una receta para nadie. Lo que operó es nuestro modelo de los objetivos integrados. Este modelo dice que lo que habla por nosotros en un mundo donde todos hablamos, y las redes sociales contribuyen a eso, lo mejor es callarse y dejar que sea el impacto el que hable por ti. Cuando la gente se ha enterado de lo que hemos logrado hacer, y estamos intentando conectar ciencia y tecnología con problemas, con pobreza, con medio ambiente, la gente se acerca. No hemos golpeado una puerta, y eso es lo bonito. La gente es buena y si tu planteas maneras de avanzar por una ruta distinta, la gente se acerca.
Trabajar con la ONG chilena Un techo para mi país ha resultado clave para vosotros. ¿Qué sinergías se crean entre una empresa y una ONG cuando se comparten proyectos y valores?
Tu descubres que al estar ambos trabajando por un tercero y tu lo pones por delante de tus propios objetivos, empieza a ocurrir que estamos cumpliendo cada uno con nuestro objetivo, pero que el impacto que estamos generando queda en el más
pobre, eso es justamente el principio de nuestro modelo de los objetivos integrados. Cuando integras a distintos actores, y puede no ser una ONG fantástica como Techo o una fundación internacional como Avina, o una multinacional, cuando tu integras a distintos actores y cada uno trabaja por su propio objetivo egoístamente, cada uno tiene sus objetivos, pero trabajamos coordinados y articulados de forma tal que el impacto colectivo que generamos queda radicado en el más pobre. Ahí se produce algo mágico. Y es absolutamente legítimo, cada uno está cumpliendo con su mandato pero también le hemos dado un sentido a lo que hacemos juntos.
¿Qué enseñanza se puede universalizar de esa cooperación entre las ONG´S y el mundo empresarial?
Creo que desde hace años -y hay personas con muchos conocimientos, estudios, y Papers, sobre esto- el mundo ha cambiado a una velocidad vertiginosa, hoy en día es más fácil que hace unos años atrás porque el mundo ha entendido que no podemos seguir actuando como lo hacemos. Los problemas que hoy enfrentan los gobiernos, las corporaciones, las democracias, las instituciones, muchas de las variables están fuera de nuestro propio control. El mundo está afrontando problemas desconocidos y sólo el trabajo colaborativo entre todas estas instituciones va a producir soluciones reales. Por ejemplo, conectar ciencia y tecnología para producir innovación con sentido, está muy cerca, a un paso, de conectar con sostenibilidad corporativa. No pueden las corporaciones seguir ignorando la efervescencia social que ocurre en todo el mundo.
¿Cómo hay que actuar para que converjan la innovación social y la innovación tecno-lógica?
Sencillamente preguntándonos ¿cómo romper con esta lógica de que las tecnologías se producen siempre para el mismo, para quiénes solamente pueden pagar? ¿Por qué no hacerla también para aquellas personas que no pueden pagarla?
Cuando se habla del Internet de las cosas hay ejemplos impresionantes: Vas a poder ir manejando un auto, y te va a sonar un mensaje en el teléfono y quien te habla es el refrigerador para decirte que se ha acabado la leche. Y te dice que estás apunto de pasar por delante de un supermercado con leche con descuento.
Es la unión entre la máquina, los dispositivos y las personas.
O que a una madre en su oficina le llegue un mensaje a su teléfono y es el cepillo de dientes que le dice que su hijo está desarrollando placa bacteriana y que necesita ir al dentista. Y que si quiere el cepillo le ofrece apuntarle una hora con el dentista. Son ejemplos del futuro, que suenan novedosos e impresionantes, pero ¿qué tienen que ver con pobreza? Nada, estamos desarrollando tecnologías y sistemas para aquellos que pueden pagar, compiten todos por el mismo mercado.
A mí me encantaría, y mucha gente me pregunta, Alfredo has pasado de una idea a un prototipo, y de éste a una tecnología, de ésta a productos, pero esto ha ido a más: el Plasma Water Sanitation System tiene protocolos de telecomunicaciones.
Cuando lo instalo en alguna parte no solamente voy a llevar agua, voy a llevar conectividad. Y con ésta voy a tener la posibilidad de hacer una intervención social con ellos. Para explicarles y ayudarles a tener buenas prácticas de higiene. La solución no es el agua, es la higiene.
Y con la higiene, salud, y con salud, desarrollo. Al final mi apuesta es muy ambiciosa, no solamente quiero generar equipos de plasma para generar dinero, mis inversionistas se ponen intranquilos porque seguimos avanzando, pero me siguen apoyando. Hoy día el plasma es un equipo que ha evolucionado, seguro, fiable, pero también incorpora telecomunicaciones, y cuando lo llevamos a distintas áreas remotas podemos trabajar con la gente y para la gente. Si hacemos eso, y si jugamos con nuestra visión me gustaría tener instalados 1 millón de equipos en 2030, eso supondrá darle agua segura a 300 millones de personas, y llevarles conectividad, al final lo que estoy haciendo es generar un vínculo digital y emotivo. La tecnología sin un corazón detrás no sirve. Si tenemos 300 millones de personas muy pobres y vulnerables ahora con agua, con un vínculo digital y emotivo, creo que estamos en condiciones no sólo de participar del Internet de las cosas sino también en trazar el vector de desarrollo del Internet de las cosas. ¿Por qué no conectar Internet de las cosas con pobreza?
¿Qué lecciones de vida podemos extraer de saltarse una ley obsoleta o injusta para proporcionar agua potable a personas y poblaciones necesitadas de ella?
Estoy trabajando con el gobierno de Chile, de Argentina, y un tercero que no puedo mencionar porque hay un anuncio en camino, y ninguno me preguntó si soy de izquierdas o de derechas, les interesó una propuesta que con esta tecnología y esta innovación con sentido que proponemos, podemos llevar agua, salud, a personas que no pueden esperar a programas de construcción de infraestructuras. Las infraestructuras son intensivas en inversiones y en tiempo, a mí me encanta cuando los gobiernos entienden que con la tecnología y la innovación con sentido podemos ayudar a quienes más lo necesitan. La lección de vida es que si dejamos detrás la lógica de que pensar distinto nos hace adversarios o enemigos, y entendemos que todas las miradas convergen cuando miramos hacia el futuro, se produce algo bueno.
Son sinergias que nos enriquecen a todos.
Claro, pero la gente no lo cree, pero estamos todos en alguna medida cableados, somos escépticos, pero cuando tu ves el impacto que generas en aquellos que tenían menos que tú, que necesitaban ayuda de sus autoridades, empieza a producirse ale-gría y avance.
¿Qué apoyos habéis tenido de los gobiernos de Chile desde 2010 a hoy para llevar el Plasma Water Sanitation Systema a los chilenos que lo necesitan?
El involucramiento temprano de un gobierno es fundamental. Hoy día las cosas ocurren con mucha velocidad, y el gobierno de Chile a través de su Ministerio de Desarrollo Social fue muy proactivo. Entiendo la tecnología, entendiendo que lo que
queríamos hacer es nuevo, el gobierno facilitó recursos y desarrollamos un programa junto con el BID para llevar la tecnología a lugares muy vulnerables y no solamente verificar el funcionamiento de la tecnología, sino también certificar el impacto de la tecnología en situaciones vulnerables, y ese trabajo largo y muy serio, acaba de evaluar-se con mucho éxito, y ha sido fundamental. Todo lo que estamos hoy proponiendo a otros gobiernos, y en perfeccionar esta propuesta de innovación con sentido surge de ese apoyo temprano que recibimos del gobierno.
En el equipo humano de Advanced Innovation Center hay científicos de talla mundial. Primera cuestión, ¿qué supone trabajar con compañeros como ellos?
Todo lo que existe y se inventa es porque hay gente que ha dedicado su vida a la ciencia. Tenemos un gran respeto hacia ellos, y trabajo con científicos en distintos países del mundo, personas muy cualificadas en distintas áreas de las ciencias, y ellos están ansiosos por aportar su conocimiento a innovaciones con sentido. Siempre he encontrado a grandes científicos, pero generalmente grandes personas también.
Segunda cuestión, ¿qué hacéis para conciliar una vida profesional tan intensa con la vida personal y familiar?
Ese es un desafío porque mi familia la palabra estabilidad sólo la conoce en los diccionarios, pero este propósito es un proyecto familiar. Sabemos que hemos tenido una vida muy feliz, hemos sido bendecidos. Y esa bendición nos compromete. En nuestra casa y en nuestra mesa entendemos que no es tema, sino que es una obligación. Y la verdad es que nos hace feliz lo que hacemos. También siento algo de culpa porque al final la familia es lo primero y a veces viajo demasiado, o tanta presión a uno no lo deja abstraerse de los problemas y los lleva a la casa. Pero estamos cumpliendo con un propósito, estamos intentando hacer algo significativo con nuestras vidas.
Hablabas antes de la importancia de la Educación para hacer un uso responsable del agua, ¿qué sistemas educativos son necesarios para que en el s. XXI cualquier estudiante pueda descubrir su vocación y desarrollar su creatividad y sus inquietudes?
Te reitero que no soy experto en Educación, pero sí lo soy en Innovación, y entiendo que el proceso de aprendizaje debe ser una permanente innovación: La creatividad, la imaginación, los temores, han de ser energías positivas, que nos lleven a avanzar hacia descubrir esa vocación. Los sistemas educativos deben cambiar, no podemos seguir enseñando a los niños que van a afrontar un futuro distinto al que afrontamos nosotros. De hecho los niños pequeños están siendo educados para trabajar en profesiones que no existen. Y estamos tratando de hacer que sus mentes funcionen de una manera estructurada y rígida como hace 50 años. Tenemos en Educación un desafío muy grande. Sin ser experto, vemos como hoy se dice mucho que los jóvenes no se entusiasman con una carrera universitaria tradicional o con un trabajo que a nosotros o a nuestros padres les habría encantado. Y cuando se habla y se escribe de eso se hace con preocupación, pero yo creo que no hay que preocuparse tanto. Dale un propósito y una mochila, y ese joven se entusiasmará y hará que el mundo gire al revés, no hay que subestimar la fuerza, la energía, la creatividad y la pasión que tienen los jóvenes de hoy, y el manejo que tienen de las herramientas tecnológicas. El problema está en las herramientas que ponemos dentro de esas mochilas.
Eres chileno, iberoamericano, occidental. ¿Cómo ves a Chile y al pueblo chileno hoy a nivel nacional e internacional?
Chile es un país interesante, creo que estamos aprendiendo a conocernos. Creo que Chile tiene un tremendo potencial en innovación, de empezar una transformación que agregue valor a sus exportaciones, y a participar en la economía del conocimiento. Los chilenos somos muy autocríticos. Somos muy buenos para expresar lo que nos divide y separa, pero también somos muy creativos. Y creo que Chile es un país que va a hacer grandes cosas.
¿Y cómo ves por tus viajes el estado de Iberoamérica como región?
Puedo opinar sólo desde la innovación, he tenido la suerte de haber sido Asesor de la Alianza del Pacífico (bloque económico que forman México, Perú, Colombia, Chile, y se han incorporado Argentina y cerca de 50 países como observadores). En esta Alianza del Pacífico se ve el potencial económico, el potencial de desarrollo, la integración que se puede hacer entre todos estos países porque todos juntos tienen un litoral Pacífico muy grande. Pero desde la innovación con sentido también veo que en la Alianza del Pacífico concentramos un porcentaje alto de la problemática social del continente. Lo interesante es que se han interesado en la Alianza del Pacífico por la innovación social con sentido. Se ha entendido que no es posible formar un nuevo bloque económico, que no es posible proyectar los intereses de nuestros países hacia el futuro si no atendemos esas problemáticas sociales que arrastramos desde hace muchas décadas. Creo que Iberoamérica tiene grandes desafíos pero está en una corriente positiva, y espero por el bien de los que tienen menos se siga avanzando en esa dirección.
Digamos que Iberoamérica es ahora consciente de que hay unas circunstancias comunes.
Así es.
En este año que estamos terminando, se ha cumplido el 525 aniversario del descubrimiento de América. ¿Qué visión tienes de España, y cómo ven los chilenos a España?
Como chilenos siempre tenemos presente a España, miramos hacia fuera y tenemos mucha conciencia de Iberoamérica. Entendemos que tenemos muchas cosas comunes que nos unen, y que nos permitirían aliarnos en el futuro para lograr hacer cosas
importantes. Creo que el mundo avanzó hoy en día, en que hemos descubierto las cosas comunes, pero también hemos descubierto las diferencias, pero también entendemos que el futuro para una nación sola no existe, sino que se va a resolver con una colaboración efectiva. Y teniendo el porcentaje de la población mundial que tenemos, teniendo esa unión que viene a través del idioma común y de nuestras raíces, es normal que nos unamos y colaboremos entre nosotros.
Sobre qué te gustaría conversar que no hayamos conversado
-Suspira, ¡ah!- Creo que todas tus preguntas han ido orientadas a un tema: innovación, tecnología, a Iberoamérica, en el fondo sin mencionarlo estamos hablando del futuro. No hemos hablado del pasado. Porque hablar de innovación es hablar de futuro. Innovación es cambio, es aprendizaje, no puedes cambiar y avanzar si estás anclado en el pasado.
Creo que el gran desafío de Iberoamérica y de Chile es aprender a mirar hacia el futuro, desarrollar una visión de futuro común. Cuando miramos hacia el pasado no nos cuesta nada descubrir lo que nos divide y separa, sin embargo cuando miramos hacia el futuro todas las miradas convergen.
Creo que tenemos que aprender a dejar atrás arraigos ideológicos, y que impiden que trabajemos como hermanos.