Dos editores comprometidos con los escritores que emocionan y hacen pensar

Converso con dos editores independientes y vocacionales: Juan Casamayor de Páginas de Espuma; y Ralp del Valle de Ediciones Tolstoievski. Nunca ha sido fácil este oficio: Luchar contra la censura; conseguir buenos autores y libros que ofrecer al público lector; que éste los valore. Lograr su espacio dentro de la crítica literaria seria y de los medios de comunicación de referencia para que su trabajo y el del resto tengan repercusión social y económica. En palabras de Juan Casamayor: Hay un secreto que corre a todas voces, a los editores nos gusta comer al menos dos o tres veces al día, tenemos que pagar nuestras facturas.

En la última década, estos editores y otros buscan posicionarse en Internet a través de sus páginas webs y de las redes sociales. A lo largo de la conversación comprobarás amigo lector que aunque el libro electrónico ha llegado para quedarse, apenas representa en las ventas de estos editores entre el 1% y el 1,5%. Los lectores siguen prefiriendo el papel. Ambos coinciden en que el libro electrónico es un complemento para la divulgación de una obra y de un catálogo editorial en el mundo vía Internet. La reflexión de Ralp del Valle es clara: “El ebook no es una herramienta de rentabilidad: es una herramienta de popularización, de promoción. No puedes tener la inmensa caradura de pedir 9 euros por una copia digital de la maquetación: por querer sacar dinero a toda costa, estás disparándote un tiro en el pie.

En España, la gente usa el móvil en el metro, mientras ve la tele o hasta cuando va al baño. Hay movilitis –excesivo uso-. Tal es así que a Casamayor le preocupan los nuevos recursos de ocio que merman los hábitos de lectura. En particular hace referencia a los videojuegos y a los sonidos estridentes que emiten los móviles cuando algo, no se sabe qué, llega a ésos: A mí me preocupa mucho el Candy Crush o que la gente esté tan apegada a lo que dice el último pic de un móvil y que también abandone la lectura.

Juan Casamayor, editor de Páginas de Espuma.

Resulta iluminador que una sociedad como la japonesa con mayor tradición tecnológica creándola o usándola, no solo no ha perdido el hábito de la buena lectura sino que la escena cotidiana en los metros de Tokio y Osaka muestra a hombres y mujeres leyendo. Así nos lo relata Casamayor: En Japón curiosamente y no lo digo para apoyarme en el efecto de la lectura en papel, hace dos años la verdad era significativo ver a la gente leyendo sus libros.
Esta pasión por la lectura también ocurre en los Estados Unidos, en concreto en Silicon Valley, el mayor centro de empresas tecnológicas del mundo. Allí, en la ciudad de Mountain View, en las librerías de Castro Street se reúnen a diario para tertuliar sobre sus últimas lecturas ingenieros, informáticos, diseñadores, humanistas… Es el lugar del mundo donde en proporción más libros de papel se están leyendo y vendiendo. ¿Por qué?
Aman el buen libro, lo saben valorar y le dan su espacio, tiempo y función. Se sientan a tertuliar con los amigos tomando una cerveza, un te o un café, practican así un hábito de vida bastante saludable y muy barato.
Y de la Costa del Pacífico de los Estados Unidos, volvemos a España de la mano de estas dos editoriales que publican diferentes géneros: Páginas de Espuma, Cuentos -aunque también publica ensayo clásico y narrativa breve- y Ediciones Tolstoievski, Novela y Ensayo. Caminar por el mundo de los libros nos lleva a la Educación, a la posibilidad de una sólida formación cívica hoy tan despreciada, a abrir tu mente, a enriquecer tu vida y la de las personas con quienes convives a diario. Las buenas obras ayudan a sanar, y hoy en día están esperando a muchos pacientes enfermos o que desconocen su enfermedad. Ralp del Valle ve esta realidad demasiado oscura: Si quieres llegar a mucha gente, tienes que bajar el listón de calidad. Es triste, pero puedes entenderlo en muchas editoriales: tienen que llegar a fin de mes y no creen en la Literatura, así con mayúscula. Lo que resulta más difícil de entender es la connivencia de los medios de comunicación, que ensalzan y promocionan obras absolutamente mediocres sin el menor atisbo de crítica.

Ralp del Valle, editor de Tolstoievski.

 

Esto último que Del Valle apunta es consecuencia de que el viejo oficio de periodista lo ejercemos con vocación y honradez pocos, a pesar de ser muchos los titulados por las universidades, a los que se sumaron los metidos a viciar la profesión llegados desde cualquier lugar. Frente a los manipuladores y vicios, Educación, palabra que queda vacía de contenido en la boca de la mayoría de los políticos porque no la practican ni fomentan, pero no solo ellos. Hay mucha burocracia con puesto de funcionario hasta la jubilación que tampoco la practica. Con la crisis, hubo muchas quejas vía redes sociales e incluso en algunas publicaciones periodísticas sobre el estado de las bibliotecas públicas en España, y el cierre del grifo para compra de nuevos ejemplares. ¿Qué han hecho la mayoría de los responsables administrativos de esas funciones y los propios bibliotecarios para acabar con ese déficit? ¿Cómo han ido de la mano editores, libreros y bibliotecarios?

Así contesta a estas cuestiones Casamayor: En este país hay a veces que las corrientes políticas o los partidos se ponen de acuerdo para ciertas cosas, y algunas tan indispensables para la sociedad como un gran acuerdo educativo en tiempo y forma nunca ha pasado. No teniendo una buena Educación no podemos proyectar un país, y en esa proyección cultural está el mundo del libro.

Ésta es la perspectiva de Del Valle sobre esas mismas disyuntivas y realidades: “Apenas hay ayudas y las pocas que hay se destinan a traducción de obras extranjeras. ¿Becas para escritores?, ¿apostar por el talento nacional?, ¿ayudas reales al emprendimiento cultural y no, la minitarifa plana de nuevos autónomos que no es una solución de continuidad-? Sería casi una broma si no fuera dramático. A ningún gobierno le ha interesado potenciar el mercado literario, apostar por una calidad que sea un sello de identidad en el extranjero, fomentar obras que hagan pensar, que incomoden, que te hagan crecer como individuo.

El diario de Down, de Ediciones Tolstoievski.

 

Y Casamayor, con la perspectiva que da la experiencia, ahonda en las grietas enormes que hay en el funcionamiento del Sistema de Bibliotecas Públicas en España, y te presenta, lector, las diferencias radicales con las Bibliotecas de los países iberoamericanos en vías de desarrollo. Sus palabras son esclarecedoras: Tenemos un número de bibliotecas estables en este país pero las tenemos muy mal dotadas. Nunca ha habido una buena gestión de compras para las bibliotecas a través de los libreros por parte de nuestras administraciones. Yo he vendido más a Redes de Bibliotecas Públicas en los países hispanoamericanos que en España. Y España es un país desarrollado, y algunos países a los que he vendido son países en vías de desarrollo que están haciendo un esfuerzo. ¿Hasta qué punto los bibliotecarios como corporativos indispensables para que haya libros en las bibliotecas hacen un trabajo real de presión? ¿Hasta qué punto los libreros que son los que tienen que vender los libros, no presionan más al Gobierno? Y los editores no estamos codo con codo con los libreros, y en eso te tengo que dar la razón. De fondo hay un vacío.

Lector, como ves, hemos entrado en el interior de la sala de operaciones, y el paciente no solo necesita cuidados intensivos sino que, dadas las circunstancias, requiere una operación sanadora. La autocrítica también forma parte del proceso de sanación. Es posible que al leerlo te sientas de pronto con mal cuerpo si eres un amante de los libros. O que ipso facto si eres de los que los textos no te terminan de seducir, que hayas sufrido un shock. O, si eres de los indiferentes con la lectura; que o bien sigas pasando, o que cambies.

Casamayor está de acuerdo con esta reflexión que les planteo sobre la labor propagandística que ciertos vendedores de libros hacen en los medios de comunicación manipulando al futuro lector y vendiéndole gato por liebre. Como Del Valle, Casamayor apunta sin cortapisas a esta circunstancia dramática: A mí lo que me preocupa de todo esto es que si convertimos en norma la lectura vacía, simple y superficial, se convierte en norma de gusto y en el fondo estoy convencido de que estamos matando a los lectores. Si el mundo del libro no tiene lectores, ni tú me podrás entrevistar ni podrás reseñar libros, ni yo podré editarlos, y tendremos que dedicarnos a otra cosa.

Julián Marías ya en los años ochenta comenzó a denunciar las falsificaciones que se hacían de las ventas editoriales y de los ranking de los libros más vendidos en España y otros países. Y ahora lector prepárate a leer un par de bombazos mediáticos y de crítica directa y argumentada. Esta enfermedad ha pasado a ser un cáncer terminal, y este es el diagnóstico para Del Valle: Es altamente sospechosa la unanimidad que obras mediocres como Patria o También esto pasará recaban en suplementos literarios y medios de comunicación; la endogamia del sector también ayuda -Editor conoce a periodista que conoce a editor que puede que publique algún día un libro de periodista-.

Y el cáncer, que antes estaba en la relación editor, periodista y libro publicado, se expande y la metástasis afecta a los viejos canales: los suplementos literarios pierden su prestigio. Del Valle lo afirma con crudeza: A lo único que lleva todo esto es al absoluto descrédito de las reseñas literarias de los suplementos, que están cayendo en el mismo pozo en el que cayó la crítica cinematográfica hace ya años al renunciar a su vocación crítica para hacer de altavoces promocionales.

Se nota la pasión y la mirada intensa de este editor que lleva dos años lanzando su catálogo. La voz de la experiencia de Juan Casamayor, con con casi 18 años codirigiendo Páginas de Espuma, sosiega el dolor del enfermo y de una comunidad lectora con demasiados achaques. Para Casamayor dentro de las tinieblas hay espacios para la luz y la esperanza: El peso de las 80.000 novedades anuales que puede haber en este país yo creo que lo que puede es cegar a los buenos libros, pero no evitar que haya buenos libros.Además Casamayor lanza un guiño a otros editores que están haciendo una labor profesional y artesanal de enorme magnitud. No solo se publican algunos magníficos libros literarios de cualquier género en España y otros países, sino también en otras áreas de edición:No me quiero centrar en la Literatura, porque a veces parece que los editores de Literatura somos los exclusivos, me refiero a los editores de Arquitectura, de Botánica o de Geología, ahora hay muy buena bibliografía.

Casamayor sintetiza la denunciada mediocridad en cualquier ámbito humano y profesional en que se ha caído desde finales de los ochenta hasta hoy, con esta meditación sobre la realidad mediática: Pasa en otros campos, en el libro digital, pero también te diría la prescripción de la prensa tradicional: TV, radios y periódicos tienen menos peso específico que hace 15 ó 20 años, antes salía una reseña de Babelia y sonaba aquí el fax y llegaba un pedido. Y ahora tienen menos prescripciones esos medios.Pero como editor comprometido que busca los orígenes y las causas para erradicar la enfermedad, Juan Casamayor propone tratamientos que van a la raíz: Sigue habiendo gente muy buena lectora, fina lectora, con sensibilidad, con conocimiento, pero me parece que lo que falla es el canal. Eso es lo que me preocupa. sin duda necesitamos a esas personas que se hacen eco del trabajo que nosotros hacemos, y que encuentren un equilibrio entre dar una información veraz, razonada, argumentada, seria, pero también atractiva, y digamos casi mágica para que un lector entre.

Y en este viaje, lector, que estamos haciendo por el Ecosistema editorial, es hora de que nos detengamos en otro actor importante: el librero. ¿Qué ha pasado con los buenos libreros que sabían orientar a sus lectores? ¿Cuántos quedan? ¿Quiénes se han sumado a ellos y a los buenos vendedores? ¿Cuánto intrusismo hay en estas profesiones?
Del Valle y Casamayor defienden a los auténticos libreros -aquellos que ejercen el oficio con vocación, honradez y sentido crítico y orientativo-. Para Casamayor lo que sí es verdad que quien ha ganado un peso específico enorme como prescriptor de los libros son los libreros.Y nos pone un ejemplo claro, un librero clásico, Paco Goyanes de Cálamo, éste dice y con razón “a veces tenemos cierta épica de heroísmo y yo no tengo vacaciones porque no me las puedo permitir, cuando eso lo dice un librero, un editor o un distribuidor, pues mal van las cosas. Cuando un profesor, un frutero o un taxista pueden tener a lo mejor sus vacaciones.

Enfermos, cáncer, metástasis, sin vacaciones, crisis. ¡Vaya panorama! Pero en La terapia del arte defendemos que los buenos libros y cualquier disciplina humana cuando se hace con autenticidad y buscando lo mejor, antes o después se acaban hallando los tratamientos, la sanación y el disfrutar del descanso y de los buenos tiempos. Por eso escuchamos a Del Valle y Casamayor ofrecernos terapias inteligentes. Primera para Casamayor: Tendríamos que optimizar la función de venta del libro. Es decir, conseguir que el libro sea menos gravado a la hora de su venta y que seamos más eficaces.

Segunda para Casamayor: Que el lector y la sociedad entiendan que el libro es un bien cultural en sí y un objeto que se puede comprar a un precio excelente por mucho que se diga. Eso lo tengo clarísimo.

Y de las terapias del editor de Páginas de Espuma a las de Del Valle de Ediciones Tolstoievski. Para Ralp, primero hay que acabar con este virus: Es insultante que un distribuidor sin el menor apego por los libros se lleve un 50% ó 60% simplemente por abrir el almacén y guardar cajas: porque eso es la distribución hoy en día en España. Nada de labor comercial, nada de atender al sesgo de una librería, nada de prestarle atención al estilo de una editorial.
Segunda terapia para Del Valle en Tolstoievski luchamos para que el autor, la base fundamental de esto, sea mejor remunerado. Donde otras editoriales apenas lanzan un 8% bruto del PVP, nosotros partimos del 15%, con el compromiso de pasar al 20% si en tres años la editorial es rentable económicamente.

Y lo que hay que evitar a toda costa según Del Valle es otro de los cánceres que se ha extendido: Lo deleznable es la coedición, para mí es deshonesto que le cobres a un autor por lanzarle al vacío y partirse la cara contra todo y todos.Casamayor de Páginas de Espuma que es consciente de esta enfermedad terminal, le pone ojos irónicos y comprensión: Es una alternativa pero no tiene que ver con lo que estamos hablando. Es una alternativa lícita, pero por algo una editorial se llama editorial y hay una labor de edición con el editor y la edición no deja de ser cierta labor de edición con riesgo y no sabemos muy bien cómo van a funcionar nuestros libros.

Vamos llegando al final de este primer viaje con dos editores independientes. En el número de noviembre, retomaremos el tema con Santiago Herráiz de Rialp y Pablo Méndez de Vitrubio. Pero antes demos la palabra a Casamayor y a Del Valle para que nos recomienden las últimas terapias para este otoño invierno de lecturas. El español es la lengua común de 500 millones de lectores y la segunda a nivel mundial en proceso de aprendizaje tras el inglés. Por eso a Casamayor le ocupa tanto el mundo lector hispanoamericano: “En mantener esa buena Cartografía de trabajo y de distribución y de presencia de tus autores en otros países y especialmente en Hispanoamérica, desde Chile, Argentina, Uruguay hasta México, me parece una lección que los editores tenemos que aprender. Páginas de Espuma tiene un recorrido amplio hecho porque un poco desde la ingenuidad y desde la ceguera fuimos probando hasta que la editorial se ha hecho más sólida en eso.

Y si todo cuento clásico lleva implícito suspense, expectación, la propuesta editorial de Ediciones Tolstoievski para este último trimestre del año implica mucho suspense en forma de novela o de ensayo. En palabras de Ralp del Valle: “En pocas semanas saldrá nuestro cuarto título, y será un libro muy desasosegante, muy bien escrito, y que habla del amor entre personas con enfermedades mentales. ¡Permanezcan atentos!

Amigo lector, eso tendrás que descubrirlo tú, o preguntárselo a él directamente. He ahí su órdago hitchockiano.
Manuel Carmona Rodríguez