Entrevista a Nicolás Maruri

“Las ciudades mediterráneas permiten una forma de vida donde lo colectivo se construye desde la integración de personas muy diferentes”

Manuel Carmona Rodríguez

Conversamos con el arquitecto y profesor de la Escuela de Arquitectura de la UCM, Nicolás Maruri. Es un docente comprometido con dar a sus estudiantes una formación técnica respetuosa con los valores mediterráneos de vida, donde el trabajo bien hecho y la conciliación con la vida personal y la convivencia cívica en paz sea posible. Eso implica acabar con la especulación inmobiliaria y el enriquecimiento sin escrúpulos. Junto a sus compañeros del estudio Amann-Canavovas-Maruri viene realizando obras civiles y públicas que defienden la luz natural, los patios y jardines, y hacer de lugares industriales inhóspitos espacios saludables.

Nos detendremos también con Maruri a identificar los errores políticos en la gestión de lo urbano y cómo es posible superarlos para que la acción política sea en favor de las necesidades ciudadanas y de las urbes. Para que ello sea posible es necesario que la opinión pública se forme a la vez en el cuidado de los municipios en que habita y se corresponsabilice. Y pone el acento en la necesidad de reconocer y proteger la arquitectura española de la segunda mitad del siglo XX, que está bastante ignorada.

Nicolás, en 1977 Fernando Chueca Goitia publica un libro capital para la Historia de la Arquitectura y el Urbanismo en España: La destrucción del legado urbanístico español. Entre mediados de los noventa y la primera década del siglo veintiuno, la especulación urbanística no solo ha influido en la burbuja inmobiliaria sino también en seguir destruyendo paisajes urbanos y naturales españoles. Varias preguntas al respecto.

La primera: ¿Cómo se enseña en las Escuelas de Arquitectura, Aparejadores e Ingeniería para que eso no siga ocurriendo?

Empezando por el final, las tres áreas de conocimiento que citas tienen planes de formación diferentes y, por lo tanto, diferentes responsabilidades. Está claro que la formación más completa respecto al urbanismo, la Historia de la Arquitectura y la Estética es la de los arquitectos y, por lo tanto, tienen mayor responsabilidad en lo que atañe a la ciudad tanto desde la escala de lo urbano como de la del objeto, a no ser que no se haya contado con ellos, algo bastante común.

Ahora bien, la especulación urbanista es un problema generado desde una condición económica y política, y no desde el diseño urbano. Una sociedad que ve que la riqueza fácil y rápida no se genera desde la industria y el trabajo sino desde operaciones de transmisión o promoción inmobiliarias tiene un problema profundo que sólo se puede resolver desde una correcta organización de los impuestos y las leyes.

En cuanto a la enseñanza en las Escuelas de Arquitectura el objetivo es formar buenos técnicos que trabajen respetando la legalidad y con conocimiento profundo de la forma y de la historia de las ciudades. Las leyes de protección del patrimonio son el marco clave que regula y matiza el trabajo de los técnicos en relación al tejido histórico, y la tendencia es a una sobreprotección de todo lo antiguo lo cual está propiciando la generación de ciudades momificadas, muy adecuadas para el disfrute de los turistas, pero quizás no tanto para la vida de sus ciudadanos.

El libro de Chueca que citas, se publica en un momento en el que empieza a cambiar la sensibilidad de la teoría arquitectónica respecto a las urbes. El movimiento moderno, 50 años atrás, se había propuesto erradicar el origen de múltiples enfermedades luchando contra el hacinamiento y los tugurios que constituían buen parte de las ciudades históricas. Esto condujo a múltiples derribos y saneamientos, y a una visión de los cascos históricos como cuestiones de salud pública, visión que fue oportunamente aprovechada por la especulación urbanística. En los 70 la nueva situación urbana, promovía una reflexión diferente sobre la ciudad ya que el problema había cambiado enormemente y la visión era la recuperación de la historia. Algo sobre lo que Chueca era capaz de trabajar.

Segunda cuestión, ¿quiénes son las excepciones con su método de enseñanza y con su práctica en las obras civiles ejecutadas en ese periodo de la historia de nuestro país? Ejemplos de buenas prácticas.

Hay muchos buenos ejemplos entre arquitectos de reconocido prestigio que al mismo tiempo ejercían una labor como docentes con una obra muy amplia. Se pueden citar entre los clásicos a Oiza, Coderch, Sota, Fisac, Vázquez de Castro, Aracil, Carvajal, etc. Son tantos que no se puede hablar de excepciones, la buena arquitectura siempre está presente, solo hay que buscarla. Ejemplo de buenas prácticas puede ser la Unidad Vecinal del Taray en Segovia de 1962, de Aracil, que no es una propuesta que probablemente le gustase a Chueca, que tenía una visión mucho más tradicionalista.

Tercera disyuntiva, cuando uno revisa el catálogo de obras y proyectos realizados por el Estudio Amann Cánova Maruri se aprecia la importancia que le dais a la luz natural y a los patios o pequeños jardines con árboles. ¿Qué estáis defendiendo con ese modelo?

Entendemos que la luz natural es una materia absolutamente fundamental en la arquitectura, más que el acero y el hormigón, y es necesario darle forma y hacerla participar en la construcción de los espacios que constituyen cualquier edificio.

Para ello nada mejor que utilizar lo adecuado a nuestro clima como son los jardines o los patios, siempre desde un enfoque propio de nuestra época. Quizás nuestro proyecto más certero de esta estrategia es el Centro de Visitantes de Monteagudo, en Murcia, donde proyectamos un edificio límite alrededor de una ermita, edificio que aportaba además un pequeño claustro con fuentes y limoneros.

El Centro de Visitantes de Monteagudo (Murcia), ejemplo de vertebración entre arquitectura actual, paisajes naturales, yacimiento romano y una ermita.

Profundizando en la pregunta anterior, ¿qué capacidad sanadora tienen los jardines privados o públicos construidos por la acción de la persona, así como los propios paisajes naturales?

La buena arquitectura debe proporcionar disfrute y placer, y para ello es clave el contacto con la naturaleza que, evidentemente, no tiene sustitución posible. Con la arquitectura los hombres construimos entornos artificiales adecuados para nuestra protección que mantienen un contacto limitado con cualquier entorno natural. Tener la posibilidad de abrirse al exterior, ya sea físicamente o tan solo con la mirada, es una condición clave en cualquier espacio habitable.

Me llama la atención cuando camino o paseo por las ciudades y los pueblos de España dos hechos sintomáticos: Uno, cuando un Parque o Dehesa Público está bien cuidado, y cuando otro de la misma urbe tiene un mantenimiento deficiente. ¿Qué labor de concienciación cívica, laboral y política es necesaria hacer para potenciar lo primero, y erradicar lo segundo?

Lo primero es educar a los ciudadanos para que cuiden el espacio público, empezando por el rellano de la escalera de su casa y continuando por el pago de sus impuestos. Lo segundo es escoger gestores públicos no solo preocupados por inaugurar como medio para ganar elecciones sino concienciados en desarrollar una labor a largo plazo que implica un mantenimiento del que participen los propios ciudadanos. Lo tercero es diseñar de manera resistente y sólida esos espacios para que aguanten el paso del tiempo.

Volviendo a las obras y a los proyectos realizados por vuestro Estudio, me llama la atención en las Viviendas de Protección Oficial: la amplitud de las estancias, la importancia que le dais a las entradas de luz natural, y la combinación de las zonas transitables comunes buscando un equilibrio con la privacidad personal o familiar. Al respecto, te planteo, primero: ¿Por qué defendéis esa filosofía constructiva?

Para nosotros el espacio público, el espacio común en las viviendas, seguramente es el elemento más importante y cuidado de cada proyecto. Pensamos que es ahí donde se definen los valores políticos de una sociedad y donde nos jugamos el sentido de un proyecto. En nuestras viviendas de Protección de la Rambla de Coslada, se consiguió generar un doble espacio común, en planta baja, entre los locales comerciales, un espacio de participación urbana, en planta cuarta, una plataforma colectiva donde los vecinos podían recuperar el espacio cedido a la comunidad.

Segundo, en muchas escuelas de arquitectura y las constructoras y promotoras españolas entre los años 90 y principios de este siglo, se apostó mayoritariamente por otorgar obras a aquellos que hicieran más viviendas en los mismos metros cuadrados. ¿Qué efectos nocivos tuvieron aquellas prácticas ejecutadas?

Está claro que el objetivo de una promotora es conseguir el máximo beneficio y el de los técnicos ofrecer los mejores proyectos posibles dentro del corsé económico. El viejo ..liebre por gato.. de Alejandro de la Sota que sitúa la posición de los técnicos en un difícil punto intermedio entre la productividad económica y el valor urbano de una propuesta.

Definitivamente la formación en las Escuelas está dirigida a formar técnicos capaces de resolver los problemas que se les planteen desde los valores de lo arquitectónico, algo de gran dificultad, que necesita tiempo y apoyo de la sociedad –en cuanto a honorarios reconocidos, competencia leal, protección legal, etc.– ya que esa batalla es muy cruenta para dejarla únicamente en manos de la responsabilidad de los técnicos.

En relación con la anterior cuestión, ¿qué terapia es ahora necesaria aplicar para superar las consecuencias de aquel modelo?

La terapia es siempre la misma: buena formación en las escuelas y un marco legal adecuado que haga que se respete el trabajo de todos y el entorno urbano.

Nicolás, conoces muy bien Hispanoamérica y Norteamérica. ¿Qué podemos aprender e importar de los buenos modelos urbanísticos y paisajísticos americanos?

Creo que de América lo mejor que se puede importar es su pragmatismo. El modelo urbano norteamericano, que ya se ha importado en parte, basado en el coche, la casa con jardín, el espacio público débil y el centro comercial, y que se puede definir como espacio urbanizado de baja densidad, es un absoluto desastre, tanto para las ciudades como para la supervivencia de nuestro planeta por la enorme generación de contaminación y el desproporcionado consumo de suelo. En cualquier caso, el continente americano es muy complejo, presenta una gran diversidad de situaciones que resulta difícil sintetizar. Cuba, por su excepcionalidad política, no tiene nada que ver con el resto.

Qué les podemos nosotros aportar a ellos.

Creo que debemos luchar por unas ciudades más próximas a los modelos mediterráneos, ciudades peatonales de cierta densidad, con buenos transportes públicos, comercio dentro del tejido urbano y viviendas de tamaño medio, diversas y flexibles. Estas ciudades permiten una forma de vida donde lo colectivo se construye desde la integración de personas muy diferentes.

Has hecho obras significativas de rehabilitación o nueva obra junto al Mediterráneo en Cartagena y en Murcia. ¿Qué fuerza tiene el Mar Mediterráneo con su luz, su aparente calma para, por un lado, que la Arquitectura se ponga al servicio de ese mar y su ecosistema, y mejore la vida humana?

El mar Mediterráneo proporciona un clima extraordinario para desarrollar una vida al exterior en intenso contacto con la naturaleza, y nuestra arquitectura procura ofrecer un disfrute adecuado de este extraordinario medio, ya sea creando plataformas para su disfrute como en la Plaza de CIM en Cartagena o espacios para su observación desde las viviendas en la Muralla del Mar.

Y, por otro, una ciudad como Cartagena, por donde han pasado los cartagineses, los romanos, donde la arquitectura de finales del siglo XIX y el primer tercio del siglo XX está muy presente. ¿Qué prácticas arquitectónicas, urbanísticas y paisajistas son necesarias llevar a cabo para recuperar y conservar aquello y que sea un entorno grato junto al Mar Mediterráneo?

Creo que en Cartagena se ha realizado una labor de transformación extraordinaria en los últimos 25 años. La ciudad ha pasado de dar la espalda al mar a convertirse en una ciudad que disfruta de su bahía, con una arquitectura contemporánea de buena calidad y una importante recuperación de sus edificios históricos. Una transformación espectacular en una ciudad que todavía guarda monumentos de gran valor por mostrar como su anfiteatro romano o el foro, ambos en proceso de excavación.

Zona ajardinada con olivos en la sede de imprenta en Rivas Vaciamadrid.

Desde la Revolución Industrial hasta hoy, las personas han vivido momentos duros en sus lugares de trabajo por lo inhóspito de éstos. En vuestro proyecto de la Imprenta Oficinas de Rivas Vaciamadrid, ¿cómo buscasteis superar esos problemas y humanizar el espacio laboral?

En la arquitectura de polígono industrial es difícil encontrar espacios para el descanso, ya que todo es productividad y rendimiento. En la imprenta contamos con un promotor sensible a estas situaciones que nos permitió dotar los espacios de oficina y los espacios de descanso de los trabajadores con vistas a patios interiores verdes, unos pequeños oasis en un entorno realmente duro.

Continuando con la pregunta anterior, qué procesos de aprendizaje son hoy necesarios para que haya una evolución positiva en edificar entornos laborales saludables.

Lo más importante es entender las condiciones específicas de cada proyecto y dentro de ellas identificar qué es necesario, qué es posible y cuánto se puede añadir a las condiciones de programa estrictamente funcionales, porque en todo proyecto siempre es posible atender aspectos que son relevantes para preocupaciones de otro orden como el medioambiente o las relaciones de género, etc. De manera amplia bastaría con buenos proyectos urbanos y buena arquitectura contemporánea.

Propón a los lectores de La Terapia del Arte un espacio que combine una construcción y un paisaje natural para sentarte a leer un libro clásico -por ejemplo a Kapuscinski, o a escuchar un buen bolero.

El parque del Retiro en Madrid está lleno de pequeñas sorpresas estupendas y si lo que queremos es una salita móvil con vistas, las cabinas del teleférico de la casa de Campo en Madrid son un pequeño viaje inesperado.

Sobre qué te gustaría conversar que no hayamos conversado.

Quizás sobre la necesidad de reconocer y proteger la arquitectura española de la segunda mitad del siglo XX, que se encuentra en una situación muy delicada y necesitada de rehabilitaciones inteligentes. Pero creo que por hoy es suficiente.