Entrevista al padre Pepe di Paola
En la parroquia del Milagro de La Carcova y la capilla San Francisco Solano de Curita van a funcionar sendas sedes de la Escuela de Oficios “Monseñor Romero”, así llamada en homenaje al santo prelado de El Salvador, donde los jóvenes y también los adultos de esas villas de José León Suárez podrán formarse.
La iniciativa del padre Pepe di Paola atiende a una necesidad crucial de los vecinos de su misión parroquial y se corresponde con el trascendente significado que tiene el trabajo humano para el catolicismo, tema al que está dedicado todo el Capítulo VI del Compendio de Doctrina Social de la Iglesia, que incluye siete títulos (Aspectos Bíblicos, El Valor Profético de la « Rerum Novarum », La Dignidad del Trabajo, El Derecho al Trabajo, Derechos de los Trabajadores, Solidaridad entre los Trabajadores y Las « Res Novae » del Mundo del Trabajo), cada uno de ellos con varios subtítulos; a lo que se suma la importancia del trabajo en las encíclicas y mensajes papales, de especial relevancia en los pontificados de Juan Pablo II y de Francisco.
En el siguiente reportaje, el padre Pepe explica el aporte a la reconstrucción de la cultura del trabajo que puede brindar la Escuela de Oficios “Monseñor Romero”.
¿Cómo surgió la iniciativa de la Escuela de Oficios?
Padre Pepe: Haciendo historia. Cuando llegué a la villa de La Carcova vi que los jóvenes no tienen posibilidades cercanas para aprender y desarrollar capacidades que les permitan trabajar. Al menos no están cerca. Entonces me pareció que cubrir esa carencia era para la parroquia una parte fundamental del trabajo y para la Iglesia una de las razones de su presencia. Nosotros desde la parroquia queremos que los jóvenes tengan una atención de todo tipo. O sea, espiritual y dentro de lo espiritual el desarrollo de todas las posibilidades que ellos tengan. Y como la experiencia que tuve en la villa 21 con la Escuela de Oficios fue muy buena, pensé que esta escuela “Monseñor Romero” va a ser una posibilidad mucho más importante aún que en la villa 21 para el aprendizaje de oficios.
¿Quiénes serán los destinatarios de la Escuela de Oficios, quienes la van a usar?
P. P: En primer lugar está dirigida a jóvenes en una franja que va desde los 16 hasta los 30 años, más o menos. Queremos mostrarles que hay distintas posibilidades. Hasta ahora los chicos no las tienen. Por ahí van a cartonear o a trabajar en un reciclado y van a poder agregarle a lo que estén haciendo un oficio, sea de la construcción o de otro y de esa manera abrir un camino nuevo en su organización familiar y personal. Pero creo que va a estar dirigida a adultos que también quieran aprender o perfeccionar un oficio o quizás que han trabajado en un oficio pero nunca pudieron obtener el título de ese oficio. O sea, puede ayudar a muchos hombres y mujeres del barrio que podrán aprender un oficio en la Escuela. Pero en principio lo fundamental es fortalecer el trabajo juvenil que vamos a realizar.
¿Quiénes colaboraron en la realización del proyecto de la Escuela y quienes la van a llevar adelante?
P. P: Esto comenzó con un diálogo con el anterior ministro de Educación, Alberto Sileoni y con Jimmy Percik. Ellos vieron lo bueno que fue en la villa 21 y otras villas de Capital esta experiencia y también en otras partes del país, porque estuvieron en el Ministerio mucho tiempo y confían en el trabajo que hacemos los curas de las villas. Así empezó el aporte de la Nación para la construcción de la Escuela. Después pasó a la Unidad Ejecutora de la Plata que llamó a licitación y la obra no la hace la parroquia sino el Ministerio de Educación. Nosotros vamos a tener una subsede en Curita, que sí la está haciendo la Iglesia, porque nuestro barrio es muy grande y los jóvenes de Curita también necesitan aprender oficios y estar en la misma situación que los de Carcova y la construcción en la capilla de Curita la estamos haciendo gracias a la Iglesia. Así que va a ser una Escuela con dos centros. Uno en la parroquia del Milagro, para los jóvenes de Carcova y otro en la capilla de San Francisco Solano para los jóvenes de Curita. Han colaborado en la creación de la Escuela, Pablo Narvaja que me ayudó, la UOCRA (Unión de Obreros de la Construcción de la República Argentina) a través del vínculo con la Fundación UOCRA, los muchachos que trabajaban en los CFP (Centros de Formación Profesional) de la UOM de Tres de Febrero. Nos van ayudando con su experiencia a organizar nuestro camino.
¿Qué valor das al trabajo desde dentro de la villa, donde hay tanto desempleo y trabajo precario, considerando el énfasis del papa Francisco en marcar su pontificado con su prédica por la tierra, el techo y el trabajo?
P. P: En esto tenemos también que recordar a Juan Pablo II, quien en su encíclica sobre el trabajo (Laborem Excercens) habló del valor que representa que la persona pueda ganar con su trabajo el dinero que lleva a su casa. Y creo que acá tenemos muchos jóvenes con muchas capacidades que no las pueden desarrollar porque no tienen posibilidades. El trabajo es una herramienta fundamental que ocupa el tiempo de los jóvenes, desarrolla sus habilidades y pueden organizar un proyecto de vida, los saca del mundo del delito y las adicciones. El trabajo va organizando la vida de las personas. Nos pasa a los adultos, cuanto más a los jóvenes. Entonces, el valor del trabajo es fundamental y cuantas más capacidades desarrolle un chico, más facilidades va a tener de conseguir un trabajo y más disposición a tener ese trabajo. Hay muchos oficios que no se realizan, que se habían ido perdiendo a lo largo del tiempo y son requeridos como los soldadores y nosotros en la villa 21 hicimos una tarea bastante buena y contrataban a nuestros chicos que por primera vez tenían un trabajo en blanco, un dinero que les permitía organizarse, alquilar, fortalecer la pareja que habían armado. Un trabajo va enhebrando la vida de los jóvenes y aunque no es lo único, es un valor fundamental.
Víctor E. Lapegna
La localidad de José León Suárez se ubica en el extremo norte del partido de General San Martín, en la zona norte del Gran Buenos Aires