Joaquín Fabra, músico y terapeuta de Distonía Focal de músicos
La Distonía Focal en músicos
Entrevistamos a Joaquín Fabra, músico, y buen conocedor del Síndrome Distónico, que atemoriza a músicos de todo el mundo. Después de ser su propio paciente, actualmente es uno de los referentes en el tratamiento protocolarizado de la Distonía Focal para músicos.
¿Quién es Joaquín Fabra?
Soy un músico con títulos superiores en la especialidad de trombón y bombardino, que pocos meses después de aprobar mi oposición en el año 1982 y con 20 años de edad sufri en mis propias carnes el impacto de este trastorno (Síndrome Distónico/Distonía Focal) que dificultó durante 7 años mi capacidad para expresarme por medio de los instrumentos en grado sumo. Durante todos estos años habitando en el «limbo», me dediqué con todo ahínco a averiguar lo que me estaba ocurriendo, a buscar desesperadamente una solución a un problema invisible que me impedía gestionar adecuadamente la respiración y que simultáneamente comprometía seriamente la conformación natural de mi embocadura a pesar de saber exactamente cómo hacerlo.
Durante esos 7 años fui sujeto y objeto de mis propias pesquisas hasta encontrar la solución a mi conflicto, posteriormente dediqué mucho tiempo a elaborar una terapia protocolizada para ayudar a gran cantidad de músicos que sufrían trastornos similares. En la actualidad, trato a músicos que sufren este trastorno en todo el mundo.
¿En qué consiste el síndrome de la Distonía Focal o como susted lo llama Síndrome Distónico?
La manifestación o aparato externo se caracteriza por una actividad motora que escapa al control voluntario del músico, como temblores, espasmos, contracciones…, que involucran grupos musculares activos durante la ejecución con el instrumento y que dificultan o impiden completamente el uso de esos grupos musculares para tal fin. En muchas ocasiones este caos motor se extrapola o traslada a otras actividades de la vida cotidiana en las que se ven involucrados los mismos músculos, en otras incluso empiezan a activarse músculos ajenos a la ejecución.
La manifestación interna, parte no visible del trastorno, está asociada a términos tales como, ansiedad, desesperación, preocupación, inseguridad, vulnerabilidad…, todos ellos matices del miedo que conforman la base detonante del trastorno en la inmensa mayoría de los casos.
Distonía Focal. El caso de un tubista
¿Entonces hay casos en los que el desencadenante no es una disfunción emocional?
Efectivamente, en una minoría de ellos advierto una mala praxis, en algunos casos incomprensible, que desencadena el trastorno. Posturas morfológicamente inaceptables, sobredimensionamiento del esfuerzo serian detonantes que posteriormente generarían inevitablemente la implicación emocional.
¿Cómo se manifiesta su sintomatología?
Este trastorno del movimiento es fundamentalmente visual, así que nos es fácil percibirlo por medio de la observación. La sintomatología es muy diversa, depende de grupo muscular implicado en ejecución, por lo tanto del tipo de instrumentista.
Por ejemplo, un instrumentista de viento normalmente no puede formar adecuadamente la embocadura ya que los músculos parecen no obedecer, la lengua no reacciona correctamente al momento de atacar, diafragma se queda contraído, la glotis se cierra…
Si la ejecución implica las manos, dependiendo también del tipo de instrumentista se pueden experimentar fenómenos tales como la torsión involuntaria de las muñecas, flexión extensión incontrolada de los dedos…
Es importante destacar que la primera manifestación sintomática nunca o casi nunca implica al mismo grupo muscular realizando otras actividades cotidianas, lo cual demuestra que los músculos afectados durante la ejecución no presentan alteraciones anormales.
Como en esta materia más vale una imagen que mil palabras os invito a visitar mi canal de YouTube: jfabrava donde podréis ver más de cuarenta ejemplos de todo tipo de instrumentistas antes y después de la terapia de recuperación. En mi sitio web también podéis consultar con detalle todo lo relativo a esta terapia.
¿Podría describir brevemente en que consiste su terapia de «Reconducción emocional y Sensoriomotora?
Lo fundamental es eliminar el detonante de la tensión que experimenta el paciente, por lo tanto no se trabaja para controlarla o manipularla porque considero que es una señal formidable, una «amiga» que el cuerpo nos envía para aconsejarnos que debemos de proceder de otro modo. A medida que el paciente experimenta la disminución de la tensión podemos ir trabajando para reducir el sobredimensionamiento del esfuerzo que inconscientemente había utilizado como estrategia de ataque o control contra la tensión para volver paulatinamente a la normalidad, algo que depende de lo fuertemente consolidado que esté el hábito de manipulación o control.
Esta no es una terapia invasiva, no se cuenta con medicamentos depresores del sistema nervioso, ansiolíticos o relajantes musculares, tampoco es partidaria de la toxina botulínica, ya que desde mi punto de vista, por estos medios se «secuestra» la sensibilidad de nuestro aparato sensorio-motor que es la plataforma donde se muestra el síntoma que debe ser interpretado adecuadamente para aplicar una terapia eficaz.
Es una terapia más bien holística basada en la interacción mente-cuerpo o sistema emocional-instintivo.
Distonía Focal. El caso de un cellista.
¿Existe posibilidad de recuperación? ¿En qué medida?
Claro, de otro modo no trabajaría en esto.
¿En qué medida? La pregunta es demasiado simple para la complejidad que encierra la respuesta, no obstante intentaré resumirla.
El trastorno posee un fortísimo contenido emocional que obliga al terapeuta a educar al paciente desde un punto de vista psicológico para que pueda percibir rasgos de actividad mental inconsciente que son los detonantes de la tensión y afrontarlos adecuadamente en ese nivel. En definitiva se trata de un trabajo introspectivo, de autoconocimiento al que la inmensa mayoría no están en absoluto acostumbrados. Si a esto le añades que tremendo desgaste emocional que sufren estos músicos antes de acudir a mí, ya te forjas una idea del inmenso trabajo que tienen que realizar para que su mente acepte trabajar en un mundo hasta ahora para ellos invisible que hay que hacerlo visible para debilitarlo.
Dado que la disposición del afectado es absolutamente crucial para la recuperación, y esta disposición depende de factores personales sociales profesionales y ambientales, es muy difícil dar una respuesta exacta, no obstante después de muchos años de profesión se encuentra el modo de que muestren la mejor de las disposiciones para que la vuelta a la normalidad sea lo más fluida posible. Las posibilidades de recuperación pues son muy altas y aumentan en la medida en que el terapeuta logra que el afectado paradójicamente deje de impedir lo que quiere hacer, por ello trabajo continuamente en la depuración de una terapia cuya terminología sea perfectamente comprensible para cualquier persona.
Insisto en la importancia crucial que el aspecto emocional del individuo tiene en el origen, desarrollo y posterior establecimiento del trastorno.
¿Cree que su terapia podría aplicarse a otros trastornos del movimiento?
Hace aproximadamente dos años empecé a tratar experimentalmente a una paciente que sufría un Síndrome de Meige (considerado una Distonía Focal), el estado que presentaba no podía ser más calamitoso, los párpados fuertemente cerrados y la mandíbula apretada, tenía grandes dificultades para abrir los párpados e inmediatamente la tensión se los cerraba y lo mismo le ocurría con la mandíbula, tomaba una cantidad enorme de medicamentos y la toxina botulínica ya no mitigaba en absoluto la descomunal tensión que sufría, ante semejante inoperancia de tratamiento se le propuso como remedio final algún tipo de cirugía que no se sabía como iba a responder y se negó.
A los pocos meses de empezar la terapia fue recuperando paulatinamente la normalidad del funcionamiento de los músculos de los párpados y a día de hoy ha recuperado en conjunto el 95% de la normalidad con el reconocimiento y alegría del neurólogo que la trataba.
Este mismo neurólogo recomendó a otra paciente suya de Alicante que sufría de una severa distonía cervical que se pusiera en contacto conmigo dado que el protocolo aplicado tampoco surtió efecto y quedó desamparada, y desesperada ante las perspectivas de futuro. A medida que avanzaba la terapia la tensión disminuyó enormemente hasta el punto de poder llevar una vida normalizada de nuevo.
¿Significa esto que la terapia ha sido útil en estos dos casos?, pues sí, indudablemente.
En la actualidad estoy tratando también a nivel experimental un calambre del escribiente de una paciente de 17 años, con un pronóstico médico alarmante según sus padres me contaron, y la evolución en unos meses ha sido espectacular.
No ha sido el único caso, ya que algunos músicos que sufren de distonía de la mano desarrollan posteriormente un calambre del escribiente, y normalmente desaparece antes de remitir el problema nuclear.
Distonía Focal. Caso de violinista
¿Hasta qué punto, desde su experiencia, puede afectar emocionalmente al individuo que lo sufre y a su interacción-relación con el entorno?
Hace un años estuve impartiendo seminarios en la Orquesta Filarmónica de Bogotá, y llegó a mis oídos un par de casos de suicidio por desesperación unos años antes al no encontrar respuesta a lo que les estaba ocurriendo, una gran lástima y una gran pena no haber podido ayudarles. Obviamente todos los casos no llegan a esos extremos, pero la vida personal se oscurece, la autoestima desaparece, se creen auténticos miserables inútiles, se puede entrar en una espiral de negativismo que les puede conducir a estados depresivos, lo que trasladan también a su entorno, en fin, muy triste.
¿Cree usted que organismos tales como conservatorios, escuelas de música, orquestas, bandas de música, son conscientes de la dimensión de este tipo de trastornos profesionales?
No, no son conscientes, ni mucho menos. Existe un enorme desconocimiento de este trastorno en la mayoría de profesores. Nunca ha habido una verdadera campaña de información al respecto, ni siquiera para concienciar a los docentes de que hay modos de prevenir el síndrome. Así pues, los afectados se encuentran bastante desamparados, en muchos casos se les tacha de “bichos raros”, o de holgazanes… ¡tremendo!
¿Se podría hacer algo en materia de prevención?
Se debería. Se podría ahorrar una cantidad infinita de sufrimiento al tiempo que se facilitaría mucho la vía para alcanzar el verdadero potencial de los estudiantes y profesionales.
Un ejemplo claro entre músicos profesionales, a medida que pasan los años es un porcentaje bajo el de aquellos que llegan a la jubilación ejerciendo la profesión de modo fantástico porque no han sabido tratar adecuadamente los estados negativos de la mente o porque ni siquiera se han dado cuenta de cómo estos iban deteriorándole. Se aumentaría mucho el porcentaje de músicos en el caso anterior de haber seguido un adecuado programa de prevención.
Cuéntanos un caso representativo que hayas tratado a lo largo de tu carrera
Se trata de un violinista, y para mí es un caso muy especial porque fue el primer violinista que traté. En su último curso de conservatorio a consecuencia de las exigencias de su profesor además de disponer de muy poco tiempo para estar a la altura de las mismas, empezó a sentir una gran ansiedad que explosionó rápidamente y empezó a experimentar unos primeros síntomas de agarrotamiento de los dedos que muy pronto le impidieron tocar. Visitó a un neurólogo que le dijo que se podía solucionar la Distonía Focal (trastorno del movimiento) que sufría con electroestimulación cerebral y una cantidad desorbitada de medicamentos ansiolíticos y demás. Solicitó una segunda opinión de otro neurólogo que le dijo que no hiciera nada de lo que le había propuesto el primero no siguiendo ninguna terapia con ninguno de los dos.
Otro médico le propuso operarse del síndrome del tunel carpiano, y otro más le propuso cirugía en el paso del nervio por el codo, también visitó a un psicólogo, a un especialista en medicina deportiva, otro especialista en acupuntura y finalmente decidió tratarse con unos médicos durante un año en el que vió que la sintomatología iba agravándose hasta que decidió interrumpir el tratamiento y buscar una alternativa.
Me relató lo agónicas que eran las sesiones de terapia propuestas por la clínica dado que cuando las terminaba sentía horribles dolores articulares que le hacían llorar…, en definitiva cuando decidió unilateralmente dar fin al “tratamiento” su mano se hallaba en un estado caótico, ni siquiera sus dedos podían entrar en contacto con la cuerdas. Y esto es lo que me encontré el primer día de inicio de la terapia. Por supuesto el mundo emocional no se había cuestionado desde la finalización del último curso del conservatorio y por lo tanto se había agravado muy considerablemente. Así que planteé un trabajo muy consciente y simultáneo en los aspectos emocionales y sensoriomotores.
Un año después de empezar la terapia, todo volvió a la normalidad y así sigue.
Distonía de la embocadura explicado en primera persona.
Última pregunta, veo que insiste en el mundo emocional del individuo, ¿porque cree que hoy en día es tan común la ansiedad en las artes escénicas?,¿tiene que estar necesariamente la ansiedad vinculada de un modo u otro a las artes escénicas?
Porque vivimos muy volcados hacia afuera sin prestar atención a nuestro mundo emocional, cada vez somos más inteligentes y menos conscientes y por ello incapaces de detectar el momento en que empezamos a andar por caminos cenagosos. No nos damos cuenta de que sobredimensionamos la importancia de los “fracasos” hasta el punto de vincularnos al mundo que representan de un modo extremo.
Es increíble pero no sabemos cómo elegir el modo de interactuar con nuestro entorno para sacar el máximo beneficio y en muchísimos caso se elige inconscientemente el lado oscuro.
Reitero, la ansiedad es una opción no una obligación.
Quiero mostrar mi agradecimiento a los responsables de esta publicación por el interés que les ha despertado mi opinión que sin duda demuestra su sensibilidad y preocupación por aquellos que sufren la Distonía Focal.
Enlaces de interés
- Página web de Joaquín Fabra
- Teléfono de contacto: 660619531
- Correo electrónico: jfabrava@me.com