Editorial

Todos nos enfrentamos a obstáculos en la vida. Es más una de las primeras lecciones que debemos enseñar a los niños en la vida es a ser resilientes. Enseñar a saber superar las dificultades, a levantarse tras las caídas y a volver a nuestro estado anterior mejorados por la experiencia dolorosa.

Pero hay personas que por accidente, nacimiento o por edad se enfrentan a obstáculos que les impiden participar plenamente de diferentes aspectos importantes de la vida personal y social, no ya en condiciones de igualdad de los demás, sino en opciones, en oportunidades. Son 80 millones las personas en Europa con discapacidad, a los que es preciso sumar los que van llegando como inmigrantes. Porque no podemos distinguir ya entre falta de recursos educativos, o falta de recursos físicos o psicológicos, o falta de recursos económicos.

Son obstáculos que es preciso eliminar entre todos, por responsabilidad, por haber firmado la Convención de Derechos de Naciones Unidas, por cristianismo.

En la Unión Europea, la Convención de las Naciones Unidas se aplica a través de la Estrategia Europea sobre Discapacidad 2010-2020, que ha identificado ocho ámbitos primordiales de actuación: accesibilidad, participación, igualdad, empleo, educación y formación, protección social, sanidad y acción exterior.

“La Terapia del Arte” se hace eco de un llamamiento que la Unión Europea hace a ciudadanos, organizaciones, administraciones públicas, empresas y estudiosos para recabar opiniones sobre lo logrado hasta ahora en estos ámbitos y los retos pendientes.

No perdamos esta oportunidad para mejorar entre todos nuestra sociedad. No vale quejarse y cruzarse de brazos. Somos lo que hacemos: participa activamente

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