Homo Ludens

“L’imaginaire d’après nature”, fotografía de Henri Cartier-Bresson (Sevilla, 1933)

La vida a través del juego

Tenemos derecho a la experimentar la vida a través del juego. Somos “Homo Ludens” y como tal, necesitamos jugar. Lo hacen los niños, lo hacen los adultos, cualquier lugar es bueno para ello. Ocurre en las plazas públicas, en los colegios, en los salones de las casas, en las fiestas sociales…y en todas las culturas del planeta. El juego es una vía de aprendizaje, socialización y escape, sin el cual estaríamos perdidos.

Tenemos derecho a la experimentar la vida a través del juego. Somos “Homo Ludens” y como tal, necesitamos jugar. Lo hacen los niños, lo hacen los adultos, cualquier lugar es bueno para ello. Ocurre en las plazas públicas, en los colegios, en los salones de las casas, en las fiestas sociales…y en todas las culturas del planeta. El juego es una vía de aprendizaje, socialización y escape, sin el cual estaríamos perdidos.

Las excavaciones arqueológicas en China, Perú, Mesopotamia y Egipto han revelado la existencia de modelos en miniatura de cerámica y metal, probablemente utilizados como juguetes por niños y dibujos mostrando representaciones de personas jugando y objetos tales como chapas, muñecas y sonajeros (Frost, 2010).

 

El juego y los niños

No hay niño en el mundo que no juegue. Lo hace porque disfruta, pero también porque es una vía de aprendizaje muy importante para su desarrollo. El juego se convierte así en uno de los hábitos básicos que debe aprender el niño durante su desarrollo. Tan importante es el juego para los niños, que es un derecho (recogido en el artículo 31 de la Convención sobre los Derechos del Niño de la Organización de Naciones Unidas (ONU, 1989) y tiene un día oficial: el 28 de Mayo.

 

El juego es fuente de aprendizaje: es una oportunidad con la que cuenta el niño para practicar todo lo que aprende y observa a su alrededor, en un plano de ficción cómodo donde las reglas las genera él y equivocarse no es tan doloroso como en la vida real. El juego ayuda a integrar lo que el niño escucha y vive de una manera creativa y agradable, y es el motor que le lleva a explorar, dominar y querer el mundo en el que vive. El juego es también la mejor oportunidad de encuentro con los demás, en cuya relación aprendemos las reglas de la socialización. Se puede decir que un niño que no juega es un niño que no está preparado para participar en el mundo que le rodea.

En España, el sedentarismo ha desencadenado un índice de sobrepeso alarmante entre la población infantil. Esto, unido a la carga creciente de actividades extraescolares diarias, ha hecho saltar las alarmas del Observatorio del Juego Infantil – OJI, que recomienda a padres y familiares a ceder más tiempo y espacio al juego (y no abandonarlo a partir de los 9 años, cuando los padres consideran que sus hijos son mayores para jugar). Y es que según el estudio Juegorama 2011:

Si bien las madres perciben que sus hijos se pasan todo el día jugando, en realidad los niños reparten el tiempo que les resta tras pasar el 50% durmiendo y el 30% en el cole, entre alimentación, juego, extraescolares, TV y otros, para lo que disponen del 20% de su tiempo” (Fuente: Juegorama, 2011).

El conflicto Sirio ha generado más de 1.2 millones de refugiados sirios, de los cuales, más de 600.000 son niños, viviendo en campamentos informales formados por tiendas de campaña. El miedo, la precariedad y el desamparo conllevan un riesgo en el desarrollo psico-emocional de los niños de gran emergencia. Ibtasem es proyecto innovador que lleva el parque de juegos a los niños refugiados sirios en Líbano. Se trata de una iniciativa de CatalyticAction, en colaboración con el Centro de Compromiso Cívico y Servicio y Servicio a la Comunidad de la American University of Beirut y la fundación KAYANY, quienes ya han construido cuatro escuelas en Líbano para permitir que los niños refugiados de Siria sigan con su educación. En base al éxito de estas escuelas, el patio de juegos proveerá un lugar de diversión, educación, relajación y libertad donde los niños generen sus propias experiencias lejos de los conflictos adultos.

 

IBTASEM, un parque de juegos como respuesta la crisis de los refugiados de Siria (Catalytic Action)

El urbanismo como elemento clave en el juego

Rescatamos las reflexiones de Carlos Alarcón Allen, arquitecto en ALAS (Alarcón Linde Architects) y entrevistado en La Terapia del Arte, con quien nos zambullimos en la inteligencia infantil como utilidad dentro del proceso creativo adulto:

Los columpios del escultor Isamu Noguchi (1904-1988)

No conozco un proyecto concreto de arquitectura o urbanismo que se nutra del input o experiencia de los niños (…). Sí que hay muchos estudios de arquitectura y paisajismo que utilizan modelos más participativos en el diseño y construcción de espacios públicos y educativos, incluyendo también a los niños: Baupiloten, Ecosistema Urbano o Basurama en sus intervenciones urbanas. Un ejemplo clásico que dice mucho de una ciudad en este aspecto son los parques y las zonas de juego, es decir, la traducción más literal de espacios hechos para niños. Madrid (España), por ejemplo, es una catástrofe porque, salvo algunas felices excepciones como Madrid Río o Ecópolis en Rivas, los parques se basan en modelos repetidos y productos estándar, hechos sin ningún entendimiento de cómo es un niño y qué necesita para jugar. Los ejemplos que conocemos y valoramos en Berlín, Copenhague o Chicago muestran diseños específicos más osados y con una intencionalidad de entender cómo juega un niño y generar ambientes más cargados de misterio o más abiertos a la interpretación con elementos más interactivos como laberintos, zonas de escalada o fuentes con las que te mojas etc. El elemento de riesgo (de mojarse, de caerse, de perderse) se niega muchas veces en favor de la seguridad y con eso se pierde una de las esencias del juego y el aprendizaje.” (Carlos Alarcón, Arquitecto).

 

Nuit Blanche 2013 : Palle Nielsen à Stalingrad

El Experimento de Palle Nielsen: En 1968, el joven activista Palle Nielsen propuso al Moderna Museet de Estocolmo construir un parque infantil de aventuras en el interior del museo. Durante un mes se instaló el llamado «modelo para una sociedad cualitativa», que ofrecía un espacio solo para niños, sin padres ni educadores. En su ensayo, Lars Bang Larsen analiza la utopía de una sociedad autoorganizada que aspiraba a estimular la libertad personal y la colaboración entre los individuos”. (Fuente: MACBA).

 

“Ascent” (PlayGroundology)

El juego y el derecho al descanso adulto

Las primeras vacaciones pagadas de la historia (Henri Cartier Bresson. Francia, 1936).

El artículo 24 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948) dice:

Toda persona tiene derecho al descanso, al disfrute del tiempo libre, a una limitación razonable de la duración del trabajo y a vacaciones periódicas pagadas”.

En julio de 1936, el socialista francés Léon Blum instituyó en Francia la semana laboral de 40 horas, para asegurar el tiempo de descanso tras el trabajo. En un contexto europeo convulso, esta medida despertó el optimismo entre los trabajadores franceses.

Ante esta situación de “exceso de libertad”, los empresarios franceses negociaron con el gobierno, y finalmente ese año se otorgó a los trabajadores 15 días de vacaciones pagadas. Además, se hizo un descuento en el “billete de vacaciones anuales” para el tren, por lo que el turismo vacacional de ese año alcanzó los 600 mil trayectos (cifra que se triplica en 1937).

Desde este momento, el ocio, el disfrute, el tiempo libre, comenzó a redefinirse y a alejarse del concepto de pereza.

El ministro de educación de Suecia, Olof Palme, salta junto a sus hijos durante su visita al Modelo por una Sociedad Cualitativa (de Palle Nielsen) en el Museo Moderno de Estocolmo en 1968.

Y mientras tanto, ahí está el ocioso, que comenzó a vivir a la vez que ellos…el panorama es aquí, si me permiten decirlo así, diferente. Ha tenido tiempo de cuidar de su salud y espíritu, ha pasado grandes ratos al aire libre, lo cual es de lo más saludable tanto para el cuerpo como para la mente; si bien nunca ha leído el Gran Libro en todos sus recónditos pasajes, se ha bañado en él y lo ha ojeado de cabo a rabo con excelentes resultados” (Robert Louis Stevenson en “La Defensa de los ociosos”, 1860)

El juego y la unión social

El descanso como una necesidad social para unirnos y generar una identidad común.

Sobre la capacidad subversiva del juego, el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (http://www.museoreinasofia.es) acogió la exposición “Playgrounds. Reinventar la Plaza” desde el 29 de Abril al 22 de septiembre de 2014. En ella se expusieron cerca de 300 obras artísticas donde se abordó el potencial socializador y transgresor del juego cuando éste ocurre en el espacio público.

Tal y como presentaba esta exposición “En este escenario, a medida que la división entre las esferas del trabajo y el ocio, lo personal y lo profesional, el entretenimiento y la información, lo público y lo privado, se ha hecho cada vez más imperceptible, el juego sobrevive como único vestigio que la lógica capitalista no ha conseguido invalidar” (Fuente: Nota de prensa Playgrounds. Reinventar la plaza).

 

Playgrounds. Reinventar la plaza (Museo Centro de Arte Reina Sofía)

Ya lo decía Robert Louis Stevenson en “La Defensa de los ociosos” (1860) “La así llamada ociosidad, que no consiste en no hacer nada sino en hacer muchas cosas no reconocidas por los dogmáticos formularios de las clases dirigentes, tiene tanto derecho a mantener su lugar como la laboriosidad misma”.