Marzo 2016

“Pensé arrancarme el corazón y echarlo,
pleno de su sentir alto y profundo,
al ancho surco del terruño tierno,
a ver si con partirlo y con sembrarlo
la primavera le mostraba al mundo
el árbol puro del amor eterno”.

¿Cuántos árboles puros nacerán esta primavera? Juan Ramón Jimenez pensó arrancarse el corazón y echarlo al surco del terruño tierno. Pero quizá existe otra posibilidad. ¿Y si en vez de partir nuestro corazón lo compartimos?

Estas páginas (lector están abiertas a ti también) tratan de compartir experiencias de creatividad y salud que –más que buenas- son ejemplares. Vaya por delante nuestra admiración y agradecimiento a todas las personas que se asoman a ellas. El motivo es siempre el mismo “hacer”. Están haciendo, en gerundio o como dicen los ingleses en “presente continuo”, que es una preciosa forma de vivir.

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