Editorial

Salud y pedagogía

En este mes de febrero se acaba de celebrar en Madrid las II Jornadas Internacionales de Pedagogía Hospitalarias. La Fundación Belén fue invitada a participar precisamente con un taller sobre “La Terapia del Arte”. Fue un honor y un placer dar testimonio de nuestra actuación en los últimos 17 en años que venimos trabajando entorno al Arte como experiencia transformadora. Como estrategia de empoderamiento personal.

El Aula Magna de la Facultad de Educación de la Universidad Complutense estaba llena de alumnas, y algunos alumnos. Todos interesados, aplicados, participativos. Si, todo un ejemplo de la nueva juventud, la que nunca aparece en los medios de comunicación. La que se esfuerza y trabaja por un mañana mejor, calladamente. A las organizadoras: Victoria Muñoz Garrido y Crisálida Rodriguez Serna nuestra más cordial enhorabuena.

Podríamos hablar mucho y bien de las ponencias: documentadas, estructuradas, aleccionadoras. Pero aún mejor fueron las ponentes: maestras de vocación, maestras de vida, maestras en empatía con el niño enfermo. Profesionales competentes de la pedagogía saludable. No exclusivamente porque se ocupan de enseñar al niño enfermo, sino porque enseñan con nuevos métodos y sobre todo con formas adecuadas: a medida de cada niño, con afecto y cercanía.

Para los pesimistas agoreros que nos rodean a diario con quejumbres, estas Jornadas fueron una visión transformadora de la vida diaria. Tal cual es en los Hospitales Públicos de la Comunidad de Madrid. Cumplen 50 años de trabajo las Aulas Hospitalarias de los Hospitales Gregorio Marañón, La Paz y Niño Jesús. Hay razones para festejar y hay, por supuesto, trabajo por delante para mejorar y trasladar también a la Sanidad Privada, este modelo educativo. Que no se contenta con tener sólo las Aulas Hospitalarias como garantía de continuidad académica también durante la enfermedad, sino que se aproxima a domicilio en los casos de niños con enfermedad crónica.

Como dice el músico Fernando Leria en una entrevista que publicamos en este mismo número: “Si puedes aplicar tus conocimientos profesionales a la mejora de la sociedad en la que vives no es necesario que tu profesión esté catalogada como “social” o algo por el estilo. Depende de tu enfoque, de cómo quieras interpretar tu profesión”.

Esta revista “La Terapia del Arte”, es un enfoque del criterio que anima a la Fundación Belén desde su creación: ayudar a las familias con hijos con problemas, también desde el Arte.