¿Qué es para ti pintar?
Pues una forma de expresar lo que estás pensando.
Cuando pinto estoy pensando en componer lo que he visto.
Luego lo recuerdas y lo expresas en el papel, en el lienzo.
No todo lo que veo me gusta. Por eso al pintar voy mucho para atrás, deshago. Vuelvo a empezar.
Mancho más o menos con tonos.
Y si una vez visto, no me dice nada. Deshago.
El mismo lienzo me encamina. Otra cosa puede salir.
Voy componiendo.
Y si no me gusta, todo blanco y a empezar.
¿Por qué pintas?
Porque me encanta la pintura.
Cualquier cuadro me gusta (dentro de un orden).
Pintar es más fácil que esculpir.
La pintura es fácil en precio y siempre hay un hueco en casa para encontrar un espacio.
En la escultura son caros los materiales, y necesitas mucho espacio.
En verano que tengo más sitio, me meto con la escultura, con los peces.
De fondo es lo mismo, no hay nada en el principio y vas dando motivo a la materia, como ante un lienzo en blanco.
¿Quién te ha influido en elegir la pintura y la escultura como forma de expresión personal?
Mi padre, claramente. Pintaba y hacía escultura. He visto por casa toda la vida pinceles, lienzos, materiales…
Pero mi pintura no tiene que ver nada con su forma de pintar. Luego la vida misma, tuve una temporada que estar mucho tiempo en casa
cuidando de una persona mayor y en los ochenta me puse a pintar.
¿Cómo buscas la inspiración para ponerte a pintar?
Ser original es el planteamiento, pero tengo que tener ganas para subir y enfrentarme al lienzo.
Y cada cuadro me tiene que sorprender.
Cuando miro el cuadro y digo «¡¡¡ay va!!!», eso es maravilloso. Después, tengo en casa el crítico mayor del reino y le suelo hacer caso.
Si me dice «eso ahí», entonces yo me planteo ¿esto es así?. Y si me dice «aquí no has trabajado mucho»…o «ya no estás tan imaginativa».
Así que su opinión me importa, pero yo no me conformo con cualquier cosa.
Ante un lienzo busco componer, busco color y equilibrio. Encontrar el color magnífico. Equilibrio, que me siga diciendo, sacarle cosillas al cuadro…
Disfrutar con el cuadro, siempre.
Al pintar ¿disfrutas o sufres?
Las dos cosas. Hay que ser valiente para tener lam fuerza de desprenderte de algo hecho pero que no te convence. Y sufres, claro al renunciar al trabajo realizado.
Y tirar para alante. Es un momento malo.
Y hay cuadros que se ven, como un mandanga, que salen solos, pa-pa-pa ,esos cuadros que salen solos como un torbellino, eso da una alegría…
Pero esos !son cinco al cabo de un año¡
Cuando vivía mi padre, le llamaba ¿no sabes que alegría?…nos entendiamos.
¿Qué es para ti la creatividad?
Yo casi diría que es un don inmerecido que está ahí dentro de cada persona. Puede ser enorme como en los grandes maestros.
O puede ser enano, un puntito pero que te obliga.
Y a ese puntito hay que darle vueltas y alimentarlo: hay que ver mucho y trabajarlo mucho.
Hay que recopilar y almacenar para luego usarlo.
Como todo el mundo, como un profesor lee, estudia, viaja para luego volcarlo en clase.
¿Qué es para ti el color?
El color es todo. Todo. Yo soy color y composición, punto.
El color me va saliendo de forma natural en todos estos años. Tengo muy buena memoria colorista.
Es enorme mi memoria colorista.
Llevo 43 años pintando y me acuerdo del color de cada cuadro.
El color se mete dentro y es como el andar en bicicleta, que no se olvida, que dura toda la vida.
En los negros también hay color. En el gris también hay color. En el «ala de mosca» también hay un color maravilloso entre negro y marrón. ¿Quien puede decir que en la sombra no hay color?. A mi me gusta la sombra.
Ultima pregunta, ¿plan futuro?
No lo tengo. Lo de exponer me habría gustado, pero yo no tengo espíritu comercial, ni me gusta el espíritu de las galerias.
No me interesa.
El no tener que vivir de esto, me hace más libre. Pero pago un precio: no soy conocida, ni famosa.
No vendo.
He optado por esto después de ocho exposiciones.
Pero ufff, ya no. No hago nada por pelearme por esto, es un mundo muy dificil.
Me encantaría tener un merchante, pero he optado por el silencio.
Sigo pintando para mí, por mí.
Y el que quiera que venga a mi casa.
He mejorado a lo largo de todos estos años, pero no soy yo quien para decirlo.
Me gusta lo que pinto, si no me gusta deshago, pero no abandono un cuadro sin que me guste.