Editorial Mayo 2023

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Acompañar

Qué fácil es acompañar a una persona sana a ir de paseo o de compras, o al cine o a tomar un café. Acompañar es estar o ir en compañía de otro, andar con el compañero, al paso de quien compartimos el pan de la cercanía, de la familiaridad, de la amistad.

Pero qué difícil es sentarse al lado de una persona gravemente enferma y acompañar en silencio. Estar. Sentir al unísono. Ser capaz de transmitir amor y comprensión en una mirada, en una caricia, en un retener la mano. Silencio y respeto.

En silencio porque no hay nada que decir, salvo un te quiero, que bien puede traducirse en la mirada. En silencio porque no oye, porque está ausente en semi consciencia o duermevela, o porque está sorda, o porque está sufriendo y no quiere oír.  O porque lo prohíbe la sala.

Respeto, porque nada es más importante que aprender la lección del dolor ajeno que no es ajeno porque es más dolor que el propio.

Acompañamiento, en su acepción musical nos puede dar una idea, sin duda es una buena metáfora; es el conjunto de notas armónicas vocales o instrumentales que acompañan una melodía principal. Y el enfermo grave es la melodía principal.