Éric Vuillard

Iremos escuchando cada vez más a los auténticos revolucionarios del 14 de julio

 

En una primaveral tarde madrileña, acudo a la presentación de la novela de Éric Vuillard, 14 de Julio (Tusquets), en el Hotel de Las Letras en plena Gran Vía, uno de los enclaves urbanísticos españoles que se hizo universal hace décadas. Hay expectación por escuchar al excelente escritor francés, que recibió el afamado Premio Goncourt en 2017 por El orden del día (Tusquets).

Con la colaboración de su editora, Ana Esteban, y del Departamento de Comunicación de Tusquets, puedo mantener una interesante conversación con él. Desde la propia cubierta, la obra está llena de mensajes para el presente. La prosa de Vuillard es rápida, punzante, brillante, no te da tiempo a respirar.

¿Por qué elegiste esta imagen detalle para la cubierta?

Éric Vuillard “Es una imagen anacrónica de Delacroix de la Revolución de 1830, lo que pasa es que he tomado un rostro anónimo periférico porque es la primera vez que una persona anónima es pintada por un gran maestro. Es una bifurcación en la Historia porque coexiste la parte mayestática de Delacroix como gran maestro del Antiguo Régimen, y a la vez está ese elemento popular pintado con esa gran belleza. Hay, por un lado, un tono afectivo que combina la alegría y la rabia en esa imagen del joven que simboliza a la Revolución del 14 de Julio llevada a cabo por personas jóvenes. Y, por otro, esa sorpresa que transmite el actor sorprendido en la Revolución por sí mismo, por lo que hace, por donde se encuentra y por lo que están consiguiendo.”

¿Por qué hablar de la Revolución Francesa hoy en día, hay relaciones con el presente?

Éric Vuillard “Lo veo a la inversa, desde el presente vemos el pasado, desde una posición social particular es como arrojamos luz hacia el pasado. Por eso el pasado está todavía vivo porque si no sería una colección de acontecimientos. Desde 2008 en muchos países de Europa, en países árabes e incluso en USA, vivimos un proceso de auto búsqueda del pueblo que busca las plazas. En USA con Ocuppy Wall Street; en España el 15-M, en Grecia, en Francia… Eso nos obliga a volver a mirar los episodios revolucionarios del pasado con otros ojos. Al volver a estudiar el 14 de Julio nuestra visión es diferente a la que teníamos en los años 20 ó 30, y lo primero que llama la atención es la heterogeneidad social: hay comerciantes, artesanos, obreros. Eso frente a una visión en bloque del proletariado que se mueve. Eso es lo mismo que ocurre hoy en día por ejemplo en los chalecos amarillos ocupando rotondas y plazas son personas muy heterogéneas. En España fue la respuesta de la gente a la deuda en las plazas. Cuando analizamos este concepto de la deuda nos replanteamos el sentido de la democracia, ya que cuando Aristóteles nos habla del origen de la democracia en Atenas, y cómo Solón respondió a los movimientos populares, estamos hablando de la abolición del esclavismo por deuda y, por tanto, de la abolición del esclavismo por deuda.”

 

¿Qué supone escribir un libro en el que la democracia es asunto clave?

Éric Vuillard “Forma parte de un proceso que se inició en Atenas, que tiene otros episodios históricos como el 14 de Julio, y que sigue en marcha hoy en día, está vivo. Hay una gran diferencia entre escribir una novela sobre algo que está cerrado y muerto, o escribirla como ésta como algo que está en curso y viva, que está abierta. Eso tiene un estilo y una textura de escritura muy particular.”

¿Cómo ha sido tu labor de documentación para escribirla?

Éric Vuillard “Ningún personaje está inventado. El hecho de que todo sea auténtico y de revisitar los archivos es consustancial con lo que yo quería contar en el libro: reescribir el 14 de julio saliendo del formato tradicional que les da una importancia desmesurada a los notables, a las embajadas, en ese día de revolución. ¿Cómo se puede contar una revuelta democrática dedicándole la mitad a una persona y la otra mitad al resto del pueblo? No es democrático. Por eso tuve que buscar en los archivos la participación popular para contar la historia. Son archivos muy nutridos y fiables con 950 nombres precisos, con sus oficios y sus direcciones. Es fácil acceder a ellos por ser la primera vez en la historia que un pueblo y una ciudad se revuelven. Las novelas de Víctor Hugo fueron escritas para todo el mundo, frente a las de Corneille que eran para la aristocracia y la burocracia. No se había escrito antes de las masas antes de Zola, de Víctor Hugo y Balzac.”

¿Qué futuro construyeron los jóvenes analfabetos de su novela que tuvieron que reconocer los cadáveres de sus familiares?

Éric Vuillard “Es el pueblo el que empuja a más revoluciones y al resto. Está, por un lado, la Historia oficial y sacra, se cuenta la abolición de los privilegios, pero antes está el 14 de Julio. Se habla de la proclamación de la República, pero antes está el 10 de agosto con la toma de las Tullerías y las masacres de septiembre. Se habla de la ejecución del Rey, todo eso ya lo sabemos. Pero diría con un poco de malicia que esa reacción del poder es casi una reacción a los movimientos del pueblo, es un cortafuegos para contener el avance del pueblo. Y esas personas que tú mencionas, analfabetas, están como a los márgenes de los archivos, están ahí. Hay dos formas de escribir esto:

La más pulcra y ceñida a los archivos. Por ejemplo, el documento que escribió Rousseau del 14 de julio está encargado por el Parlamento -Asamblea Nacional-. Y en ese relato se dice que al final del 14 de julio tras la Toma de la Bastilla, los revolucionarios llegan al Ayuntamiento y son acogidos allí con los brazos abiertos. Es muy interesante lo que escribió Rousseau porque cuando les pedimos los nombres y otros datos, esas personas huyeron como si hubieran hecho algo malo. La mayor parte de los revolucionarios del 14 de Julio escapan de lo que puedan decir los archivos. A pesar de ceñirme a los archivos, pero también es verídico ese testimonio de Rousseau respecto a no haber recogido la mayoría de los participantes en el 14 de julio. Cada vez iremos escuchando más a los auténticos revolucionarios del 14 de julio a través de la Literatura.”

Hablando de la cubierta del libro de Delacroix que me ha recordado a Goya y sus Fusilamientos del 2 de mayo. Escribe a su amigo Zapater, que después de haber logrado su sueño de ser pintor de la Corte, está harto de la vida aristocrática y afrancesada de la Corte. Y Goya retrata tanto el rechazo del pueblo español a la invasión napoleónica, como el rechazo a la Corte de Fernando VII y de Carlos IV.

Éric Vuillard “Sí, igual que yo encuentro inolvidable el discurso de J. J. Rousseau, lo que dices es así, la pintura de Goya representa toda una transición y el pueblo se encuentra en sus pinturas. Por hacer un paralelismo el Discurso de Rousseau es un equivalente a los ojos de los fusilados que pintó Goya. Es una verdad que estaba ahí antes de que la viésemos, bien al escuchar el Discurso de Rousseau o al ver los Fusilamientos pintados por Goya.”