«La ciberadicción es un ancla que no me deja despegar». De esta manera tan gráfica definía un joven de 19 años lo que suponía en su vida la adicción a los videojuegos.
Es tal la magnitud del problema que algunos países ya catalogan la ciberadicción como trastorno mental.
En base a los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) en el año 2016 en España el 80,6% de la población de entre 16 y 74 años ha utilizado internet en los últimos tres meses. Entre los jóvenes de entre 16 y 24 años el uso de internet es del 98,6% entre los hombres y del 98,2% entre las mujeres. Estos datos muestran la influencia de las nuevas tecnologías en la psicología de los adolescentes y los riesgos que se podrían derivar. Como es obvio, la penetración de la tecnología en la vida cotidiana tenderá a expandirse y, por tanto, la prevención de esta “adicción sin sustancia” se antoja como el mecanismo más idóneo para combatir este problema.
En este contexto adquiere mayor relevancia el reciente estudio elaborado por la Universitat de Valencia y la Fundación para el Fomento de la Investigación Sanitaria y Biomédica (Fisabio) sobre las pautas de conducta de los escolares con las nuevas tecnologías. El estudio sobre población escolar permitirá a los municipios contar con una evaluación de necesidades e incidencia de patrones adictivos en la población escolar del municipio de referencia. Como datos significativos que se desprenden de este estudio mencionar que la edad media de uso del móvil se sitúa en los 9,8 años o que, por ejemplo, el 56,7% de los escolares valencianos manifiesta haber jugado alguna vez. Más llamativo es que el porcentaje en menores de edad, pese a ser una actividad prohibida por Ley, es más de la mitad. En concreto el 56,2% que se eleva al 66,8% en el caso de jóvenes de entre 18 y 19 año. Este análisis se realizó entre unos 5.000 estudiantes repartidos a partes iguales entre hombres y mujeres.
Conocer antes de actuar es imprescindible. Más aun cuando las consecuencias de estas prácticas son graves. Que, como decíamos, algunos países ya catalogan la ciberadicción como trastorno mental. Lo son por su impacto clínico en los servicios sanitarios que requieren intervención profesional en casos de ansiedad, síntomas depresivos, trastornos del comportamiento, trastornos disociativos o del sueño. Y lo son también, y resulta mucho más preocupante, por la deriva que pueden tomar estas adicciones como es el caso de autolesiones en la red, conductas suicidas o prácticas que fomentan la anorexia, la bulimia o el ciberacoso.
Ver a menores embebidos ante las pantallas de sus teléfonos móviles forma hoy parte del paisaje social. Racionalizar ese uso, aprovechar los aspectos positivos de la tecnología y combatir sus perjuicios es una tarea compleja que nos concierne a todos los ciudadanos. A los padres y a las madres, al entorno escolar y social en general, y también, por supuesto, a la Administración Pública.
Es necesario abordar desde las instituciones un fenómeno que afecta a población vulnerable como son los menores sobre quienes hay una mayor responsabilidad de proteger. La Consejería de Sanidad de la Comunidad Valenciana ya ha pasado de las palabras a los hechos con iniciativas que no tienen precedente en España. Ha llevado a cabo la primera sesión de formación en prevención escolar de adicciones tecnológicas en la Facultad de Psicología de la Universidad de Valencia. Por primera vez, el Servicio de Gestión de Drogodependencias y Otros Trastornos Adictivos ha ofertado a los centros escolares participar en un programa de prevención de la adicción a internet, móvil y videojuegos dirigido a alumnos y alumnas de 12 a 16 años. Los ‘Talleres Ludens’, están centrados en la prevención del juego patológico, tradicional y online, se dirigen a jóvenes de entre 15 y 19 años.
Los talleres Ludens es una actividad informativa que pretende profundizar en el uso que actualmente hacen los y las jóvenes de los Juegos de Azar On-Line y en los posibles problemas derivados de su utilización. Las sesiones de trabajo con el alumnado son de carácter participativo.
En el ámbito estatal, aún está por publicar la Estrategia Nacional sobre Drogas 2017-2025 que reforzará como objeto de prevención las adicciones sin sustancias.
Fuente: http://educacio-valencia.es/es/proyectos/taller-ludens/